China: de las tierras raras al espacio exterior y la Geopolítica Espacial
En la columna de hoy, se abordará la puja del control de recursos naturales estratégicos, que tiene como principales actores a las dos grandes potencias, los EE.
UU. y CHINA, y como esta rivalidad trasciende el mero ámbito de nuestro hogar, la Tierra.
Pero con los pies en la tierra, al presente CHINA posee la hegemonía en las llamadas “tierras raras”, que en realidad, no son tierras tal como entendemos al término, ni son raras, pues la componen diecisiete elementos químicos, como por el caso, el Lantanio, el Terbio, el Gadolinio, el Tulio, por citar algunos, y los imanes de éstos son utilizados en la industria para producir por ejemplo, láseres, instrumental astronómico y también en la fabricación en turbinas eólicas y vehículos eléctricos, por todo esto, y en el actual panorama geopolítico global, enmarcado en la puja entre los EE.UU. y el Gigante Asiático, las llamadas “tierras raras”, podrían llamárselas “tierras estratégicas”.
Sin embargo, esta hegemonía de CHINA, que pareciera no estar amenazada, más allá del descubrimiento de importantes yacimientos de estas “tierras raras” en Groenlandia y Turquía, si puede correr riesgo, por un acontecimiento científico reciente, coronado con éxito, y llevado a cabo en la Universidad de Cambridge, R.U., el que estuvo a cargo de un equipo de investigadores británicos y austriacos, que ha dado con un método para fabricar imanes de alto rendimiento, como los derivados de las “tierras raras”, y esto, gracias a una aleación de hierro y niquel, denominada Tetrataenita.
La formación natural de esta aleación, necesita de millones de años para que se obtenga una estructura cristalina con propiedades magnéticas análogas a las “tierras raras”, pero ahora en el procedimiento utilizado por el grupo de Cambridge, con el Fósforo presente en meteoritos, acelera en forma artificial ese proceso que como se señaló, es de millones de años, y muy importante, a costes razonables, lo que constituiría un duro golpe a la dependencia que ejerce CHINA.
Ante este importante evento científico, Beijing proyecta enviar tres nuevas misiones no tripuladas a la Luna, ¿el motivo?, en el 2020 el Gigante Asiático envío la sonda Chang´e-5 a nuestro satélite natural y descubrió cantidades importantes de un isótopo del Helio, llamado Helio 3, en chino bautizado Changesita-Y.
Lo relevante de este Helio 3, es que constituiría el combustible ideal para los reactores de fusión, que hasta ahora utilizan Deuterio y Tritio, los que generan residuos radiactivos, mientras que el Helio 3 es más estable, teóricamente limpio y genera mayor energía que los dos utilizados al presente, y ¿cuál es la importancia de los reactores de fusión con Helio 3?, que producirán una fuente de energía limpia y prácticamente inagotable, y entonces, el objetivo de CHINA en relación a este isótopo, que es extremadamente raro en el subsuelo terrestre, que si bien se lo puede detectar, al igual en el altas capas de la atmósfera, las posibilidades de obtenerlo son casi improbables y resultaría excesivamente costoso, por lo tanto el objetivo es levantar una base permanente en la Luna, para la explotación minera, en particular la extracción del Helio 3, y de esta manera, la Luna se convierte en un nuevo escenario de la puja por recursos naturales estratégicos entre CHINA y los EE.UU., que también tiene su propio programa, la misión Artemis I, con idénticos fines, que envío a circunvalar la Luna durante 25 días a la cápsula Orión, la que regresó y amerizó el pasado domingo 11, en aguas del Océano Pacífico a la altura de Baja California, programa que continuará con el Artemis II en el 2024 tripulada y que hará la misma trayectoria que su antecesora, y para el siguiente año, la Artemis III, que llevará una tripulación que en este caso alunizará.
En este contexto, en noviembre ppdo., el Jefe del Programa de Exploración Lunar de CHINA, Wu Weiren, declaró que la base lunar de su país se establecerá en el sector conocido como Polo Sur Lunar, y utilizará energía nuclear, y el programa contempla el desarrollo de una Estación Internacional para la investigación de nuestro satélite natural, que se hará en forma conjunta con RUSIA, y que podría estar lista para el 2030, y en cuanto a la base lunar, podría estar en funciones antes de finalizar la presente década y con uso de energía nuclear que significaría no sólo una fuente energética continua, sino que también generaría Oxígeno y Agua, y tendría una generación de potencia mayor que el que la NASA prevee colocar en suelo lunar para el final de este deceño.
La base china, estaría lista en el 2028, según Wu, y además de los programas de investigación científica y de explotación minera, también cumpliría funciones en el campo de las comunicaciones, pues retransmitiría señales entre nuestro planeta, Marte y el espacio profundo, lo que se materializará tras las misiones Changé 6, 7 y 8 y la presencia de astronautas chinos, algo que tiene como antecedente favorable, las exitosas misiones ya llevadas a cabo, y que demuestra que CHINA adelanta ocho años su programa Lunar.
Es así, que el pasado 2 de diciembre se realizó la primera rotación de astronautas en la estación espacial Tiangong o Palacio Celestial, con la llegada de la nave espacial Shenzhou 15, comandada por Fei Junlong, acompañado por otros dos tripulantes, que relevaron a los astronautas que habían arribado en la Shenzhou 14 hace seis meses a la estación, la que cuenta con tres componentes, su cuerpo principal y dos módulos laboratorios, y quedará preparada para instalar próximamente un telescopio espacial, siendo esta última misión, parte de las once misiones que se iniciaron en abril del 2021, de las cuales ésta es la cuarta tripulada.
También dentro de los programas espaciales de CHINA, se prepara para lanzar en el 2025 el cohete Larga Marcha 5, como parte del programa denominado Defensa Planetaria, que según la Agencia Espacial china, el cohete transportará dos sondas topográficas y otra de impacto, esta última tiene la finalidad de desviar la trayectoria del pequeño asteroide 2020N1, trayectoria que se alteraría en más de 1.000 km. al cabo de 90 días, y es una misión similar a la realizada por la NASA, con la misión DART.
Finalizando la columna de hoy, se puede señalar que con la culminación del ensamblaje de la estación espacial china Tiangong, es también la coronación de dos décadas de misiones tripuladas que se iniciaron en el 2003, cuando fue puesto en órbita la cápsula Shenzhou 5, tripulada por el piloto de caza, Yang Liwei, que lo convirtió en el primer astronauta del Gigante Asiático, y que refleja en la actualidad la creciente influencia de CHINA en la carrera espacial, y representa un desafío más para los EE.UU., y por todo lo reseñado, se puede entender que los recursos naturales estratégicos y sus aplicaciones en la ciencia y tecnología de punta, su explotación y control, sobrepasan los límites terrestres y se proyecta al espacio, configurando un escenario más, en lo que podríamos calificar, Geopolítica Espacial, y su principales actores, las dos grandes potencias, EE.UU. y CHINA, y esto abre una enorme panorama al desarrollo científico y tecnológico pero también en el ámbito militar, en una clara proyección de la interdependencia compleja, pero también de las crisis y conflictos que caracterizan el marco internacional, lo que no sólo abre nuevos desafíos para estos dos actores, sino también para el futuro de la Humanidad, por lo cual la frase de cierre es del genio inigualable de Albert Einstein, quién dijo, “…nunca pienso en el futuro, pues llega demasiado rápido…”.
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