Federico Pipman un sionista religioso a favor de la reforma judicial pero crítico del modo que fueron al choque

Todavía saboreando la celebración de Iom Haatzmaut en Israel, Radio Jai dialogó con un eufórico, entusiasta y ferviente sionista, Federico Pipman, israelí que emigró desde la Argentina hace 12 años, y que actualmente trabaja de manera muy activa en Comercio Internacional y Marketing.

En momentos de esta entrevista, se tuvieron noticias de un apagón en muchas ciudades de Israel. Sobre ello, Federico señaló que se presume que haya sido un ciber ataque a la compañía de electricidad, y que, a pesar de que esto fue desmentido por las autoridades del sector, se advierte que algo de ello ha sucedido, porque hay poca señal en los teléfonos, bajó la intensidad de Internet y bajas en la infraestructura eléctrica israelí.

Consultado sobre su vida en Israel, la califica de “hermosa” la experiencia de estos 12 años. Contó que creció en el seno de una familia tradicionalista, muy sionista, con mucho orgullo judío y amor por las raíces. Sin embargo, no fue fácil para él tomar la decisión de la aliá, ya que toda su familia quedaba en la Argentina; dejaba un marco social, una carrera armada, una vida comunitaria. Sin embargo, subraya Federico, que “un judío fuera de Israel es un pez en una pecera, y que un judío en Israel es un pez en el mar” y que después de dos mil años de exilio tenemos la oportunidad de volver a casa, de ser parte de este proceso profético de redención, de estar todos juntos de los cuatro puntos cardinales, en donde la historia cobra vida, las cosas trascienden. “No podía quedarme afuera”, reveló.

El cambio fue rotundo al llegar a Israel. Empezó desde abajo y, de estar manejando la Comunidad judía en la Argentina, en diferentes movimientos, pasó a ser mozo, pintar casas, limpiar, pero hoy logró tener su propia empresa, es asesor de olim (nuevos inmigrantes) y formó su propia familia. “Estamos en casa”, expresó feliz.

Su recorrido comunitario en la Argentina había comenzado en el “Betam de Jonte”, participaba también en Israel Hatzeirá, y dentro del Movimiento Conservador, activaba en diferentes instituciones. Más tarde pasó por Jabad, hasta que llegó a Bnei Akiva, espacio que veía más acorde a su línea ideológica, y en Israel se “amoldó” al Movimiento Sionista Religioso.

Pipman vive con su familia en un ishuv (un asentamiento) en Binyamin, región que se conoce como parte de Iheuda y Shomron (Judea y Samaria) “mal llamado los territorios ocupados”, (subraya) recuperados en la Guerra de los Seis Días, un Ishuv comunitario donde viven más de cinco mil familias, de diferente procedencia.

En la zona hay cuestiones de inseguridad, hay atentados, es un lugar rodeado por poblaciones árabes muchas veces hostiles hacia sus vecinos.

Sobre ello, Federico dijo que “uno se acostumbra a sus árabes”,  parafraseando un dicho conocido en Israel. Explicó que se trabaja en conjunto con los árabes de la zona, que ellos lo que quieren es trabajar, vivir en paz, y que también les conviene la presencia judía ahí por una cuestión de infraestructura: “Donde hay un asentamiento judío, ellos tienen innumerables posibilidades de trabajo, acceso a internet, agua potable, electricidad y demás servicios, y que por eso la convivencia en la zona es positiva. Confesó que “algunas veces pasan cosas”, que en el ishuv cuentan con seguridad privada y que él mismo porta un arma para defenderse si llegara a darse la necesidad.

Acerca del tema que preocupa a la sociedad israelí, el de la Reforma Judicial, Pipman se declaró a favor de la Reforma, dijo que es algo que debe hacerse, pero que no está de acuerdo con el modo en que ella se planteó. “Se apuraron las cosas, se fue al choque innecesariamente”. Dijo que en estos momentos Israel está atravesando una de las peores crisis que pudieron haber tenido como país: “Nosotros en Israel siempre fuimos un país unido, un pueblo unido. Siempre estuvimos juntos, y esta es la primera vez en la historia de Israel, o por lo menos que yo recuerde,que familias no se juntaron para Pesaj por un tema político”, declaró con tristeza.

Indicó que La Reforma, más allá de la corriente, u orientación religiosa de cada uno, es un pedido de auxilio de situaciones que no tienen explicación, que la Reforma empieza para limitar el poder absoluto que tiene la Corte Suprema de Justicia, algo que no existe en ningún lugar del mundo. Señaló que la Corte interviene en todos los asuntos del país, que nadie puede regular, principalmente, su accionar contra respuestas militares, situaciones trascendentales de economía del país, y que por eso es importante hacerla.  Advirtió que es sustancial la Reforma para preservar a nuestros soldados, porque son numerosos los casos de soldados que murieron por un mal procedimiento, por no poder abrir fuego a tiempo.

Sostiene que hay que hacerla, y que la pregunta es cómo, pero que esta situación que están atravesando de tener las manos atadas es algo para cambiar de forma urgente.

Pasado el dulce impasse de Iom Haatzmaut el gobierno vuelve a la carga convocando a apoyar la Reforma, en medio del descontento general, de heridas abiertas, de crisis social, por lo que  parecería que más allá del tema jurídico, hubiera algo más, que la discusión fuera ideológica, de identidad judía del Estado.

Comparte Pipman esta visión, y explica que hay varios puntos para sumar a ello. El primero, es que en Israel, todos los ciudadanos o por lo menos el 90% de ellos, entienden de política, les interesa, quieren activar políticamente, que lo hacen con buenas intenciones,  quieren lo mejor para el país, para el pueblo judío, pero que cada uno lo ve bajo sus ojos y que a veces cuesta ser objetivo. Por otro lado, que en Israel es todo muy vertiginoso, que lo que pasa en cualquier lado del mundo en uno o dos años, en Israel pasa en una o dos semanas.

Remarcó que, en Israel, el pueblo judío, que siempre estuvo unido, fuera de izquierda, derecha, religioso, no religioso, jasídico, sefaradí o laico; que el problema es más que nada la falta de comunicación, la falta de mostrar un plan, de mostrar un proyecto.

Criticó Pipman el hecho de que la derecha que asumió el gobierno, en vez de tomar las cuestiones importantes a resolver en el país después de dos años de recesión por la Pandemia, después de una crisis mundial, después de la caída del turismo; en vez de ocuparse de las causas sociales, en vez de reactivar el trabajo, la economía, y de poder empezar a generar unión después de tres años de elecciones, fueron directamente con una propuesta de choque.

En esta unión del pueblo judío en Israel, se ha criticado muchas veces el hecho de que muchos judíos ortodoxos (no sionistas), no vayan al ejército, lo que provoca la reacción de quienes cumplen con las obligaciones de ciudadano y que paga sus impuestos. Por otro lado, lo que se dice sobre que la Reforma Judicial está siendo hecha apresuradamente a la fuerza porque hay intereses personales, por ejemplo los del Primer Ministro que tiene causas abiertas más allá de si son comprobables.

Sobre ello, Federico señaló que, antes que existe el estigma del religioso que no va al Ejército, lo que fue algo muy real durante muchos años, gracias a D’ios está cambiando, que incluso en Iom Haatzmaut, son cada vez más” las personas de negro” que participan en las tefillot, y que están de acuerdo con el Estado sobre las nuevas generaciones que se están capacitando en el mundo tecnológico, que están saliendo a trabajar y pagan impuestos. Consideró que, entonces hay que ver las cosas en proporción y saber que hoy en día también hay mucha deserción del Ejército, de la gente de extrema izquierda, que, por eso, ningún extremo en este caso es positivo, y que se torna todo muy complicado en un país con tanta ideología como Israel.

Acerca de Netanyahu, manifestó que su problema principal  fue el de no haber cambiado el sistema de elecciones cuando tuvo la oportunidad, creando un sistema presidencial como el de la Argentina. Opinó que ello provocó que, ese Primer Ministro eficiente querido y elegido de manera popular en Israel, se convierta en un mitómano. Dijo que por eso no puede hacer alianza con nadie, porque les tuvo que mentir a todos: Él a los ortodoxos les dice que no van a ir al Ejército, pero también hace alianza con Lieberman, y que si hace alianza con Lieberman tiene que permitir que los rusos hagan la conversión o que puedan hacer alía. Dijo que también hace alianza con el sionismo religioso, que los invita a construir libremente, pero con la economía que él quiere tener, la gente no puede construir.

Agradece de corazón a Bibi todo lo que hizo, pero cree que la gran mayoría del pueblo, incluso entre los sectores que están dentro de la alianza, que su mandato político terminó, no por mal desempeño, sino porque no cambió las cosas cuando las tenía que cambiar, que  la forma de elección de gobierno, trajo estas consecuencias, porque el sistema político de elección israelí está mal: ”No es democrático que un partido con cuatro bancas, pueda decidir quién es un ministro o pueda resolver qué pasa con los fondos de un país, Tampoco es lógico que una persona que no fue al Ejército, o no paga impuestos pueda votar”, declaró.

Federico lamenta la crisis que se vive en Israel, no la considera justa. Desea la unión de la sociedad sin importar ideología religiosa o color político. Insiste en lo doloroso que significa que en el Seder de Pesaj no se juntaran familias. Y explica que ese fue el principal motivo por el que no se va a manifestar ni a favor ni en contra de la Reforma, porque en este momento hay que preservar, por sobre todo, la unidad del pueblo.

Redacción: Prof Cita Litvak

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