Jordania presenta nuevo billete de 50 dinares con el Monte del Templo en Jerusalén

El Banco Central de Jordania presentó un nuevo billete de 50 dinares con una imagen del rey Abdullah II con el complejo del Monte del Templo en Jerusalén Este de fondo, como parte del nuevo conjunto de billetes de la monarquía en moneda jordana que entrará en amplia circulación en los próximos meses, informó The Times of Israel.

El banco presentó nuevos diseños para billetes en denominaciones de 1, 5, 10, 20 y 50 dinares jordanos y comenzó a circular algunos de los nuevos billetes a fines del mes pasado. Anteriormente, el billete de 20 dinares jordanos presentaba el santuario de la Cúpula de la Roca, ubicado en el sitio del Monte del Templo junto a la Mezquita Al-Aqsa, con una imagen del Rey Hussein en el frente.

El nuevo billete de 20 dinares también presenta al difunto monarca pero sin el sitio del Monte del Templo, una fuente de tensiones incómodas en los últimos meses a medida que toma forma el nuevo gobierno israelí encabezado por Benjamin Netanyahu.

La coalición naciente presenta a Itamar Ben Gvir, líder de un partido de extrema derecha y nuevo ministro de seguridad nacional, quien realizó varios viajes al Monte del Templo como miembro de la Knesset y también lideró una marcha nacionalista polémica a través del Barrio Musulmán en Jerusalén. Ciudad Vieja. En varias ocasiones, instaló una oficina ad hoc en el barrio Sheikh Jarrah de Jerusalén Este, que también ha estado en el centro de las tensiones entre israelíes y palestinos.

El Monte del Templo es venerado por los judíos como la ubicación histórica de los dos templos judíos, lo que lo convierte en el lugar más sagrado del judaísmo. También es el tercer lugar más sagrado para los musulmanes, que se refieren a él como el complejo de la Mezquita Al-Aqsa o el Santuario Noble. Muchos palestinos rechazan la noción de que el sitio es sagrado para los judíos, después de haber acusado a Israel y a los sionistas durante alrededor de un siglo de conspirar para destruir la mezquita y reemplazarla con un templo judío, una medida que no cuenta con el apoyo de la sociedad israelí mayoritaria.

Israel capturó el Monte del Templo y la Ciudad Vieja de Jerusalén de Jordania en la Guerra de los Seis Días de 1967, casi dos décadas después de que Amman lo conquistara durante la Guerra de Independencia en 1948. Sin embargo, Israel permitió que el Waqf jordano continuara manteniendo la autoridad religiosa en la cima del monte.

Las supuestas provocaciones y violencia en el sitio se han convertido con frecuencia en conflagraciones más amplias.

El martes, a pesar de los informes de que se retrasaría, Ben Gvir realizó una visita al sitio, la primera como ministro, en una medida que fue ampliamente denunciada por los aliados de Israel, incluidos EE. UU., Reino Unido, Francia, Egipto, Turquía y los Estados Árabes Unidos. Emirates, así como por la oposición encabezada por el ex primer ministro Yair Lapid.

Jordania, que se ve a sí mismo como un custodio del Monte del Templo, un estatus que Israel no reconoce, aunque reconoció el “papel especial” del reino en el sitio en el tratado de paz de 1994 de los países, criticó a Israel por la visita del ministro de extrema derecha y lo acusó de “asaltar” el sitio.

Después de la visita, el embajador de Israel en Jordania, Eitan Surkis, fue llamado a las oficinas del Ministerio de Relaciones Exteriores de Jordania para reprenderlo, según informes de los medios hebreos. Surkis dijo a los jordanos que Israel seguía comprometido con el statu quo, que no había habido ninguna violación del acuerdo y que los ministros israelíes habían visitado el sitio en el pasado.

Ben Gvir ha sido durante mucho tiempo un defensor de alterar formalmente el statu quo del Monte del Templo, en el que a los musulmanes se les permite orar y entrar con pocas restricciones, y los judíos pueden visitar solo durante espacios de tiempo limitados a través de una sola puerta y caminar por una ruta predeterminada, cerca acompañado de policías. A los judíos no se les permite rezar en el sitio, aunque en los últimos años la policía ha permitido cada vez más rezar en silencio.

Los palestinos y la mayoría de la comunidad internacional rechazan con vehemencia cualquier cambio en la situación actual, aunque la mayoría de los palestinos también se oponen a cualquier presencia judía israelí en el sitio, incluidos los oficiales de policía encargados de preservar la seguridad.

Netanyahu ha tratado de asegurar a los aliados de Israel que no permitirá ningún cambio, e incluyó una cláusula en todos sus acuerdos de coalición que estipula que se preservará el statu quo “con respecto a los lugares sagrados”.

Sin embargo, los críticos señalan lo que dicen que ha sido la erosión gradual de la política, con peregrinos judíos a menudo vistos rezando en silencio en el sitio en los últimos años bajo la mirada de la policía israelí.