Ola moderada en Estados Unidos

Las encuestas anticipaban una victoria del Partido Republicano en las elecciones de mitad de término en Estados Unidos, en donde estaban en juego la totalidad de la Cámara de Representantes (diputados), un tercio del Senado y treinta y seis gobernaciones, además de cientos de legisladores estaduales y municipales. Si bien es habitual que estos comicios sean desfavorables para los presidentes –ya sean demócratas o republicanos-, esta vez estuvo distante de ser la ola roja que pronosticaron los sondeos. Una vez más, las encuestadoras son las grandes perdedoras de una elección.

Contrariamente a lo que se anticipaba, el Senado quedó en manos demócratas, y en este momento, cuando aún falta terminar el escrutinio en algunos estados, es posible que incluso amplíe su número. Hasta ahora, ambas bancadas tenían los mismos números, con cincuenta senadores de cada partido, por lo que debía desempatar la vicepresidente Kamala Harris en la cámara. Más compleja es la situación en la cámara baja, en donde los republicanos ya están por alcanzar su mayoría, aunque distante de los números con los que soñaban.

¿Qué ocurrió? En términos generales, los candidatos más próximos a Donald Trump cayeron derrotados. Ganaron, sí, en las primarias republicanas, en donde las posturas extremas están ganando terreno con un fuerte corrimiento hacia la derecha, con el llamado “nacionalismo cristiano”, muy propenso a adoptar las teorías conspirativas, y que además sigue sosteniendo que en las elecciones de 2020 hubo fraude. No sólo eso, sino que además cuestiona la transparencia y el control sobre el sistema electoral, por lo que su propia base se quedó en la casa. El expresidente Donald Trump tenía previsto anunciar su candidatura para el 2024, y todavía hay expectativas de que así lo haga en breve. Si bien hay varios líderes republicanos que están pidiendo su retiro y que ahora hacen público su rechazo hacia el ex primer magistrado, él sigue manteniendo un importante apoyo en parte de la base de votantes republicanos, y esto es lo que cuenta en las elecciones primarias de cara al 2024. Ron DeSantis, el reelecto gobernador del Estado de Florida, es observado como la figura que podría contraponerse a Trump, pero es también un líder político que difícilmente atraería al electorado centrista que terminó imponiéndose en estas elecciones de medio término.

En este escenario, Joe Biden puede respirar más tranquilo, sin recibir tantas presiones del ala izquierda de su propio Partido Demócrata, así como tampoco ser impugnado en su legitimidad por el ala trumpista de los republicanos. Los partidarios de las teorías conspirativas seguirán machacando con sus relatos, pero por el momento, han perdido fuerza.

Por Ricardo López Göttig