Al Assad y el regreso de Siria a la Liga Árabe. Sus pecados han sido perdonados
El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre dos rivales geopolíticos, como son Arabia Saudita e Irán, abrieron un nuevo capítulo en las complejas relaciones del Próximo Oriente. Una de sus consecuencias, el regreso de Siria a la Liga Árabe, algo que sorprendió a muchos observadores. Realmente ha sido impactante, el que antes era el enemigo de Riad, Bashar Al Assad, llegaba triunfante a la cumbre de la Liga Árabe en Yidda (Arabia Saudita).
La guerra civil siria, ha sido un campo de batalla de intereses geopolíticos, donde Rusia, temerosa que Siria, se convirtiera en un paraíso de islamistas, lo que implicaba una amenaza directa al avispero que es la región del Cáucaso, acudió en ayuda al régimen de Damasco. Occidente, siguiendo los dictados de sus aliados en la región, apoyaron a una panoplia de organizaciones, encuadradas como la “oposición” formada en gran parte por grupos extremistas, e inclusos vinculados con al Qaeda. El conflicto, permitió que un actor como Irán, adquiriera un mayor protagonismo. Hezbollah, la poderosa organización patrocinada por Teherán, gracias al conflicto sirio, logró que millares de sus combatientes adquirieran una experiencia única. Moscú, no cabe duda tuvo un rol relevante que el régimen de Assad prevaleciera.
En 2013, leíamos que el régimen de Damasco tenía sus días contados. El gobierno estaba contra las cuerdas y abría la posibilidad del triunfo de las organizaciones islamistas, que pronto reemplazaron el rol de las fuerzas democráticas sirias, como fuerzas de oposición armada. Esto generó que, en el frente interno, las minorías alauita y cristiana, hicieran causa común, dado que el triunfo de los islamistas, significaría el final de su presencia en Siria, agregándose sectores sunitas moderados. Al final de cuentas, el régimen autoritario del clan Assad, era y sigue siendo laico y nacionalista panárabe. Esto creó un núcleo duro y cohesionado, bajo un solo liderazgo. Al final, al parecer era el mal menor frente al genocida ISIS y los adláteres de al Qaeda. La oposición siria, estaba dividida e incluso hubo choques violentos entre dichas facciones. Los países que los apoyaban también tenían sus intereses y no existía coordinación, a diferencia del régimen de Damasco, donde a pesar de las diferencias y hasta competencia entre Irán y Rusia, ambos actores hacían causa común apoyando al régimen de Assad sin tapujos.
Los kurdos, que podrían ser un factor de moderación y un actor de peso para hacer frente al régimen de Damasco y la colección de grupos islamistas, bajo la experiencia de Rojava, sufrieron un duro golpe, dado que el creciente poder de estos y sus ligazones con el PKK, organización armada, que ha luchado por década contra los gobiernos de Ankara, cuando Estados Unidos les quitó el apoyo, a fin de no afectar los intereses turcos. Esto benefició al Assad. Debilitados los kurdos y sus aliados, las divisiones entre la oposición siria, fueron aprovechadas por el régimen de Damasco.
La imposibilidad de la “oposición” siria de controlar puntos clave del territorio, los llevó a estar confinados en áreas, que desde el punto de vista económico y estratégico son inviables. El régimen de Assad, logró mantener el control de más del 60% del país, garantizar la continuidad territorial y el acceso al mar. El precio pagado por el país fue elevado: más de 500.000 muertos y doce millones de desplazados. El drama de los refugiados, fue una de las crisis humanitarias más importantes, comparable a la vivida en la Segunda Guerra Mundial. Esto fue objeto de controversias en el seno de la Unión Europea y un arma de presión por parte del aliado incómodo, que es Ankara. Rusia, fue en socorro de su aliado sirio, no solo por la seguridad de su “flanco sur” sino, para conservar la única base en aguas del Mediterráneo, que garantiza al Kremlin, su rol como actor en dicho espacio, además de irrumpir con fuerza como en viejos tiempos, como un actor clave en el Próximo Oriente. Esto quedó reflejado en su papel en las negociaciones por el plan nuclear iraní. Teherán, ha sido el otro gran beneficiario de la guerra civil siria. En un primer momento, era el único aliado de Assad, esto abrió las puertas para que un proxy como es Hezbollah fuera utilizada a fondo, en el frente sirio. Millares de milicianos libaneses de dicha organización, adquirieron experiencia militar valiosa. La Fuerza Quds, elite del Cuerpo de Guardianes, también cosechó experiencia operacional real. Incluso los aspirantes a oficiales del último año de la escuela del Cuerpo de Guardianes, pasan una temporada en el avispero sirio, para adquirir experiencia militar real. El ejército regular iraní, también adquirió experiencia. La guerra civil siria, permitió que Teherán adquiriera un rol importante. Su lucha contra el ISIS lo fortaleció aún más, extendiendo una influencia cada vez mayor hacia Irak, donde miles de milicianos, están en manos de organizaciones controladas directa o indirectamente por el régimen iraní.
En mayo de 2023, el presidente iraní Ebrahim Raisi felicitó a su par sirio, por la victoria en la guerra. El jefe de estado persa viajó a Siria con una delegación compuesta por varios ministros y altos funcionarios. Damasco padece el aislamiento impuesto por Occidente, y esto repercute en las tareas de reconstrucción. Los iraníes, saben de ello, dado que llevaron a cabo dicha acción en soledad, al finalizar la guerra de Irak a fines de los años 80 y tienen una amplia experiencia al respecto. Bajo este panorama, el enviado de Naciones Unidas. Geir Pedersen, señaló como muy positivas las rondas de negociaciones entre Irán, Rusia y Turquía. Asimismo, el alto funcionario, indicó que las facciones sirias deben sentarse a negociar sobre cambios en la Constitución. Algo complicado, dado que el Baas y sus aliados, no van a dejar el poder tan fácilmente, agregándose la influencia de la minoría alauita que tiene en los resortes claves del poder sirio. Es por ello que consideramos, que el régimen de al Assad apuesta a una estrategia de desgaste de largo plazo, donde tarde o temprano el apoyo limitado que reciben los kurdos y sus aliados, como los islamistas, se diluyan, para ser aplastados.
Israel es otro actor relevante en el avispero sirio. Damasco era el enemigo previsible, pero la guerra abrió las puertas para la llegada de las fuerzas militares iraníes y el fortalecimiento del ala militar de Hezbollah, esto alarmó a los responsables de seguridad en Jerusalén. Las acciones militares israelíes se han centrado en objetivos muy puntuales, que tienen que ver con la seguridad de las fronteras de Israel. En abril de 2023 hubo ataques con medios aéreos y unidades de artillería de campaña. Los objetivos tienen que ver con la actividad de Irán en Siria y la destrucción de cualquier tipo de capacidad para lanzar ataques, ya sea por medio de cohetes, como en Gaza o el sur del Líbano, sino acciones de mayor magnitud. El ingreso a la Liga Árabe, puede ser un factor de moderación de Damasco y la reducción de la dependencia iraní, algo que será consecuencia de negociaciones muy delicadas. Mientras tanto, Israel debe mantener una especial atención en la frontera norte, no solo por acciones con cohetes u otras actividades hostiles, como reconocimiento, vigilancia, sino la posibilidad de acciones por medio de proxies, especialmente por parte de Hezbollah, gracias a una década de guerra en Siria, se ha visto realmente fortalecido desde el punto de vista militar.
El “perdón de los pecados” del régimen de al Assad
La tragedia siria, llevó a millones a huir, cientos de miles han muerto o desparecido. Las violaciones de los derechos humanos han estado a la orden del día. Todos los bandos comprometidos han cometidos crímenes de guerra y contra la humanidad. Pero dichos grupos, no han sido más que títeres de otros intereses. Indagar en los crímenes cometidos por el régimen como de sus enemigos, implicaría nada menos que salieran a la luz esos intereses inconfesables, y también deberían rendir cuentas. Lamentable, pero los crímenes de esta guerra quedarán impunes.
La “realpolitik” se ha impuesto. 21 ministros de exteriores, dieron el visto bueno para terminar con doce años de suspensión de Siria en la Liga Árabe. El conflicto sirio, sirvió para que el principal competidor de los saudíes, Irán, tuviera un rol importante y un peso cada vez mayor en la región. Es altamente probable, que el regreso de Siria a la Liga Árabe, tiene que ver con la estrategia de Riad de contener a Irán, y posiblemente, tiene que ver con el rol de Estados Unidos en la región, y la influencia de China y Rusia. El príncipe Mohamad bin Salman, ha optado por el pragmatismo.
El regreso de Siria a foros regionales como la Liga Árabe, así como la normalización con diversos actores de la región, como Emiratos Árabes Unidos, tienen que ver con una maniobra de los saudíes, para reducir la dependencia de Damasco respecto a Teherán, que se vuelve a incrementar dado la guerra de Ucrania, obligó a Rusia a reducir su papel en dicho país. Irán en los últimos años se ha convertido en un actor relevante, a pesar de las sanciones internacionales, su papel en Irak, Líbano, Siria y Yemen, es cada vez mayor. Por otro lado, un mayor entendimiento entre Moscú y el régimen de los ayatolás, hace factible que Irán pueda convertirse en una vía de salida al comercio exterior ruso, y aparece una gran interrogante, la posibilidad que el Kremlin, por la posición iraní respecto a Ucrania, acceda a venta de determinado equipo militar, y llegado el caso, asistencia al programa nuclear iraní. Arabia Saudita, está atrapada en el atolladero yemenita y una política de distensión con Teherán, aleja la posibilidad de situaciones de crisis en el Golfo Pérsico. Vale la pena recordar que Irán, tiene la capacidad de bloquear el acceso a dicho espacio, por medio del Estrecho de Ormuz.
El terremoto del 6 de febrero de 2023, que, por su magnitud, provocó la movilización de la comunidad internacional, esto aceleró el acercamiento de Egipto, Túnez, y Omán, con el régimen sirio, dejando completamente aislados a los grupos rebeldes. Los estados árabes deben lidiar con el problema de los refugiados, viéndose especialmente afectados Líbano y Jordania. En este último país, viven más de 600.000 sirios, un serio problema para el reino hachemita, y precisa algún tipo de entendimiento con Damasco. Otros actores, que se veían beneficiados por la ayuda internacional a los refugiados, como Turquía, dado que la asistencia monetaria disminuye, los ha llevado a la mesa de negociaciones con los aliados de al Assad: Rusia e Irán.
Estados Unidos a través de Omán, un actor con una diplomacia muy activa, ha contactado a funcionarios del régimen sirio. Las conversaciones son muy delicadas, tienen que ver con acusaciones sobre la existencia de prisioneros estadounidenses en Siria y el retiro de los asesores militares en el área controlada por los kurdos. La normalización de las relaciones sirias con el resto de los países árabes, ha sido una amarga noticia para la Casa Blanca. En este proceso ha estado completamente marginado. Esto es consecuencia del grave error estratégico del gobierno de Joe Biden, de concentrar casi exclusivamente su agenda en la crisis de Ucrania. Conflicto que lo alejó de sus aliados árabes, que siempre han tenido buenos vínculos con Moscú, que nunca ha tenido limitaciones a la hora de vender armamento, ni ha realizado presiones en materia de cuestiones políticas o de derechos humanos.
La Unión Europea es otro perdedor, dado que en su momento tuvo que lidiar con millones de desplazados por la guerra civil siria. Ha permanecido completamente ausente, respecto a la crisis siria. La política exterior de la UE, ha mostrado una ausencia total de autonomía, como queda reflejada en la guerra de Ucrania, que está supeditado a los dictados de Washington. Siria regresa a un importante foro regional, y al parecer encuentra el camino para eludir sanciones internacionales, y obtener ayuda a la reconstrucción de la posguerra.
El régimen sirio, con la mejora de las relaciones con otros estados árabes, tras su admisión en la Liga Árabe, accede a la posibilidad de eludir sanciones económicas, fortalece al régimen, dado que el tema de los refugiados, se transforma en “moneda de cambio” en lenguaje estratégico, a la hora de negociar con los países de la región, el retorno “voluntario” de miles de refugiados sirios, como también buscar algún tipo de apoyo a la reconstrucción luego de más de una década de guerra. Siria, tiene al 80% de la población por debajo de la línea de la pobreza, su sector privado se vio seriamente afectado y gran parte de la capacidad industrial terminó en Jordania, Turquía o Egipto. Los capitales vienen de Rusia e Irán, y Damasco busca diversificar las fuentes, dado que las empresas iraníes y rusas, sienten el rigor de las sanciones internacionales.
La tragedia siria costó cientos de miles de vidas, miles de desaparecidos, el mundo ha sido testigo de verdaderos horrores, la destrucción de un país y de millones de desplazados. El régimen, que hasta ahora era un paria, por los cambios en geopolítica del Próximo Oriente, ha sido de alguna u otra manera, rehabilitado y sus terribles pecados, al parecer, han sido perdonados.
Por el Dr. Jorge Alejandro Suárez Saponaro
Fuente: LA POLIS
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