Comienza el 2023 con drones atacando a Ucrania

Mientras gran parte del planeta festejaba con alegría el ingreso a un nuevo año, las principales ciudades de Ucrania eran atacadas en el inicio del 2023 con drones suicidas de fabricación iraní, llamados Shahid, y misiles rusos lanzados desde el Mar Caspio, dañando gran parte de la infraestructura energética del asolado país. El propósito de estos ataques es el de debilitar la fortaleza moral de los ucranianos, aunque termine generando una respuesta completamente opuesta. Pero Vladímir Putin no puede seguir exponiendo las falencias de su ejército, con un costo humano altísimo, y por ello recurre a estas acciones bélicas.

A su vez, se reporta una respuesta ucraniana sobre una base militar rusa en la que, según las fuentes, las muertes de soldados se contarían entre centenas y decenas. Lo novedoso de las últimas semanas del 2022 es que las hostilidades ya están afectando al territorio ruso, por lo que la guerra ya no se limita al asediado este de Ucrania, sino que se está propagando regionalmente.

Pero a esto se añade la repercusión planetaria de este conflicto, que comenzó hace diez meses con la invasión rusa del 24 de febrero de 2022, con consecuencias humanitarias y la crisis energética en Europa. También hay señales de alerta de crisis alimentaria para parte de Medio Oriente y el continente africano, puesto que Ucrania y Rusia son productoras de un 25% de los cereales del mundo. Gracias a la mediación de la ONU y Turquía, se logró habilitar tres puertos ucranianos en el Mar Negro, una tregua de cuatro meses, pero esto es insuficiente. Parte de los hombres ucranianos que han ido a combatir son granjeros, así como las zonas de cultivo se han convertido en terrenos de enfrentamiento. Los drones y misiles también han tenido como objetivos los silos de cereales para la exportación, por lo que esta suma de circunstancias disminuye la cantidad de granos que podrán llegar a otros mercados.

Lejos, muy lejos de que en el inicio de 2023 podamos advertir señales de la resolución de la guerra, la salida diplomática se ve extremadamente distante, por lo que las perspectivas de una paz duradera y estable se van corriendo hacia el futuro -¿meses o años?-, una fecha de fin y en un contexto impredecibles.

Ricardo López Göttig