“Hay quienes convencieron a Netanyahu de que la diáspora no tiene futuro, de que la diáspora no es importante”
El rabino Mauricio Balter, director ejecutivo de Masortí Olamí y Mercáz Olamí, la organización internacional que agrupa al movimiento conservador, dialogó en Radio Jai acerca de las intenciones de algunos miembros ortodoxos radicales de la coalición de gobierno entrante de Israel de realizar reformas que socavarían el carácter democrático del Estado hebreo.
Entre las reformas se destacan modificaciones propuestas a la Ley del Retorno, con el objetivo de que sólo aquellos considerados como judíos por la ortodoxia posean el derecho de emigrar al Estado de Israel y recibir la ciudadanía israelí. En conexión con aquello, Balter explicó: “Nosotros nos oponemos a a cualquier cambio que se genere, especialmente en la definición de quien es judío”.
Esa propuesta instala la idea de reconocer solo las conversiones realizadas en el marco de la ortodoxia.
Balter explicó que, “al ser una democracia parlamentaria multipartidista, los gobiernos en Israel se forman necesariamente mediante la formación de coaliciones de varios partidos y en los acuerdos de coalición aparecen pedidos y exigencias que responden a un solo grupo, no responden a la totalidad de los grupos que hay allí”. Sin embargo, lamentó que pareciera que el Sionismo Religioso, al mando de Ben Gvir y Bezalel Smotrich, junto con Shas, bajo la dirección de Aryeh Deri, “convencieron a Benjamin Netanyahu que la diáspora no tiene futuro, que la diáspora no es importante”.
“Nuestra misión como pueblo judío es mantenernos unidos y sostener al Estado de Israel, y la misión del Estado de Israel es sostener al pueblo judío en la diáspora”, enfatizó. A pesar de ello, relación entre la diáspora judía y su Estado se encuentra resquebrajada: “El mundo judío no está cada vez más cerca de Israel, muchas veces por las noticias que se publican en el mundo a pesar de que sean muchas veces falsas”. Por aquel motivo, “necesitamos desarrollar el vínculo entre Israel y nuestras comunidades a lo largo del mundo”, remarcó.
“La mayoría de los judíos en el mundo son conservadores o reformistas”, explicó. Aquello es consecuencia del hecho de que, “el movimiento reformista es el movimiento más grande del mundo, el segundo es el conservador masortí, y el tercero, es la ortodoxia”. En aquel contexto, las reformas buscadas por los partidos religiosos aliados al Likud impulsarían a una mayor enajenación de la mayor parte de la diáspora judía con respecto a su Estado.
En la misma línea, Balter enfatizó: “Tenemos que entender que es al mundo judío al que responde y al que tiene que servir el Estado de Israel; para eso fue creado como un Estado. Tiene que responder a las necesidades de todo el pueblo judío, no solo a una parte del mismo”.
Por último, afirmó que “siempre hubo, hay y habrá gente que intentará que Israel sea una teocracia. Creo que desde la creación del estado vivimos en una ambivalencia constante de un Estado judío y democrático”. “Si el Estado está gobernado por la halajá [ley judía], no hay democracia, no hay Suprema Corte, no hay Parlamento, todo funciona a través de cortes rabínicas”, explicó. “Eso sería un desastre para el Estado de Israel”, consideró Balter.
Escuche la entrevista completa al rabino Mauricio Balter en Radio Jai
Redacción Tomás Polakoff
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