Las adicciones son enfermedades del cerebro

El narcotráfico, las drogas, la violencia y muertes que provocan, son lamentablemente noticia de todos los días.

A fin de conocer sobre la problemática de la drogadicción, saber qué le produce la droga a una persona, convocamos a un especialista en el tema, el médico psiquiatra Jorge Georgi Weil.

Explica el Dr. Weil que el espectro de investigación de estudio y tratamiento de las adicciones nos lleva a un concepto central, que son las neurociencias. Indicó que la psicología hoy no resulta útil, incluso que, la psiquiatría como tal carece de los elementos necesarios para poder abordar un tema que es multifacético y complicado.

“Las adicciones son enfermedades del cerebro”, definió con contundencia el especialista. Dijo que es así como que “la hepatitis es una enfermedad del hígado”.

Explica el Psiquiatra que el cerebro humano termina de formatearse a los 25 años, cuando terminan de estructurarse el conjunto de funciones, las redes neuronales, las conexiones, y que, si alguien comienza a consumir, ya sea internet, drogas, alcohol, lo que está haciendo es desnaturalizar el proceso de natural desarrollo del cerebro.

El cerebro tiene alrededor cien mil millones de neuronas, con funciones específicas. Algunas tienen como función producir determinados estimulantes, como la tan conocida endorfina, pero hay también algunas que segregan sustancias cannabioides (cannabis) naturales en cantidades muy menores, que se miden en nanogramos, y que son uno de los dos compuestos que tiene la marihuana.

Todas estas sustancias forman parte de nuestro estado de humor, de un sistema saludable en donde tenemos serotonina, endorfina, oxitocina, cannabis, sustancias que producimos en forma equilibrada, ordenada.

El individuo que se “fuma un porro” por primera vez, está introduciendo una información en el cerebro: la célula que produce cannabis natural recibe una cantidad enorme de cannabioide vegetal, entonces el cannabiode natural, se inhibe, no trabaja más: “Este es el momento en que el hábito de consumo se convierte en dependencia, y esa es la enfermedad del cerebro”, reveló.

Sobre otras adicciones, como el cigarrillo o el alcohol, señala el psiquiatra que todos son productos que terminan enfermando el cerebro, dijo que la nicotina va directamente a las células, y que el alcohol tiene muchísimas consecuencias físicas: es erosivo para el aparato digestivo, afecta gravemente al hígado, de hecho, los cuadros más graves de alcoholismo terminan con la muerte de la persona, lo que se llama delirium tremens.

Respecto de lo que podríamos llamar “consumo habitual”, ya sea de alcohol, cigarrillo, marihuana en pequeñas cantidades, de manera social, Weil indicó que “cualquier tipo de consumo está fuera de las normas saludables”, y que el control que pueda tener el individuo tendrá que ver con su personalidad; indicó que hay facetas de depresivas en aquellas personas que recurren a sustancias adictivas, ya sea químicas legales o ilegales, sociales, como la comida, o el cigarrillo. Y añade Weil a esta lista, el concepto de internet y la inteligencia artificial. “El momento en que ya no puedo controlar, paso a enfermarme, subraya el médico. Dijo también que depende de la cantidad y el tiempo de consumo, cuándo se debe dejar. Si se hace de golpe, se puede entrar en un cuadro muy serio que se llama abstinencia, que se dispara a través de una angustia mayúscula, con reacciones corporales, palpitaciones, sudoración, e incluso llegando a situaciones extremas, en las que el individuo no tratado adecuadamente, puede llegar al suicidio.

Definía antes el especialista la adicción como “enfermedad del cerebro”, ahora la describe microscópicamente. Explicó que lo importante es cómo, las más o menos cien millones de hormonas del cerebro se interconectan entre sí, que es la manera en cómo nos manejamos en el mundo de un modo racional, controlado. Cuando se empieza a desestructurar esa conexión de las neuronas, porque las redes que las conectan están inhibidas por sustancias químicas, comienza un trastorno de conducta. El adicto busca “curarse” utilizando otras drogas, lo que obviamente fracasa, porque están buscando más y más intensidad. Ahí es donde se encuentra en una situación de riesgo, porque según considera Weil, “la sobredosis es intento de suicidio”.

El médico describe otras adicciones, como la pornografía, que lo que hace, es inhibir la sexualidad del individuo, llevándolo a situaciones de aislamiento y de autosatisfacción, y así desaparece la propuesta de una vida plena. Otra es el juego, que hace que desaparezca el concepto del trabajo y el de ganarse la vida, especialmente el valor del dinero:

 “La adicción es la ruptura de un mecanismo del poder pensar, porque el cerebro está enfermo”, declaró. Y añadió que se evita “no haciéndolo la primera vez”.

Sobre a quiénes afectan las adicciones Weil sostuvo que no discriminan condición social, económica, ni género, pero que no es lo mismo un individuo que tiene que robar un teléfono celular para conseguir tres pastillas de paco, que aquel que tiene recursos. Este último tiene alguna posibilidad de controlarlo.

Respecto de si el número de adictos está en crecimiento, asegura, que además de estar en descontrolado  crecimiento, se va reduciendo la edad de comienzo del consumo, y que también se incrementa de manera exponencial el proceso de sobredosis, muertes y suicidios. “Es una catástrofe, un tsunami imparable, un tema de tal gravedad que requiere que todos nos pongamos a trabajar activamente”.

Por último, el referente ahonda sobre la prevención, y se refirió puntualmente a trabajar en niños pequeños, evitando que desarrollen lo que se llama el pensamiento rápido y que desarrollen el pensamiento lento, que es al que accedemos cuando tenemos padres que nos están educando, cuando vamos a la escuela a aprender a escribir.  El pensamiento rápido se da cuando muy tempranamente nos ponen un teléfono celular, una tableta para jugar, y lo que hacemos así, es no pensar sino actuar. “la tarea entonces es reforzar el trabajo en los primeros años de la vida”.

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Redacción Prof Cita Litvak