Se desinfla la reforma judicial en Israel
La propuesta de modificar el comité de selección de jueces en Israel se había convertido en uno de los símbolos de la pretendida reforma judicial. Quizás esta era la más importante de todas las que impulsaba el gobierno, y una especie de Bastilla, que si caía simbolizaba una victoria.
En su versión original implicaba un dominio definitivo del comité de designación de jueces por parte del oficialismo de turno. Se buscaba cambiar la composición del comité y el método de selección para que la coalición oficialista, por sí sola, seleccionara a todos los jueces.
Pero las protestas no se hicieron esperar, y cuando se verifico la inviabilidad del proyecto de ley original, el oficialismo pretendió avanzar con una propuesta suavizada, por la cual, la coalición elegiría solo dos jueces principales en cada período de gobierno, con nombramientos posteriores que ya contarían con el consentimiento del representante de la oposición y el representante de los jueces. Pero era evidente que el nuevo esquema propuesto no era más que una pantalla para poder implementar el sistema original ya que normalmente no hay más de dos nombramientos en un mismo periodo de gobierno.
La oposición no compró la “propuesta suavizada” y se suspendió el proyecto de ley, entre otras cosas para lograr la aprobación del presupuesto. Pero da la impresión que este retraso también significo un golpe de gracia para los impulsores de la reforma legal.
Actualmente el comité de designación de jueces vuelve a la agenda porque la Knesset (que es el parlamento israelí) debe elegir a sus dos representantes para el comité antes del 15 de junio. Dado que no se aprobó la reforma, se sigue con el esquema de designación del comité en su formato anterior, es decir: tres jueces, dos ministros, dos representantes del Colegio de Abogados y dos miembros de la Knesset.
Desde el establecimiento del comité en los años cincuenta del siglo pasado, ha sido costumbre que los dos representantes de la Knesset sean un representante por la coalición y otro por la oposición, hasta que dicha práctica entro en crisis en la época de la ministra de Justicia Ayelet Shaked, y desde ahí la fórmula es clara: cuando estas en la coalición se trabaja para nombrar dos diputados de la coalición, y si estas en la oposición se pide volver a la antigua “práctica constitucional” de un representante por cada lado.
Pero Yair Lapid, del principal partido de la oposición Yesh Atid, condiciona la continuidad de las negociaciones sobre la reforma judicial, que se llevan adelante por impulso del Presidente de Israel, a que se permita seleccionar a un representante de la oposición en la Knesset para el comité de designación de jueces. El tema es que la oposición no logra consenso para la designación del candidato. Si finalmente es elegido un parlamentario opositor dentro de los 2 representantes de la Knesset para el comité, la coalición perderá la oportunidad de controlar la selección de jueces para la Corte Suprema. Para eso el oficialismo necesita contar con el apoyo de siete de los miembros del comité, que no lo conseguiría.
DARIO SYKULER – ABOGADO MATRICULADO EN ARGENTINA E ISRAEL – DIRECTOR SECRETARIO DE LA CÁMARA DE COMERCIO ARGENTINO ISRAELÍ
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