Homosexualidad y judaísmo: ¿Qué dice el movimiento masortí?
La rabina Diana Villa explicó a los oyentes de Radio Jai las bases del movimiento judío conservador-masortí, sus visiones respecto a la halajá, y sus posicionamiento en relación a la ordenanza de rabinos homosexuales y los casamientos entre personas del mismo sexo.
En una muy interesante y clarificadora charla, la rabina, docente del Instituto Shejter de Jerusalem, Diana Villa nos brindó un panorama sobre la situación del movimiento Masorti (judaísmo Conservador) hoy, frente a los nuevos desafíos que impone la época, y de las respuestas rabínicas al respecto.
Recordemos que el movimiento Conservador, surge como respuesta a lo que fue el movimiento Reformista, que había surgido en Alemania y que planteaba, entre otras cosas, que había que desprenderse de alguna manera de las leyes judías, del peso de la tradición, abandonar la cashrut (leyes dietéticas), incluso pasar el shabat al domingo, además de cambios en la liturgia.
El movimiento Masorti postula en su lema “tradición y cambio” una síntesis que consiste en conservar lo que la halajá (Ley judía) impone desde la Torá y el Talmud, y evolucionar, adaptar las leyes a los cambios que surgen en cada época.
Resume Diana Villa: “El reformismo consideraba que se podía cambiar sin una apoyatura halájica, y la ideología conservadora, que cualquier cambio debe estar demostrado desde las fuentes”.
Explica que la Torá “no es literalmente la fuente para la Ley”, porque la Torá escrita se entiende según los sabios la interpretaron, y que a veces puede estar en contra de su significado literal. Por ello, enfatiza la Rabina, que no necesariamente se trate de que se crea o no si la Torá fue revelada en el Sinaí, tal cual la leemos, es el Talmud la base fundamental, y nosotros interpretamos de allí en adelante la Ley.
Respecto de situaciones nuevas, como es el tema de la homosexualidad, del que la Torá tiene una visión muy crítica, Villa explica:
“Queda bastante claro que la relación sexual anal está terminantemente prohibida por la Torá, y que, en el caso de la relación de dos mujeres, los rabinos dicen que es una prohibición rabínica y no bíblica”. Y señala que lo que ocurrió fue que, durante veinte años, el movimiento Conservador discutió sobre el tema, principalmente si se podían aceptar rabinos homosexuales. Luego de esos veinte años de discusión, llegó a plantearse en el Comité de Leyes en Estados Unidos la misma pregunta; y según el sistema que funciona allí, por el cual puede haber una opinión de mayoría y de minoría. Entonces, seis de los 25 rabinos apoyan una opinión, y esta minoría es considerada válida, y así llegan a dos conclusiones: Está prohibido, o está permitido ordenar rabinos homosexuales, y que la decisión será finalmente de cada Seminario.
La decisión tomada está basada en un principio halájico que está en Berajot 19 que dice que “por respeto a las personas se puede dejar de lado una prohibición rabínica” y que lo único que queda prohibido es el sexo anal. Con ello, se supone que un rabino ordenado homosexual no va a tener sexo anal.
Esa es la base por la que se autorizó la ordenación de rabinos homosexuales. Después de esto, empezaron a autorizar uniones matrimoniales de personas del mismo sexo en ceremonias que no son exactamente las de una jupá heterosexual, y que también tuvieron que idear ceremonias de divorcio diferente a las de una pareja heterosexual.
Este avance parecería ir en contra de lo que la Torá muestra como modelo de familia, respecto de la unión de hombre y mujer para crecer y multiplicarse, y que también muestra a Sodoma y Gomorra como lo “que no debe ser”.
Sobre esto Diana explica que, quienes defienden la realización de uniones homosexuales, se fundamentan en que la homosexualidad de hoy no es la misma que describe la Torá, que la de hoy es una relación comprometida, monogámica, que no se compara con lo que era en épocas antiguas, con lo que pasaba en Grecia o Roma; y que la prohibición de la Torá era para relaciones promiscuas o en el marco de un culto idólatra.
En lo que sostiene ella misma como rabina, Villa confiesa que frente a este tema, “tiene problemas”, porque considera que esa respuesta no es fuerte, que incluso entre quienes piensan que hay que autorizarlo, consideran que habría que escribir un tipo de respuesta. Y cuenta que tuvo dos alumnos homosexuales que se recibieron en Shejter y que en ninguno de los casos ella fue parte de su Beit Din, su tribunal rabínico, a pesar de haber tenido excelente relación con ambos, pero que tiene problemas en reconocer esto como una postura halájica fundamentada.
Cada vez más el movimiento conservador se ve más alejado del cuidado de la ley. Hoy es frecuente ver el uso de teléfonos y otros dispositivos electrónicos en shabat y jaguim en sus sinagogas, utilizados tanto por congregantes como por rabinos, lo que claramente va totalmente en contra de la Halajá. Al respecto, Villa declaró: “Creo que hoy hay muchos rabinos hoy en día que no se molestan en justificar esto halájicamente. Hay una respuesta sobre la utilización de ciertos elementos eléctricos en shabat que escribió el exdecano del Departamento rabínico de Nueva York, en donde indica que hay algunos elementos eléctricos que se pueden usar y otros que no, siempre y cuando que ellos no sean para hacer trabajos prohibidos en shabat, como por ejemplo escribir.
Lo que sí existen y están muy en boga en nuestros días, son los principios halájicos para justificar, cuando no hay precedentes fuertes, o por el respeto de las personas, se puede dejar algo rabínico de lado; o que estemos en una posición de emergencia, como cuando durante la pandemia de covid se autorizó el Seder de Pesaj de manera virtual, usando internet.
Respecto de aquellos rabinos que no solo no les preocupa en fundamentar halájicamente, contó que pudo conocer algunos de ellos, de Estados Unidos que se auto proclaman abiertamente “no halájicos”, que consideran que tienen que saber lo que dice la Halajá y no necesariamente seguir en un ciento por ciento un camino halájico.
Villa cree que hay un giro para el lado más liberal dentro del movimiento Masorti , que no sabe cuán lejos va a llegar, porque según los principios del movimiento conservador hay ciertas cosas que son motivo de expulsión a rabinos, como por ejemplo casar con un no judío sin conversión previa, o casar sin un guet (divorcio judío) estricto, “No sé lo que pasará en un futuro, pero hay una movida para el lado liberal”.
Escuche la entrevista completa a Diana Villa en Radio Jai
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