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De Rusia con amor al Jardín de los cerezos

El jefe del grupo militar privado Wagner, Yevgeny Prigozhin, ha sido un  instrumento muy útil para el presidente ruso Vladimir Putin en varios conflictos, como en las guerras civiles en Libia y Siria, y en aquellos países africanos donde están en juego intereses geopolíticos rusos, y por supuesto, en el actual conflicto en Ucrania, sin embargo, Prigozhin ahora medita la retirada del grupo ante la actitud actual del Kremlin, que se muestra, cuando menos reticente al envío de más tropas y armamento.

 

Esto se manifiesta en la tensión, que va en aumento, entre el Comando Militar ruso y el citado grupo militar privado, que más allá de los motivos enunciados, se suma a que ahora el gobierno ruso, le ha prohibido el reclutamiento en las cárceles, una fuente tradicional utilizada por Wagner para cubrir sus cuadros mercenarios, una necesidad que se le hace acuciante debido al número de bajas sufridas en territorio ucraniano, en particular, los combates que se libran en el presente, para conquistar la ciudad de Bajmut, donde la resistencia de las tropas ucranianas es muy fuerte y decidida.

 

En caso, que el Comando ruso no responda a las necesidades del grupo Wagner, y ante la posibilidad de que se retire, seguramente ocasionaría una retirada de las tropas regulares rusas, no sólo del asedio a la mencionada ciudad, sino incluso en otras áreas de la región del Donbás.

 

Según informes de inteligencia, el ejército privado de Prigozhin, ha sufrido un 50% de bajas, entre los aproximadamente 40.000 presos que habían reclutado, y ante la negativa de Moscú de enviar municiones y personal, el grupo se retirará del teatro de operaciones ucraniano y volvería a sus actividades en el África, donde opera en distintos escenarios, y no sólo bajo el patrocinio del Kremlin, sino de otros gobiernos.

 

Ahora, ¿porqué la negativa de Moscú?, según los mismos informes antes mencionados, coinciden en que el Comando Militar ruso, está receloso de la independencia y el protagonismo que ha ganado el grupo Wagner.

 

En este escenario, el Comandante en Jefe de las fuerzas terrestres ucranianas, el Gral., Oleksandr Syrsky, estaría preparando una contraofensiva y no sólo, detener el avance ruso, tal como lo hizo en cercanías de Kiev, sino que podría incluso reconquistar zonas hoy ocupadas por las fuerzas rusas, tal como lo hizo en Jarkov y Kupiansk, razón por la cual, la batalla de Bajmut es tan importante.

 

También, algo que altera al Kremlin es, que Prigozhin, que durante mucho tiempo actuaba en las sombras, ahora tiene cada vez más exhibición pública, incluso, en ocasiones sus declaraciones, muchas veces no coinciden con el relato oficial de Moscú.

 

Así las cosas, aparece en escena un nuevo grupo militar privado, su denominación Konvoy, el líder de este nuevo grupo de mercenarios es, Konstantin Pikalov, alias Mazai, quién fuera el coordinador de operaciones para el África del grupo Wagner, incluso fue considerado el hombre de confianza de Prigozhin.

 

Este nuevo grupo, se hizo público en su canal de Telegram, en noviembre del año pasado, y sus comandantes son ex Wagner, y se conocen hace tiempo, pero más allá de su comandante, el nombrado Pikalov, responden al líder impuesto por Moscú en Crimea, Serguei Aksionov, quién en marzo ppdo., a través de la televisión rusa, se refirió a Konvoy, como su ejército privado y a su comandante como un reconocido héroe de Rusia, varias veces condecorado.

 

El citado líder crimeo, ha publicado también fotos donde está presente en los entrenamientos de Konvoy, que en su mayor parte esta conformado por reservistas del ejército ruso, quienes firman un contrato con este grupo y otro con el Ministerio de Defensa de Rusia.

 

Para quienes forman parte de este ejército privado, se les garantizan tierras en Crimea y Abjasia, tras cumplir un servicio de un año, y sus sueldos mensuales son, de u$s. 2.500 para el combatiente, y de u$s. 3.900 para sus comandantes, y al momento de crearse, contaba con más de 300 hombres, una cantidad que se ha ido incrementando.

 

En cuanto, a como se financia Konvoy, sus fuentes son de privados, que posibilitan que el grupo cuente con equipos, armas, municiones y abastecimiento necesarios para operar eficazmente, incluso, cuentan con sistemas de radares de última generación y una unidad de blindados, tanques rusos T80 y T90, y si bien, su cuartel general esta en la localidad de Perevanoye, Crimea, ya parte de este grupo estarían acuartelados en la región de Jerson, Ucrania, bajo control ruso.

 

Por otra parte, el presidente ruso Vladimir Putin y su círculo íntimo, ha tomado la decisión de confiscar los pasaportes de altos funcionarios y directivos de las empresas estatales, ante el temor de posibles deserciones.

 

Además, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha declarado que se han restringido los viajes al exterior, de todo personal jerárquico y/o especializado, que trabaja en áreas sensibles.

 

Estas medidas, nacen de informes de la FSB, es decir la ex KGB, que según tareas de inteligencia e infiltración, entre la elite civil rusa, se ha detectado que tras más de un año de la invasión a Ucrania, hay muchos que en privado se han manifestado estar en contra que se prosiga la guerra, además que ha afectado sus niveles de vida, actividades y patrimonios.

 

En realidad, esta medida adoptada no es nueva, pues en la época soviética, ministros y funcionarios de áreas sensibles o secretas, debían dejar sus pasaportes, y tras la ocupación de Crimea en el 2014, el Servicio Federal de Seguridad, advirtió que los viajes a Occidente, en particular, al Reino Unido, los EE.UU. y Canadá, estaban seriamente restringidos en general y prohibido para algunos empresarios y funcionarios jerárquicos, algo que se agravó tras la invasión a Ucrania en el 2022.

 

Ahora bien, si a lo reseñado sumamos el atentado en la confitería Street-Bar, en San Petersburgo, el pasado domingo 2 de abril, que le costó la vida al bloguero militar Vladlen Tatarski, fiel partidario del presidente Putin y de la invasión a Ucrania, el evento, que algunas fuentes adjudican a la inteligencia ucraniana y otras a partidarios de disidente Navalni, es un duro golpe al mito instalado desde hace más de 20 años en la sociedad rusa, en cuanto al poder autocrático de Vladimir Putin.

 

Por otra parte, la inhumación de Maxim Fomin, el verdadero nombre del bloguero asesinado, quién anteriormente formaba parte de las milicias pro rusas del Donbás, el batallón Vostok, se realizó bajo extremas y estrictas medidas de seguridad, y se le rindieron los honores propios de un Héroe de Rusia, pero también, una circunstancia muy particular se dio, que el líder del grupo Wagner, Prigozhin, se hizo presente antes que las autoridades y altos funcionarios, y se retiró previa a la llegada de éstos, lo que podría estar en sintonía con los desencuentros ya señalados entre él y la cúpula militar del Kremlin.

 

Pero más allá, de la prohibición de reclutar presos al grupo Wagner, el gobierno ruso ha implementado en estos días una nueva medida para el alistamiento de jóvenes, son las convocatorias electrónicas, a través de una página de Internet, que posibilitan una movilización más rápida y que prohíbe automáticamente a los notificados la salida de Rusia, esto se traduce, que este reclutamiento de emergencia abarca a unos 300 mil ex soldados, y que en caso de no presentarse, les acarrea restricciones tales como, suspensión de la licencia de conducir e inhibición para obtener créditos o la compra-venta de inmuebles, considerándose notificados cuando la citación ingresa en la cuenta personal del ciudadano ruso reclutado, y este proyecto de ley fue aprobado en la Duma por 394 diputados y una sola abstención, lo que no ha impedido algunas manifestaciones en contra, las que son severamente castigadas, como ha sido los casos de un ex militar y un paramédico, que lanzaron bombas molotov contra una alcaidía y fueron condenados a 19 años de prisión, a lo que se suman normas legales que reprimen a todo aquel que se oponga a la llamada “Operación Militar Especial”, es decir la invasión de Ucrania.

 

Finalizando la columna, la conclusión es: de aquellos primeros años en el poder de Vladimir Putin, de esos tiempos del resurgir la vieja gloria imperial de esa Madre Patria, de una Rusia con amor, ahora se asemeja más a la atmósfera de la obra del genial dramaturgo ruso, Antón Chejov, el “Jardín de los cerezos” ( o guindas), que muestra la historia de una familia aristocrática, que por una mala administración de sus riquezas, se enfrenta a importantes problemas económicos y financieros, a punto tal de ver como pueden perder su símbolo de tradición familiar, el remate de su hacienda donde está el bello Jardín de los cerezos, y tal como en la obra de Chejov, ¿será la China de Xi Jimping, como el comerciante, hijo de sirvientes de la familia, que propuso salvar la finca a condición de convertirla en un centro vacacional?, obviamente, hoy  el rol del comerciante sería el Gigante Asiático, y esto conlleva la dependencia rusa a Beijing, algo que se ha tratado en otras columnas, en cuanto a que en las generaciones más jóvenes rusos ven peligrosa la actual injerencia china, en fin por todo esto la frase elegida es de Winston Churchill, que dijo, “…la guerra es sobre todo, un catálogo de errores garrafales…”.

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