Identidad Judía: Conociendo el pensamiento del movimiento reformista
Para saber qué piensa el movimiento Reformista, cuáles son sus bases y sus valores, en la identidad judía, conversamos en Radio Jai con el decano del Instituto para Iberoamérica de Formación de Rabinos en la corriente de la Reforma Judía y parte del equipo rabínico del Templo Libertad, el rabino Damián Karo.
“Podemos pensar que la palabra ‘reformista’ hace alusión a un gerundio, en tanto está en constante reformulación, y no que es algo que una vez cambió, se reformó y ahora sigue tal cual”, comenzó explicando el rabino. Dijo que las perspectivas, las prácticas de los judíos han ido mutando a través de las generaciones, y que retoman cuestiones históricas que les permiten verlo y tratan de implementarlo. Primeramente, el espíritu profético, porque cuando nos acercamos a la Torá vemos una línea transversal de una ley y una praxis. Cuando pasamos a la parte de los Profetas, vemos un poco más la idea de la Kavaná (intención), el espíritu de la ley. Subrayó que la práctica no es suficiente porque es un medio, y el fin es una práctica del corazón y una práctica del corazón para hacer de este un mundo mejor.
El movimiento Reformista nace en Alemania realizando en su origen cambios muy sustanciales en cuanto a lo que era la práctica judía, como abandonar las leyes de cashrut, o cambiar la observancia de shabat del sábado al domingo, entre otros temas, lo que era una ruptura absoluta de lo que estaba establecido por la Halajá (ley judía) y por la historia de la religión judía.
Sobre esto Karo explica que en el siglo XIX se les comienza a permitir a los judíos integrarse a la sociedad, entonces, devienen cambios en el seno del pueblo judío y por ejemplo, en una sinagoga cambian el lugar del púlpito, lo colocan adelante, en lugar de que esté en el medio, como lo hacían en otros lugares, es decir como lo hacían en otros cultos, y también como era lo que se vivía cultural y socialmente, con la finalidad de que la gente pudiera estar más cómoda.
Cuenta Karo que fue a partir de ahí, cuando comienza la gran reforma y creación de la ortodoxia y algún rabino dice que “todo cambio está absolutamente prohibido”, y que eso, opina, un poco rompe el espíritu milenario de la adaptación constante y marca el comienzo de lo que conocemos como “La ortodoxia”.
Explica que la Reforma consistía en continuar probando qué hacer con nuestras prácticas como siempre se hicieron. Es cierto que se reformularon algunos conceptos que llevaban a unas prácticas determinadas, y que esos conceptos se vieron representados en esas prácticas, y por eso: “Si vivimos insertos en un mundo en que todos descansan un domingo, tal vez deberíamos hacer el shabat el domingo. Eso se probó y no funcionó, entonces se volvió a shabat el sábado”. De ese modo Karo explica que la idea no es la de romper sino de probar adaptaciones para seguir incluyendo a todos, porque encontramos que hay rigidez en la práctica del judaísmo que no puede cambiar y encontramos gran parte de la comunidad que se siente fuera. “Acercarnos a los judíos es bilateral, lo judío se acerca a la persona y la persona a lo judío, es esa la tensión.
Sobre si esa adaptación en el mundo de hoy significaría adaptarse a un mundo secular, o perder ciertos valores judíos clásicos, y construir un judaísmo acorde a lo que le pide la gente, a lo que el mundo le propone, el referente del Seminario admite que “en parte sí”, pero que la idea es preservar el espíritu de la Ley y de esos valores judíos que son “tan judíos y tan universales” como el día del descanso que es universal. Respecto de la práctica que más representa esos valores, cita al profeta Isaías cuando habla de que D’ios no necesita nuestro ayuno si no hay una intención verdadera al hacerlo, y pensar en el otro que sufre y nos necesita. Eso no significa dejar de ayunar sino hacerlo con el sentido que corresponde.
Señala que la idea del reformismo no es la de desmontar las prácticas, sino de repensarlas: “Si la práctica de cashrut tiene que ver solo con lo que ingerimos o no ingerimos, no acompaña a una sociedad que está preocupada por otros valores y que impactan en su consumo y en su ingesta”, sostuvo.
El rabino indicó que cuando en el siglo XIX las prácticas se tornaron inflexibles, eso fue romper con el espíritu milenario del judaísmo.
Acerca de lo que el movimiento reformista propone como prácticas religiosas, el rabino enfatiza en la palabra “proponer”, porque ellos proponen y no imponen. En esa propuesta está la de volver a las fuentes, la de estudiar, la de ver la actualidad, y así poder descubrir cuál es su mejor práctica: ¿Cuál es el casher que querés comer? Tal vez esté más relacionado con el trabajo digno, más relacionado con una vida saludable, con hacer un mundo sostenible, se pregunta.
Y sobre cómo vería el movimiento reformista, violar leyes de Shabat para pasar un momento agradable y vivencial, de conexión espiritual, como, por ejemplo, hacer un fogón, un viernes a la noche, Karo dijo que, si a nadie le molestara, si hubiera consenso para hacerlo, estarían haciendo lo que hizo, según lo señala el Talmud, el profeta Elías al traer una ofrenda fuera del Templo, por ejemplo.
Ante la pregunta si estos cambios podrían ser la creación de una nueva religión, pensando en cómo en cristianismo surge desde el judaísmo, a Karo lo lleva a preguntar eso mismo a diferentes movimientos, a los movimientos judíos que creen que el Mesías ya llegó, que solo no se reveló, a los que dicen que no se puede cambiar cuando milenariamente hemos cambiado; una buena pregunta a las ortodoxias que son el 20, o 25 por ciento de las comunidades judías del mundo, que no representan a las mayorías, cuán validos pueden ser sus dictámenes.
Pero para responder a la pregunta sobre la Reforma, el rabino dijo que tiene que ver con un abordaje de las fuentes, con estudiar el Tanaj (la biblia), el Talmud (Torá Oral), la Halajá (ley judía), así podremos ver que siempre fue mutante, cambiando. Primero fue mutante a partir de la gran Reforma del siglo I, después de ser destruida la hegemonía de Israel en manos de los romanos. Sin Templo, comienza a haber cambios sustanciales, se inventa una nueva religión llamada judaísmo, continuadora de la anterior, a la que se le van agregando cosas. Vamos tomando prácticas de nuestros vecinos, nos volvemos monógamos porque nos asimilamos a los europeos, comenzamos a vestirnos de determinada manera, a comer de determinada manera, pusimos un añillo en la boda, tenemos rezos en el idioma vernáculo, porque el arameo era el idioma del pueblo, como hoy sería rezar en inglés o en español.
Finalmente, y sobre la pregunta de si el reformismo podrá ser una nueva religión, Karo dijo que solo nos restaría hacer futurología y ver si en mil años la Reforma va a ser parte del judaísmo. El judaísmo rabínico que representaba a los fariseos, era uno de los grupos entre los que estaban los esenios, los celotes, saduceos. Y que el shabatísmo fue muy popular entre los sabios de Israel en Europa hasta que cayó y todos se volvieron anti shabtaístas. Luego vino el jasidismo, que era una reforma total del siglo XVIII, y que hoy parecen representar a los más estrictos en las prácticas. Con ello quiere señalar que siempre hemos tenido diversidad y distintas miradas de lo judío, y que en la historia hubo diferentes movimientos, donde cada uno se pudiera sentir más o menos cómodo.
“Lo que quede como línea judía lo sabremos en mil años”, cerró.
Escuche la entrevista completa al Rabino Damián Karo
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