La FIFA y su doble rasero, del Mundial que nunca se jugó al cuestionado de Qatar
El fútbol, sin lugar a dudas, es el deporte más popular del mundo, para algunos una verdadera pasión, para otros un lucrativo negocio, para otros un instrumento político y también, para algunos, el fútbol no existe o lo aborrecen, pero de cualquiera de la forma que se lo vea, es indudable que constituye un verdadero fenómeno, y cada cuatro años concentra el interés a nivel global, cuando se disputa el Mundial de Selecciones.
La primera Copa del Mundo, se decidió en el seno del Congreso de la FIFA en 1928, bajo la presidencia del francés Jules Rimet, quien la ejerció entre los años 1921 y 1954, y el torneo se disputó en 1930 en Uruguay, que le ganó la final a la Argentina, y fue el inicio de una serie de 22 torneos, hasta hoy, en el que participaron 89 países, pero sólo 8 se han coronado campeones.
La segunda edición, en 1934, la sede fue la Italia fascista de Benito Mussolini, eran tiempos complicados para la FIFA que afrontaba un escenario de una Europa inmersa en la incertidumbre geopolítica, donde se divisaba un horizonte conflictivo protagonizado por las democracias liberales, que se estaban recobrando de la crisis financiera de 1929, y los regímenes totalitarios de derecha, el fascismo y el nazismo, y el de izquierda, el comunismo soviético.
Aquella segunda Copa fue ganada también por el local, es decir Italia, y la tercera edición del torneo se llevó a cabo en Francia, en 1938, donde volvió a coronarse campeón la escuadra “Azurri”, para regocijo del Ducce.
Como se puede deducir, los campeonatos ya se disputaban cada cuatro años, hasta el estallido de la 2da. Guerra Mundial, y en aquel año 1938, el Comité de la FIFA discutió cual sería la sede para el año 1942, pero en septiembre del 39 estalló el conflicto armado, lo que hizo que no se disputaran los Mundiales del 42 y del 46, y recién se reanudó la competencia en 1950, y la sede fue Brasil, que sufrió el “Maracanazo” perdiendo la final con Uruguay.
Sin embargo, hay una interesante historia detrás de aquel Mundial de 1942 y que nunca se jugó, y que dejó al descubierto las debilidades de la FIFA, pues en plena conflagración mundial, para 1941, en el seno de la Federación se seguía discutiendo cual sería la sede y que países participarían.
Pero volvamos unos años atrás, en agosto de 1936, durante la reunión del Congreso de la FIFA celebrado en Berlín, las presiones del régimen nazi para lograr ser sede de la Copa de 1938 eran intensas, la salida que encontró el Comité organizador fue designar a Francia para al próximo torneo a cambio de comprometerse, a que en 1942 se llevaría a cabo en Alemania.
Ahora, si bien se había comprobado el éxito de los primeros tres Mundiales, para esos últimos años de la década de los 30, se hacia más evidente el uso de propaganda como un arma más, del conflicto ideológico y donde los intereses geopolíticos jugaban su “mundial”, y en el caso de la Alemania nazi, que ya había organizado las Olimpíadas de 1936, veía a estos “mega torneos deportivos”, una herramienta no sólo de política nacional, sino también, para exportar un modelo que se basado en el Estado del partido único, justificando las aberraciones de las Leyes de Nuremberg de 1935, aplicando la eutanasia a los discapacitados y exaltando la superioridad racial.
En aquel contexto, surge Brasil con su postura de ser sede de la Copa de 1942, alegando que tras dos Mundiales disputados en Europa, era el turno de América, pero la FIFA tenía sus temores que tal como sucedió con el de Uruguay del 30, muchas selecciones del Viejo Continente no concurrieran, so pretexto de los gastos emergentes, por eso en la reunión del Comité organizador de 1939 en Luxemburgo, se esperaba apareciera un segundo postulante europeo, y en este in pass, la Argentina también le comunicó a Jules Rimet, su deseo de ser país anfitrión o bien compartir la sede con Brasil, pero nuestro país nunca presentó oficialmente la solicitud, por lo cual el presidente de la Federación tomó seriamente la postura de Brasil a la luz del convulsionado clima que ya se vivía en Europa.
Pero al estallar en septiembre la guerra, en octubre se reunió el Comité organizador y decidió posponer para marzo de 1940 la designación de la sede, ante lo cual Brasil retiró su propuesta, pero lo incomprensible de la FIFA es, que en 1941 con la guerra expandiéndose, seguía deliberando sobre si la sede debía ser Alemania o no, finalmente en aquel año 1942, que comenzó en enero con la Conferencia de Wannsee y la Solución Final, en abril Jules Rimet decidió la NO realización del Mundial 1942, no obstante por iniciativa del ministro de Propaganda del Reich, Joseph Goebbels, el régimen nazi organizó una serie de partidos internacionales con países aliados, en mayo venció a Hungría 5 a 3, luego a Bulgaria 3 a 0 y a Rumania 7 a 0, pero en septiembre, en el estadio Olímpico de Berlín se midió con la selección de un país neutral, Suecia, y el resultado no fue lo esperado, ganaron los escandinavos 3 a 2, en consecuencia, se disolvió el seleccionado germano y sus integrantes fueron enviados al Frente Oriental, donde la mayoría de los jugadores encontraron la muerte, un triste final para un Mundial que nunca se jugó.
Ahora bien, el 2 de diciembre del 2010, la FIFA designó al Emirato de Qatar sede del Mundial 2022, la 1er. Copa del Mundo en Oriente Medio, sin embargo, años más tarde estallaría el escándalo de Corrupción motivado por un conflicto de intereses, y fue sin duda llamativa la designación del emirato que superó a otros postulantes, con mayor y mejores infraestructuras y condiciones climáticas, como los casos de Australia, Japón y Corea del Sur, e incluso, ¿cómo había podido derrotar a los EE.UU. en la elección final, por 22 de votos a favor y 14 en contra?, hasta que salió a la luz, que el titular de la Confederación Asiática de Fútbol y pte. de la Federación de Qatar, Mohammed bin Hamman, pagó más de u$s. 3,6 millones a miembros del Comité de la FIFA para asegurarse la designación.
Una semana antes de aquella fraudulenta votación, el entonces pte. de la UEFA, Michelle Platini, reunió para cerrar el trato, al titular del ejecutivo galo Nicolás Sarkozy con el emir de Qatar, Tamiz Ibn Hamad al Thani, y donde en el encuentro se arreglaron intereses geopolíticos comunes.
Cinco años después, mayo del 2015, la Justicia de los EE.UU. ordenó la detención de varios dirigentes y empresarios como resultado de las investigaciones realizadas por el FBI, por la comisión de delitos de Fraude Electrónico, Blanqueo de Activos y Extorsión, a la vez que las autoridades suizas iniciaban otra causa penal en relación a la designación de Rusia 2018 y Qatar 2022. La intervención del FBI y la Justicia de EE.UU., se dio al comprobarse el pago de los sobornos a través de entidades financieras con domicilio en territorio estadounidense, mientras que el accionar de las autoridades helvéticas, se corresponde con que la sede de la FIFA está en Zurich, Suiza.
En diciembre de aquel 2015, Joseph Blatter pte. de la FIFA y Michelle Platini, fueron suspendidos por el Comité de Ética de la entidad, mientras que la Fiscal Gral. de EE.UU., Loretta Linch, amplió la investigación en relación a los contratos multimillonarios por la televisación de los Mundiales Rusia 2018 y Qatar 2022, más las Copas América 2015 y 2016, en síntesis, más de 40 personas, entre dirigentes y empresarios fueron acusados por distintos delitos en lo que se dio a llamar el “FIFAGATE”, entre ellos cinco argentinos, Alejandro Burzaco, CEO de Torneos y Competencias, los empresarios Hugo y Mariano Jinkis, José Meiszner expte. del Quilmas Athetic Club y Eduardo Deluca, dirigente de la CONMEBOL.
Un dato para mi llamativo, es que la planificación del llamado “Plan Maestro” para “convencer” a los dirigentes de la FIFA para que votaran a favor de Qatar 2022, se realizó en la sede de Francfort AS & P, un estudio de arquitectura, que se adjudicó la construcción y/o remodelación de cinco estadios qataríes, Al Shamal, Al Gharafa, Al Rayyan, Al Wakrah y Al Khor, y el propietario de la empresa alemana es Albert Speer Jr., si el hijo del arquitecto de Reich.
Pues bien, en relación a la construcción y/o remodelación de los ocho estadios mundialistas, además de las infraestructuras hotelera y vivienda temporarias, se ha denunciado que unos 6.500 trabajadores perdieron la vida, trabajadores que hasta diciembre del 2016, debieron soportar el sistema de avales o Kafala, reducidos a la servidumbre, donde el aval o kafeel era el dueño de sus vidas, y si bien el gobierno qatari derogó el sistema, los escasos funcionarios del Ministerio de Trabajo para supervisar la aplicación de la derogación, sumado a la pena irrisoria, una multa de €400, en la realidad esta esclavitud moderna sigue, para trabajadores de la India, Irán y del Magreb, quienes no poseen un fondo de compensaciones y que junto a occidentales, más cualificados o profesionales, constituyen casi el 75% de la población del emirato.
Un emirato que oficialmente se denomina Estado de Qatar o Dawla al Qatar, una monarquía absoluta regida por la Ley Islámica, de visión conservadora wahabita, con un perfil menos “liberal” o secular que sus vecinos EAU y Barein, y donde el 78% de su población es musulmana, y de este porcentaje, el 95% profesa el Islam sunita y 5% chiita, mientras el resto de la población profesan el cristianismo, el hinduismo y el budismo.
El Clan Al Thani reina desde mediados del Siglo XIX, pero estuvo bajo control otomano desde 1871 hasta 1915, y un año después, el emir Abd Allah firmó el tratado con el Reino Unido que lo convirtió en Protectorado británico, más tarde, en 1971 obtuvo su independencia e ingresó en la Liga Árabe y en la ONU, pero siempre ha sido un régimen absolutista, más allá de sucesivos e incruentos golpes palaciegos dentro de la familia real, siendo desde el 2013 el emir, Tamiz Ibn Hamad Al Thani, de 42 años, cuyo padre, Jalifa Al Thani, en el 2003, reformó la Constitución de 1971, una nueva Carta Magna que empezó a regir en el 2005, que prevé la elección de parte de una Asamblea Consultiva o Majis al Shura, integrada por 45 miembros, de los cuales 15 son designados directamente por el emir, mientras el resto son elegidos por sufragio universal, sin embargo, los partidos políticos y los sindicatos están prohibidos, y la libertad de expresión y asociación es más una declamatoria que una realidad, y el derecho a juicio justo es de acuerdo a la Sharia, contemplando la aplicación de penas tales como, la lapidación o la flagelación, mientras que la pena de muerte está vigente, en particular para delitos contra la Seguridad Nacional, pero incluso también, para la homosexualidad que es una figura ilegal, sin olvidar que la mujer es una ciudadana de segunda en relación a los derechos que goza el hombre qatarí.
Por su parte, Qatar en el campo geopolítico, tiene fuertes vínculos con Turquía, China e Irán, pero también con EE.UU., y es tradicional aliado de los Hermanos Musulmanes y de la organización terrorista palestina HAMAS, algunos de cuyos líderes tienen residencia habitual en Doha, como Ismail Haniyeh, Khaled Mashaal o Khalil al Hayya, estas circunstancias provocó que en el 2017, Arabia Saudita, EAU, Barein, Egipto y Yemen rompieran relaciones diplomáticas por el apoyo qatari al terrorismo, una situación que se prolongó hasta principios del 2021, con la firma de la Declaración de Al Ula.
Además del petróleo, la otra riqueza la constituye el gas natural, poseyendo la 3ra. reserva mundial, y en la actualidad cuenta con una Agencia de Inversiones, QIA, por la cual busca diversificar su economía y promover el desarrollo tecnológico, aprovechando que es el país con la mayor renta per capita a nivel global según el Banco Mundial, sin olvidar a la cadena de noticias Al Jazeera, la más importante del Mundo Árabe, lo que no ha evitado que la ONG Periodistas sin Fronteras, desde el 2017 haya acusado reiteradamente a la monarquía absoluta de censura masiva sobre cualquier crítica al régimen.
Finalizando la columna de hoy, mis conclusiones son, aquel Mundial de 1942 que nunca se realizó, mostró a una FIFA que demoró inexplicablemente la decisión de no jugarlo, fue permeable a las presiones políticas para decir NO a la prepotencia y poder a un régimen totalitario y criminal, en un tiempo en que el fútbol comenzaba a vincularse a las relaciones internacionales y a los intereses geopolíticos, y que décadas más tarde, lo hizo al financiero de una monarquía absoluta que sponsorea al terrorismo, dejando al descubierto el lado más oscuro de la Federación Internacional, más allá de la casi irritable justificación de su actual pte. Gianni Infantino, a la designación de Qatar, por eso la frase de cierre es de Guiseppe Tomasi di Lampedusa, “…cambiar todo para que nada cambie…”.–
Luis Fuensalida
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