Los faraones contemporáneos
Más de un comentarista político de EEUU y de varios países europeos se hicieron esta semana la misma pregunta:¿sería posible que Hitler o Stalin o Pol Pot presidieran el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas si es que éste fuera el Consejo de Seguridad que se creó en 1948 y no el que existe ahora? No entonces pero sí ahora. Y los motivos sobran. Naciones Unidas se ha degradado a la altura de un zócalo roto en todos sus estamentos y objetivos para la cual fue creada, desde la cultura (UNESCO), la seguridad global (Consejo de Seguridad), la salud (OMS), llegando hasta el mundo del trabajo (OIT).
En ese contexto parece muy previsible que la Rusia liderada por un criminal de guerra presida (dentro de la rotación reglamentaria) el Consejo de Seguridad en este mes de abril, y manipule al organismo desde su poder para no debatir nunca la invasión a Ucrania, y centrarse en seguir a otras dictaduras que pasan su tiempo buscando como votar resoluciones contra Israel, irrelevantes, no vinculantes, sesgadas y favorables al terrorismo.
El abuso de Rusia de sus poderes como Presidente del Consejo no es nuevo, y demuestra por un lado hasta dónde llega su perversidad, y por otro, que cuando llega es porque la dejan. Los que se le oponen, hablan, pero para la tribuna casi vacía.
Los ausentes en la tribuna están hartos de ser víctima de las mentiras e hipocresías que tantas desgracias le traen al mundo.
Rusia sabía, por el proceso rotatorio, que iba a presidir el Consejo en febrero de 2022. Y así fue. Y hace 13 meses, desde su sillón presidencial, invadió Ucrania, asesinó, violó derechos humanos de todo tipo, trató de destruir Ucrania, pero no pudo, y hoy sigue con sus matanzas, porque salvo los propios ucranianos ¿quién lo ha enfrentado en serio como se enfrenta a un asesino que sale a matar a diestra y siniestra?
Pero más allá de las monstruosidades que Rusia seguirá haciendo impunemente, es imprescindible recordar que Rusia no debería ser uno de los 5 miembros con derecho a veto en el Consejo y que ostente esa condición, reafirma que los otros 3 occidentales no hicieron lo que deberían haber hecho y que China sí lo hizo: dejar entrar otra dictadura disfrazada de democracia. Dos potencias totalitarias y derecho a veto y a manipular sus intereses sin oposición era algo que China no iba ni a comentar.
Las bases legales para que Rusia sea miembro del Consejo de Seguridad son muy discutibles.
Jamás se votó su ingreso, considerando que no es miembro fundacional de la ONU y del Consejo, ya que el país que fundó el organismo y el sistema, junto a los demás Estados, fue la Unión Soviética de Stalin. Más de uno estará pensando que esto es disparatado, ya que URSS y Rusia son geográficamente lo mismo. Y ahí está el punto. No lo son. Rusia se sentó en su trono y los demás le dieron el OK. Pero 13 de los 15 países que con Rusia formaban la URSS tuvieron que lograr apoyo y entraron por votación y no por brutalidad. Ucrania y Bielorrusia entraron a ONU junto con la URSS en 1945. Pero desde Armenia a Azerbaiyán, pasando por Uzbekistán y así sucesivamente, los 13 ex miembros de URSS necesitaron pedir permiso y tocar timbre para ingresar. Rusia pretendió desde el principio de la caída del régimen comunista soviético ser un país diferente, y se auto designó una democracia. Hoy, si no fuera un organismo de cartón, la Corte Penal Internacional debería juzgar a los líderes rusos, y al Canciller que preside hoy el Consejo de Seguridad, como criminales y terminar con la banalización de lo que es una democracia.
Si la ONU como organismo y el Consejo de Seguridad como su brazo serio tuvieran un mínimo de autoestima, dirían públicamente una realidad que demuestra qué es Rusia en ONU, además de su crisis económica como resultado de que no destruyó a Ucrania en un mes como se jactó su tirano. Rusia paga el 2% del presupuesto de la ONU. Para medir esa cifra veamos algunas comparaciones. Estados Unidos aporta el 22%. Italia y Holanda pagan el doble. Rusia aporta, ¿pero paga?
De acuerdo a lo establecido en su creación, la Presidencia del Consejo de Seguridad debe salvaguardar la paz mundial. Hoy el texto original está al revés. Nada más peligroso para la paz mundial que dos dictaduras integren el grupo de los 5 y tengan veto. Nada más peligroso para Ucrania que en este mes de abril, desde la presidencia del Consejo, Rusia cometa más crímenes de guerra.
El Consejo de DDHH también se creó para la protección de los derechos de los humanos. Ayer, este Consejo emitió una severa condena con detalles de horror sobre las violaciones que comete Irán. Ejecuciones, asesinatos, detenciones arbitrarias, torturas, la lista es interminable. Pero, de los 47 miembros del Consejo de DDHH, ¿cuántos votaron a favor de la condena?.23. 8 se negaron a reconocer lo que hace Irán y 16 se abstuvieron. El voto cómplice si de DDHH estamos hablando. China, Bolivia, Cuba, Pakistán se opusieron entre otros a condenar a los Ayatolas. El mensaje le llegó a Irán. Decisión no vinculante como siempre y condena a la larga fallida. El voto a favor no fue mayoría. Las dictaduras que integran el Consejo se curaron en salud y defendieron a los bárbaros para cubrirse ellos también. Los Ayatolas, otra vez protegidos.
Ya comenzando Pesaj, recordamos al Faraón que no nos quiso dar la libertad. Hoy los faraones conducen países y organismos internacionales y no dan libertad, la quitan. Recordemos al Faraón y tengamos presente cómo resolver nuestros disensos en democracia, porque hay más de un faraón atacando y atacándonos.
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