Hedy Lamarr, la estrella de hollywood que inventó el WI-FI
Hedwig Eva Maria Kiesler, conocida como Hedy Lamarr, y reconocida como la mujer más bella del mundo, llegó temprano a la fama artística, su rebeldía y fascinación por la libertad de las mujeres artistas la elevaron a un pedestal. No tuvo el mismo reconocimiento en el desarrollo de sus avances tecnológicos. Nació en Viena en 1914. Hija de padres judíos vieneses adinerados.
Los primeros papeles de Hedwig fueron en el cine checoslovaco y en el cine alemán, pero su estallido fue por el escándalo protagonizado tras haber interpretado el primer desnudo integral del cine mientras recreaba un orgasmo en la película “Éxtasis”, de 1933.
La película causó escándalo y conmoción en su estreno en el festival de Venecia, donde Mussolini exigió un pase privado para contemplar a solas cómo Hedy Kiesler atravesaba un bosque completamente desnuda.
La familia de Hedwig esperaba que reencauzase su vida y aceptó la propuesta para casarse dde Fritz Mandl, dueño de una empresa armamentística que fabricaba municiones y que se hiciera conocido en toda Europa como el “Rey de los cartuchos”. “Se jactaba de no mezclar política con negocios: vendía municiones al ejército franquista y a los rebeldes españoles; a los italianos para atacar Etiopía y a los etíopes para defenderse de los italianos. Así también a los egipcios, a los turcos, a la mayoría de los países europeos y también a la Argentina, Uruguay, Bolivia, Brasil y Colombia. Tenía negocios en casi todo el mundo, además de contactos con altos funcionarios de varios países”,contaba su hija en una entrevista.
Mandl era muy celoso y buscaba borrar esa imagen que le dio la película Extasis por lo que prácticamente la mantuvo encerrada y compraba todas las copias que hubiera de la cinta para que nadie pudiera verlas.
Hedwig decidió retomar sus estudios de ingeniería, contaba con todos los lujos, y aún así a Kiesler le faltaba libertad, por lo que decidió huir. En 1937 llegó a Londres, donde conoció al productor estadounidense Louis B. Mayer, de la Metro Goldwyn Mayer. Al firmar un contrato rumbo a Hollywood, cambió su nombre para evitar ser reconocida por Éxtasis: así se convirtió en Hedy Lamarr
Dos obstáculos importantes tenía que dejar atrás, sus orígenes judíos y el contrato matrimonial que la unía a un Friedrich Mandl, sumamente bien relacionado con las altas esferas hitlerianas.
Mandl prefería que no trabajara, que lo acompañara en sus viajes y reuniones y se quedara siendo parte de sus fiestas para los “amigos nacionalsocialistas”. Al parecer, aquellas juergas familiarizaron a Hedy con la terminología bélica y con ciertos detalles científicos relativos a la actividad armamentística, de lo que como veremos extraería después cierto provecho.
En su autobiografía, contaría que huyó del domicilio conyugal dandole un somnífero a su asistente personal y escapándose por la ventana vestida de personal doméstico y que embarcó sin más rumbo a América.
Admirada por su físico y nunca por su inteligencia, Lamarr se retiró frustrada de la vida pública. Sus inventos, como la tecnología de salto de frecuencia, permite comunicaciones inalámbricas actuales como el GPS, el bluetooth y el wifi.
La invención de Lamarr, “tecnología de espectro ensanchado”, era un sistema de salto de señal que evitaba que los enemigos interfirieran con las señales de radio entre un barco y sus torpedos.
El gobierno de los Estados Unidos rechazó el invento durante la Segunda Guerra Mundial, solo para recuperarlo en el momento de la crisis cubana.
La industria de del arte la dejó de lado cuando harta de papeles que no le gustaban se puso a producir sus propias películas, pero la industria de las telecomunicaciones, sin embargo, la reconoció décadas después. Electronic Frontier Foundation le otorgó en 1997 el Pioneer Award, por su aporte esencial para las comunicaciones inalámbricas que estaban en pleno desarrollo. Cinco años después de su muerte, en 2005, Alemania estableció el Día de los Inventores el 9 de noviembre en honor a su cumpleaños, y desde entonces se han sumado otros países.
El 19 de enero del 2000, falleció en su casa, a los 85 años.
Esther Roshental para Radio Jai
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