La persistencia de Moscú y el cansancio de Occidente
Mientras la contraofensiva ucraniana no está logrando los avances que se anunciaron, aunque persisten los combates, el cansancio está empezando a ganar terreno en el bloque occidental. Es una guerra que se anticipa larga y sin resultado claro, más allá del desgaste que esto está significando para el régimen de Vladímir Putin. Pero esa erosión de recursos no lo ha logrado desestabilizar, no habiendo internamente una alternativa clara y con la fuerza suficiente para desplazarlo y sentarse a negociar nuevas condiciones con Occidente y Ucrania.
Vladímir Putin persiste, porque sabe que es su mejor carta. Con procesos electorales a la vista en Estados Unidos y Europa, apuesta al cansancio y la indiferencia de la opinión pública ante una guerra que se ha naturalizado, que ya no conmueve ni genera atención. Los más probables candidatos a la presidencia en Estados Unidos para 2024, Joe Biden y Donald Trump, tienen visiones contrapuestas, y el demócrata ve cómo se estrecha su margen de acción y financiación a medida que se aproximan los comicios. Y si el líder del bloque expone contradicciones y cambios repentinos, los socios europeos se irán desentendiendo de la guerra aceleradamente, proponiendo una solución de compromiso para Ucrania. Esto es, que el gobierno de Ucrania ceda territorios en el este, con lo que Putin lograría su objetivo.
Ya están surgiendo voces en el seno de la OTAN, por parte de algunos funcionarios, de que habría que contemplar esta salida negociada. Supone también echar al olvido los crímenes de guerra cometidos, y lograr una frágil paz –desconocemos si será duradera o una tregua pasajera- por una solución sin justicia. Pero sí, en cualquier eventualidad, quedarán abiertas heridas que tomará varios decenios y generaciones en empezar a cerrar.
En línea con esta política de la persistencia de Putin, tuvo lugar la XI Conferencia Internacional de Seguridad en Moscú, a la que asistieron delegados de 76 países, entre ellos sus aliados más cercanos como Bielorrusia, Corea del Norte, la República Popular China e Irán, pero también de otras naciones que hacen jugadas simultáneas como India, Sudáfrica y Turquía, que responden a sus propios intereses. Obviamente, de América latina concurrieron los tres alineados con Putin, a saber: Cuba, Nicaragua y Venezuela. Busca romper con esta percepción de aislamiento que le impuso el pedido de captura de la Corte Penal Internacional bajo acusación de genocidio. Y es que la guerra es, además de una cuestión militar, el campo de la diplomacia y de las percepciones, ya que también se libran batallas en los medios de comunicación.
Ricardo López Göttig
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