Contraterrorismo 2023: El nuevo resurgir del estado islámico y la situación en Irán, parte de los sótanos en la lucha antiterrorista global
Por Luciano Mondino
El nuevo resurgir del estado islámico y la situación en Irán, parte de los sótanos en la lucha antiterrorista global.
Cada año es más difícil intentar un ejercicio predictivo de lo que ocurrirá en el mundo. Desde la pandemia por Covid-19 en 2020 hasta la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022, los últimos tres años fueron un vaivén que dificultó a la probabilidad estadística y echó por tierra los finales predecibles.
El ¿resurgimiento? del Estado Islámico
En los últimos días de diciembre, células del Estado Islámico (conocido también como ISIS o Daesh) se adjudicaron un ataque armado en Egipto, a solo 100 km de la capital, dejando un saldo de 4 muertos y heridos.
Otra vez el ISIS volvió a golpear en la zona occidental del Canal de Suez, una zona fundamental para los flujos del comercio internacional.
El Canal, uno de los pasos marítimos más importantes para el comercio, es profundamente sensible a cualquier variación o incidencia que tendría un impacto directo en el mundo. Un agravamiento de la seguridad en esta zona, que es de interés para actores regionales y extra regionales, complicaría al resto del mundo en momentos donde la invasión en Ucrania ingresó en una espiral incierta.
El primer efecto inmediato lo tendría la economía egipcia, un país siempre al borde del renacer de los Hermanos Musulmanes y la resistencia de su presidente Al Sisi. Comparado con años anteriores, durante el 2022 el tránsito marítimo en la zona aumentó un 23% y dejó un saldo mayor a 7 mil millones de dólares en transacciones que representan alrededor del 12% de todo lo que se comercia en el mundo.
¿Sería correcto suponer un resurgimiento del Estado Islámico? Lo cierto es que la academia llega a un consenso relativo en que la naturaleza del terrorismo no se combate solo con la fuerza militar sino también en un plano ideológico, donde la batalla la estamos perdiendo.
El miedo paraliza y en Occidente hay mucho temor de enfrentar verdaderamente al terrorismo islámico que asoma con fuerza, bajo nuevos medios y dejando más incertidumbre en un mundo que a veces parece pender de un hilo.
La operatividad de estos grupos sigue hoy lo suficientemente intacta como para preocupar a los países de la región y a quienes se posicionan como los referentes del mundo en este año.
Es la posible unión entre el Estado Islámico, Hamas y los Hermanos Musulmanes, otra organización terrorista creada en Egipto, lo que fundamenta el bloqueo egipcio que hay sobre la Franja de Gaza desde hace años.
Muchos olvidan que quienes deben ampliar esfuerzos en la batalla ideológica contra el terrorismo islámico son los mismos países árabes musulmanes, hoy también enfrascados en una latente tensión entre chiitas y sunnitas.
Los túneles de Hamas en Gaza también los conectan con los Hermanos Musulmanes, esa expresión islamista tan rechazada por los árabes, pero que ha ganado centralidad desde las revueltas de 2011.
Irán: de las implosiones a la previsibilidad del régimen
El Kurdistán iraní estalló en protestas desde el asesinato de Mahsa Amini en manos de la brigada de la Policía de la Moral y desde entonces el país entero se enfrentó a una espiral de revueltas que llegaron hasta Teherán.
Con fuerte resistencia a las fuerzas represivas, el régimen inaugurado por los Ayatollah en 1979 adquiere ya un rasgo previsible como todos los regímenes que aparentan estabilidad mostrando su músculo represivo.
Durante estos últimos meses, la pregunta sobre el desenlace en Irán y si la teocracia finalmente caerá, ocupó las primeras planas de quienes intentaban comprender la revolución de los velos.
Irán no caerá, se debilitará, se transformará, pero no podrá renunciar a su papel de representante de la parte musulmana chiita que está fuertemente enfrentado a los sunnitas.
En más de cuarenta años de régimen, Irán ha convivido con dos situaciones que parecieran excluyentes: por un lado, un modelo represivo hacia lo interno donde las distintas protestas, que ocurren desde el 2009 y se extienden hasta nuestros días, lograron pequeñas concesiones en materia de derechos y libertades. Hoy las mujeres y los jóvenes están mostrando una valentía que es muy difícil de dimensionar para los países occidentales.
Sin embargo, esa heroica y valiente resistencia del pueblo iraní convive con un carácter represivo también externo que se materializa en que Irán se convirtió en el centro logístico del terrorismo transnacional.
Hace muy pocos días terminó la Copa del Mundo 2022 con sede en el país conocido como el banquero del terrorismo. Pareciera como que el mundo asiste a un notorio lavado de cara de aquellos regímenes cuyas cuentas engrosan el músculo operativo de células y organizaciones que operan dentro y fuera de Medio Oriente.
Irán hacia lo externo se sostiene con el financiamiento y la estructuración de grupos que están ganando cada vez mayor autonomía: Hezbollah en el Líbano, la Yihad Islámica Palestina en la Franja de Gaza y los hutíes en Yemen, uno de los hermanos menores del terrorismo islámico que está creciendo a pasos agigantados.
El éxito o fracaso de la lucha contra el flagelo del terrorismo transnacional, que es ese que opera entre fronteras de los países, dependerá exclusivamente del compromiso que haya en derrotar a los terroristas en el plano ideológico que contiene también lo cultural y lo religioso.
Apostando por la dificultad de predecir, este año augura una nueva realidad pendular entre la guerra y la paz.
Nota exclusiva para Radio Jai
Luciano Mondino es Licenciado en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales por la Universidad Católica de La Plata. Master en Política Internacional por la Universidad Complutense de Madrid. Sus principales líneas de investigación son sobre islamismo, Terrorismo y Crimen Organizado.
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