Un régimen antisemita se apodera de la Asamblea General de la ONU

La República Islámica de Irán está bajo un régimen teocrático desde 1979 liderado por un comando chiita, la rama minoritaria del islam, que ejecuta a cada vez más personas sin sentencias judiciales.

La República Islámica de Irán fue señalada por la justicia argentina, bajo la formal acusación del asesinado Fiscal Alberto Natalio Nisman, de haber sido el autor intelectual del atentado a la AMIA que terminó con la vida de 85 personas en 1994.

La República Islámica de Irán protagoniza un incesante ataque contra las mujeres, minorías y distintos grupos étnicos que componen la nación. Todos los rincones de la sociedad iraní están bajo la imposición de quienes se autoproclaman intérpretes de la ley divina.
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En Irán no existen los Derechos Humanos y desde hace poco menos de un año el país se encuentra hundido en una suerte de revolución permanente con movilizaciones que se originaron en el Kurdistán iraní y llegaron a replicarse en la propia Teherán para repudiar al Ayatollah Khamenei.

Las autoridades represivas iraníes se volvieron más conocidas en septiembre de 2022 cuando una joven kurda de 22 años, Mahsa Amini, fue brutalmente asesinada por las brigadas de la Policía de la Moral por no llevar bien puesto el velo.

Es Irán el país que organiza, financia y estructura a las organizaciones terroristas que actúan dentro y fuera de Medio Oriente. Tienen milicias en Irak, en Yemen y en el Líbano donde operan desde 1980. Todos los países que terminaron bajo la influencia iraní terminaron hundidos en la pobreza.

Irán y Siria a partir del 2012 llevaron a cabo una masacre con más de 500.000 sirios asesinados y más de 6 millones de refugiados en manos de una minoría chiita. Para esos años, el líder sirio, Al Assad, provocaba el mismo rechazo que provoca hoy Vladimir Putin y su invasión a Ucrania con el objetivo de desmembrar a un país soberano miembro del concierto internacional.

Desde hace muchos años en Irán se pergeña un programa nuclear que pone en jaque no sólo a Israel, sino también a los vecinos más próximos como Egipto, Turquía y Arabia Saudita. Todos saben que las armas de destrucción masiva nunca pueden estar bajo la tenencia de la República Islámica.

En Irán se enriquece el uranio en las centrifugadoras nucleares, un elemento indispensable para el armamento nuclear, a niveles que no son para uso pacífico. Las armas no serán disuasivas.

Irán es un país que ha amenazado públicamente a otro país miembro de la Organización de Naciones Unidas, el estado de Israel, con su desaparición. En los últimos días han anunciado el lanzamiento de un misil con alcance de más de 2.000 km.

En Irán existe un conjunto de líderes políticos y religiosos que hablan de borrar a Israel del mapa. Desde hace tiempo las fuerzas iraníes han penetrado en la Franja de Gaza con el apoyo a Hamas y la Yihad Islámica Palestina, dos de los grupos terroristas que buscan el constante ataque contra la población civil israelí.

En Irán existe una persecución contra los iraníes que están en el exilio y que han debido abandonar su hogar nacional después de la llegada de los islamistas en 1979 y la radicalización en la postura antioccidental.
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La economía iraní está bajo las sanciones internacionales desde el 2003 y desde el 2006 bajo las sanciones unilaterales de los Estados Unidos a la producción tecnológica militar. En el año 2015 cinco países, liderados por la gestión del entonces presidente Barack Obama, quisieron dialogar con Irán y la situación volvió a foja cero.

Las protestas en Irán desde hace tiempo dejaron de tener la trascendencia e importancia en los grandes medios de comunicación y cientos de personas están siendo ejecutadas.

La República Islámica de Irán acaba de ser reconocida en la Vicepresidencia de la Asamblea General de las Naciones Unidas, un organismo que nació en 1945 para estabilizar y garantizar la paz, la seguridad internacional y velar por el sistema global. Este mundo de hoy no tiene ningún líder, al menos en la parte occidental, que esté capacitado para tomar decisiones impostergables para terminar con la amenaza iraní que se cierne sobre todos.

El descrédito de los organismos internacionales para velar por lo que deberían velar, en niveles altísimos. No es extraño.