Falleció el Rabino Harold Kushner Z.L best Seller por su libro “Cuando las cosas malas le pasan a la gente buena”

“Era un gigante para nuestra familia y un padre y abuelo increíblemente dedicados con los que se podía contar para todo. Nos complace saber que tanta gente está de luto con nosotros”, dijo la hija de Kushner, Ariel Kushner Haber.

El funeral de Kushner se llevará a cabo el lunes en el Templo Israel de Natick en Natick, Massachusetts, donde se desempeñó como rabino congregacional durante 24 años.

Kushner nació y creció en un barrio predominantemente judío en Brooklyn, Nueva York. Estudió en la Universidad de Columbia y más tarde obtuvo su ordenación rabínica del Seminario Teológico Judío de Nueva York en 1960.

La tragedia impulsó a Kushner, afligido por el dolor, a mirar a la Biblia para enfrentar audazmente los problemas del sufrimiento, la justicia y el papel de un Dios omnipotente, una tarea que muchos se han aventurado a explicar, pero muy pocos han respondido con tanta eficacia y gracia como él.

“A Dios le gustaría que las personas obtuvieran lo que merecen en la vida, pero Él no siempre puede arreglarlo. Obligado a elegir entre un Dios bueno que no es totalmente poderoso, o un Dios poderoso que no es totalmente bueno, el autor del Libro de Job elige creer en la bondad de Dios”, escribió Kushner.

En última instancia, concluye que la capacidad de Dios es limitada cuando se trata de controlar los peligros de la vida que resultan en tragedias en una escala generalizada y más pequeña, como el Holocausto y la muerte de un niño.

El libro, publicado hace más de cuatro décadas, proporcionó un mensaje que los lectores de todas las generaciones necesitaban escuchar: que el amor de Dios es ilimitado y que el plan final de Dios es que las personas vivan plenas, valientes y significativamente en un mundo menos que perfecto.

Los escritos de Kushner resonaron con lectores de todas las religiones.

Las otras obras de Kushner abordaron de manera similar las preguntas más difíciles de la vida sobre la bondad, el fracaso y el propósito. Aunque fueron informados en gran medida por una teología judía, su escritura resonó con lectores de todas las religiones.

“La mayor parte del tiempo, no podemos controlar lo que nos sucede. Pero siempre podemos controlar cómo respondemos a lo que nos sucede”, escribió. “Si no podemos elegir ser afortunados, ser talentosos, ser amados, podemos elegir ser agradecidos, estar contentos con lo que somos y lo que tenemos, y actuar en consecuencia”.

“Me siento un poco en conflicto por el hecho de que continúa resonando, porque significa que hay más personas que enfrentan nuevos problemas de sufrimiento”, dijo. “Siempre hay un nuevo suministro de personas afligidas que preguntan: ‘¿Dónde estaba Dios cuando más lo necesitaba?’ ”

Cuando se le preguntó si su relación con Dios ha evolucionado con la edad, Kushner, que tenía 74 años en ese momento, dijo que no.

“Mi sensación es que Dios y yo llegamos a un acuerdo el uno con el otro hace un par de décadas, donde él se ha acostumbrado a las cosas de las que yo no soy capaz, y he llegado a un acuerdo con cosas de las que él no es capaz”, dijo. “Y todavía nos preocupamos mucho el uno por el otro”.

Kushner fue honrado por la organización católica romana Christophers como alguien que hizo del mundo un lugar mejor, y la organización Religion in America lo nombró clérigo del año en 1999. En 2004 leyó el libro de Isaías en el funeral de estado del presidente Ronald Reagan.