Un bombardeo aliado sobre Auschwitz no hubiera modificado el exterminio de judíos
Yoel Schvartz, historiador argentino y miembro de Yad Vashem, explicó en Radio Jai por qué las fuerzas aliadas no bombardearon Auschwitz y analizó que impacto hubiera tenido aquel bombardeo sobre el exterminio sistemático ejecutado por los nazis.
El entrevistado remarcó que considera correcto “emitir una condena moral sobre lo que ocurrió en aquel momento con muchos países del mundo, no solamente las potencias sino también otros, que tuvieron posibilidades de hacer cosas para ayudar a los judíos que escapaban de Europa y no tenían a donde ir, pero decidieron no hacerlo”. Sin embargo, no le parece válida la condena moral sobre la decisión operativa tomada por los aliados de no bombardear Auschwitz, dado a que “como argumento histórico no tiene mucho de qué sostenerse”.
Desarrolló que el no bombardeo del complejo de Auschwitz-Birkenau no se debe a una negativa por parte del presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt, como fue alegado recientemente por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sino a cuestiones vinculadas con la disponibilidad de información sobre lo que allí ocurría, la dificultad que hubiera implicado aquel operativo y el reducido impacto que hubiese tenido en la práctica.
Schvartz explicó que si bien las cámaras de gas fueron establecidas en Auschwitz en septiembre de 1941, para los aliados “la posibilidad de entender lo que pasaba en el complejo Auschwitz-Birkenau y de bombardearlo recién iba a llegar en la primavera de 1944 cuando la mayoría de los judíos ya habían sido asesinados”. Aquello se debe fundamentalmente a que “las primeras informaciones sobre el exterminio llegan a Occidente en 1943”, requiriéndose luego tiempo para procesar aquella información y no siendo hasta “el verano de 1944, cuando ya el exterminio estaba comenzando a bajar su intensidad, que los aviones americanos fotografiaron el complejo Auschwitz-Birkenau”. En consecuencia, no fue sino hasta “julio-agosto de 1944, que los americanos y los británicos saben lo que está sucediendo allí”, detalló.
Respecto a las dificultades operativas que implicaba llevar a cabo un bombardeo sobre el campo de exterminio, el historiador desarrolló que, “bombardear las cámaras de gas, por las distancia en la que en ese momento se bombardeaba con los aviones es un asunto extremadamente dificultoso desde el punto técnico”. Asimismo, si bien “era un poco más sencillo pensar en la posibilidad de bombardear las vías férreas, pero el resultado que hubiera implicado sobre el exterminio de los judíos hubiera sido infimo, ya que los nazis poseían una enorme cantidad de prisioneros esclavos judíos con los cuales reconstriuir las vías en tan solo días”.
Por otro lado, incluso en el caso de que los aliados hubieran conseguido sortear las dificultades técnicas y destruir las cámaras de gas en un bombardeo, aquello “no hubiera significado la terminación del exterminio”. Aquello se debe a que “los nazis estaban preparados para una eventualidad por la que no pudieran ‘procesar’ a estas víctimas de otra forma”, existiendo registros de que hacia final del exterminio, cuando no conseguían dar abasto con las cámaras de gas, retornaron a formas más rudimentarias de asesinato que podrían haber sido también llevadas a cabo en caso de que las mismas fueran destruidas.
Por útlimo Schvartz remarcó que un bombardeo aliado sobre Auschwitz hubiese tendio terribles consecuencias por el desproporcionado número de víctimas judías que hubiese producido, habiendo en el campo de exterminio aproximadamente 90 mil judíos y tan solo 1500 oficiales nazis.
Escuche la entrevista completa a Yoel Schvartz en Radio Jai.
Redacción Tomás Polakoff
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