Pésaj 2023: “Matzá, jametz, y la construcción de un mundo mejor” Rab. Carlos Tapiero
Desde Radio Jai, dialogamos con el Rabino, Carlos Tapiero, para profundizar su significativo artículo que ahonda sobre como transformar la realidad desde sí misma, sin evadir el desafío de utilizar al libre albedrio, que nos ha sido dado, como las características duales de la existencia y las cosas, que incluso se encuentran, cuando el mismo producto con el cual se confecciona la matzá en su esencia contiene el Jametz.
Escuche e incorpore estos conceptos fundamentales del pensamiento judío.
Dijo el Apter Rebe [1] (el rabino de Apt):
“Hay una regla talmúdica que dice que uno puede cumplir con el deber de comer matzá [2] sólo con granos que puedan ser leudados, convirtiéndose en jametz [3]. [4] Podemos aprender de este hecho principios éticos de valor. Un hombre cumple con sus deberes de completo servicio a Dios sólo si él también Le sirve en sus trabajos diarios, en su ocupación, en su comida y bebida, y en el uso de sus posesiones. Todas estas actividades podrían hacerse en una forma incorrecta, profana: un hombre puede ser deshonesto, puede comer alimentos prohibidos, puede adquirir placeres ilícitos. Si por el contrario se dedica a estas actividades con el espíritu de obediencia a los mandamientos de Dios (negándose a la inmoralidad), ha cumplido ciertamente entonces con un deber supremo. Pero alguien que meramente sirve al Señor mediante el estudio de la Torá y la oración, no ha cumplido con sus completos deberes, ya que esas actividades no pueden ser utilizadas para fines ilícitos”.
El judaísmo es (y debería ser siempre) la ruta hacia la ética del pueblo judío: las orientativas para construir un mundo mejor – lo que incluye, en el presente, la construcción del mejor Estado de Israel posible día tras día. El Apter Rebe lo comprende así, interpretando alegóricamente en su historia la relación entre la matzá y el jametz, para destacar e ilustrar una expresión de la ética judía. La matzá, que es pan sin levadura, representa una forma pura y simple de alimento que está libre de cualquier exceso o corrupción. El jametz, por otro lado, se refiere a cualquier producto de grano al que se le haya permitido su fermentación, siendo por lo tanto susceptible a la corrupción y a la descomposición. Tanto la matzá como el jametz proceden del mismo grano: el trigo. El rabino de Apt argumenta que la regla talmúdica de que uno puede cumplir con el deber de comer matzá únicamente con granos que puedan fermentar y convertirse en jametz trae consigo un importante principio ético. Él sugiere que, así como no se puede cumplir con la obligación de comer matzá sin usar granos que sean capaz de convertirse en jametz, no se puede tampoco servir completamente a Dios sin participar en las actividades regulares de la vida diaria que son capaces de corromperse o convertirse en errores e incluso en pecados. Si bien estas actividades pueden realizarse de “manera profana”, lo que significa que son susceptibles de corrupción, también pueden transformarse en actos virtuosos, trayendo santidad a nuestras vidas, siguiendo los mensajes éticos de nuestras tradiciones y fuentes.
Por el contrario, una persona que sirve a Dios únicamente a través del estudio de la Torá y la oración, si bien estos son aspectos importantes de la devoción religiosa, no ha cumplido plenamente con sus deberes frente a Dios – ya que estas actividades no pueden convertirse en fines ilegales. El Apter Rebe sugiere que vivir una existencia virtuosa en todos los aspectos del quehacer cotidiano es la forma en la que uno puede lograr un nivel más profundo de servicio a Dios, convirtiéndonos verdaderamente en lo que Dios espera de nosotros; eligiendo a la misma materia prima, el trigo, para hacer “matzá”, el símbolo de lo que es verdadero y puro – el bien… y no “jametz”, esos actos de maldad y corrupción que degradan a lo humano en nosotros.
La dicotomía “jametz versus matzá” señala la importancia de la integración de nuestra vida espiritual con la material, usando nuestra propia “materia prima” – nuestras almas, corazones y cuerpos – para humildemente “completar” la obra de Dios con nuestras pequeñas pero significativas contribuciones. Servir a Dios significará entonces el deber supremo de realizar nuestras actividades cotidianas con amor, compasión, verdad, rectitud, devoción, compromiso y consideración. Pésaj nos enseña que nuestra vida puede y debe dar sentido a todos y cada uno de los pasos y decisiones que damos, en todos los campos en los que nos desarrollemos y transitemos.
Quiera Dios que este Séder y su preparación nos inspiren a desarrollar una acción judeo-sionista de bondad, generosidad y amor para nosotros y para nuestros más queridos, imbuida de contenidos desafiantes y relevantes que aseguren la continuidad del mensaje eterno de nuestro pueblo.
Quiera Dios que la celebración de Pésaj nos inspire a recuperar el extraordinario significado de la Libertad Nacional y la redención que ella trajo al pueblo judío.
Y quiera Dios que disfrutemos de un encuentro con nuestros seres más queridos en derredor de la cena de Pésaj, en abrazos amorosos y diálogos significativos.
¡Jag Pésaj Saméaj!
¡Jazak ve’ematz!
RABINO CARLOS A. TAPIERO
Vice-CEO & Director de Educación
Unión Mundial Macabi
[1] Avraham Yehoshua Heshel de Apt, conocido popularmente como Apter Rebbe o Apter Rov, nació en Żmigród, Polonia en 1748 y murió en Mezhbizh, Imperio Ruso (ahora Ucrania) en 1825.
[2]La matzá es un pan sin levadura que se come tradicionalmente durante la festividad judía de Pésaj. Se elabora a partir de harina y agua que ha sido mezclada y horneada rápidamente, sin dejar que fermente. Según la ley judía, durante la semana de Pesaj está prohibido el pan con levadura, por lo que la matzá sirve como sustituto del pan durante este tiempo. El proceso de elaboración de la matzá debe completarse en 18 minutos para garantizar que la masa no fermente. La matzá tiene una larga historia, que se remonta al éxodo bíblico de Egipto, cuando se dice que los israelitas huyeron tan rápido que no tuvieron tiempo de dejar levar el pan (Éxodo 12:8, 12:18).
[3] Cualquier producto alimenticio elaborado a partir de granos que se han dejado fermentar y fermentar, como el pan, la pasta y ciertos tipos de cerveza. Durante la festividad de Pésaj, está prohibido comer o poseer jametz o cualquier alimento que contenga jametz. Esto se debe a que, durante Pésaj, los judíos conmemoran el Éxodo de Egipto y su salida apresurada, sin tiempo suficiente para esperar a que leve su masa de pan. En cambio, horneaban pan sin levadura, o matzá, que es el único tipo de pan permitido durante Pésaj. Para asegurarse de que no se consuma jametz durante la Pascua, los judíos a menudo realizan una limpieza a fondo de sus hogares y también pueden vender o donar sus productos de jametz antes de que comience la festividad.
[4] Talmud de Babilonia, Pesajim 35.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio JaiAyuda a RadioJAI AHORA!
HAZ CLIC AQUÍ PARA HACER UNA DONACIÓN