75 años de las legendarias Fuerzas de Defensa de Israel
Las Fuerzas de Defensa de Israel tienen su origen en la modesta milicia Haganá o Defensa, en la época del mandato británico de Palestina. Son tiempos que se forjaron sus brillantes comandantes de años posteriores, artífices de verdaderas hazañas militares. Las brillantes victorias obtenidas fueron obra, no solo de un pueblo con voluntad de lucha y determinación a pagar un alto precio por su existencia, sino también por soldados bien entrenados, motivados y con un liderazgo excepcional. En este 2023, se cumplen 75 años de una institución militar única.
Por el Dr Jorge Alejandro Suárez Saponaro
El Sistema de Defensa Nacional en Israel, tiene como principal desafío garantizar la supervivencia de la nación judía. Los enemigos del estado hebreo, no aspiran a quedarse con parte del territorio, imponer su dominio indirecto y neutralizarlo geopolíticamente, sino su destrucción. Esto ha sido percibido desde el nacimiento del Estado, en 1948, por parte de los dirigentes israelíes. La derrota militar, implica lisa y llanamente la desaparición del país.
Israel, es un país con recursos humanos limitados, un pequeño teatro de operaciones, limitaciones económicas, lo que ha impactado en su estrategia nacional. Las limitaciones respecto al potencial humano, se compensa con un servicio militar universal, donde todo hombre y mujer capaz, es reclutado, siguiendo el modelo de “ejército ciudadano” vigente en Suiza. La ausencia de profundidad estratégica, imponer la necesidad de combatir en territorio enemigo. Las limitaciones en materia de recursos humanos y económicos, exigen que las guerras deben tener la menor duración posible. Esto impacta en el equipamiento, entrenamiento, organización y doctrina.
La Alerta Estratégica, es un factor clave, para poder anticiparse a los enemigos de Israel. Es por ello que el país cuenta con una comunidad de inteligencia de primer nivel, con la legendaria Mossad. La Guerra de los Seis Días, ha sido un ejemplo brillante como funcionó la inteligencia israelí para la prevención de un ataque árabe.
Las fuerzas israelíes, a pesar de ser de reclutamiento obligatorio, cuentan con un magnífico sistema de movilización, lo que permite en plazos de preavisos muy cortos, tener listos miles de efectivos listos para combatir, agregándose el alto grado de alistamiento de las unidades activas, donde juegan un rol muy importante las fuerzas de operaciones especiales y las de elite.
Las raíces de las Fuerzas de Defensa de Israel – Zahal Zva Ha Hagana Le Yisrael – las encontramos en la organización paramilitar “Hagana” o “Defensa” destinada a proveer seguridad a los asentamientos judíos en tiempos del Mandato Británico de Palestina. Esta fuerza era de carácter clandestino, dado que los británicos no permitían la existencia de organizaciones armadas judías. Ello no impidió casos como el capitán inglés Orde Wingate, a fin de contrabalancear las actividades armadas árabes patrocinara las “Escuadras Nocturnas”, fuerzas especiales que operaban en la profundidad del territorio enemigo. Estas fueron la escuela para muchos altos mandos israelíes, entre ellos, tal vez el soldado más famoso de Israel, Moshe Dayan.
La Hagana contaba con una entidad regular conocida como “Palmach” o compañías de choque, que perdieron unos 1200 soldados en los ocho años de existencia en los choques con las fuerzas árabes. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, los británicos reclutaron tropas en su imperio colonial, y Palestina no fue la excepción, creándose una brigada judía, que pelearon con valor en Europa. El conocimiento militar adquirido, ya sea en Hagana como en ejércitos extranjeros, que luego fueron transmitidos a las FDI.
En 1947 en la etapa final del mandato, la Hagana, contaba con no más de 30.000 efectivos, de los cuales 3.000 eran de las Palmach, dirigidas por Ygal Allon, 10.000 del Hel Sadeh o Cuerpo de Campaña Móvil, y Hel Mishmar, con un número variable de voluntarios, que rondaba los 20.000 efectivos, destinados a cumplir funciones de defensa territorial. Bajo el mando operacional de Israel Galil, las fuerzas israelíes tuvieron que hacer frente a los árabes, mejor equipados y más numerosos. La diferencia entre unos y otros, era que los hebreos, contaban con un mando organizado, buena organización y objetivos definidos.
La guerra de Independencia cobró muchas vidas israelíes, pero el talento estratégico quedó en evidencia, gracias a tácticas innovadoras, calidad de liderazgo y preparación para el combate. El 31 de mayo de 1948, las fuerzas de la Hagana, dieron paso a las Fuerzas de Defensa de Israel o FDI. El mando operacional recayó en Ygal Yadin, con apenas 26 años. En 1949, Israel había salido victorioso, los ejércitos árabes de los países vecinos, no pudieron cumplir con el objetivo de expulsar a los judíos y el Estado israelí proclamado el 14 de mayo sobrevivió.
La reorganización de la FDI 1948-1967
La guerra de independencia se caracterizó por acciones unitarias, donde las partes buscaban ventaja táctica local. El éxito dependió de la calidad del mando frente a unidades tipo batallón. El precio pagado por esta lucha fue de 8.000 caídos por parte israelí, un precio demasiado alto, para un país de solo 600.000 almas. El conflicto tuvo un profundo impacto en la FDI, en su organización, equipamiento y doctrina. Los árabes en la próxima contienda no deberían tener la iniciativa.
El general Yadin, jefe de las FDI reorganizó dicha institución, destacándose la reforma del sistema de jerarquías, estandarización de uniformes e insignias y el establecimiento de un servicio militar, al estilo suizo, donde cada hombre capaz era un soldado potencial. Razones económicas y demográficas impedían tener fuerzas armadas importantes de manera permanente, por ende, las FDI serían un reducido núcleo, con una importante reserva activa, de rápida movilización, que gracias a su grado de alistamiento y preparación podía ser empleada como fuerza de combate de primera línea. Otro de los grandes desafíos fue la formación de cuadros, especialmente oficiales profesionales. En la gestión del general Makleff – de tan solo 33 años – fueron organizados centros de instrucción en todo el país, bajo el control del general Laskov, para instruir 27.000 oficiales en 18 meses.
En lo referente al arma acorazada, quedó la 7ª brigada como unidad permanente junto a una escuela de entrenamiento de blindados. En estos tiempos de reorganización, apareció una fuerza muy peculiar, como respuesta a la creciente actividad guerrillera palestina en la zona del Valle del Jordán, la Unidad 101, al mando del “tempestuoso” Ariel “Arik” Sharon, quién escogió personalmente a sus hombres. El entrenamiento era poco ortodoxo como el uniforme, donde cada uno se vestía con libertad. Esta peculiar unidad, que fue disuelta por razones políticas, introdujo importantes cambios en el entrenamiento y procedimiento tácticos. Ariel Sharon terminó siendo luego jefe de la Brigada Paracaidista 202, que se distinguió en los combates del paso del Mitla en el Sinaí, durante la llamada Guerra de las Cien Horas – Operación Kadesh. En dicho conflicto, el arma blindada cobró particular importancia.
Los responsables de la defensa israelí apoyaron la creación de unidades de adiestramiento especial/elite, como mecanismo para compensar las falencias materiales y numéricas frente a los árabes. Los paracaidistas, por ejemplo, se hicieron célebres por su entrenamiento, moral, motivación y sus comandantes. Se convirtieron en una verdadera elite. A mediados de los 50, parte de los problemas de adquisición de equipo, se vieron compensados por el apoyo francés. La injerencia directa de El Cairo – en manos del gobierno revolucionario de Nasser – con la rebelión argelina, facilitó la venta de equipo militar de diverso tipo, desde tanques Sherman, de rezago de la Segunda Guerra Mundial, pasando por los ligeros AMX 13, obuses autopropulsados, misiles antitanque, y aviones.
La ausencia de profundidad estratégica del país, por su dimensión geográfica, obligaron al Alto mando israelí, a pensar en acciones netamente ofensivas. Dado los recursos limitados, apostaron al desarrollo de fuerzas de choque blindado apoyados por una poderosa fuerza aérea. Las fuerzas acorazadas israelíes fueron incrementando sustancialmente su número de medios y unidades, además de proveer un entrenamiento de primer nivel a sus tripulaciones, lo que permitía compensar las debilidades frente a sus vecinos árabes, que contaban con medios más modernos, pero limitados por un entrenamiento inferior. El general Israel Tal, fue el gran artífice del arma acorazada israelí. En los días previos a la guerra de los Seis Días, el ejército contaba con tanques M48 Patton, AMX 13, Centurión, y Sherman modificados. Todos los tanques estaban adaptados para la guerra en el desierto.
El planeamiento israelí preveía una campaña costa, de no más de setenta y dos horas, en la cuales debía obtenerse un triunfo importante. El plazo era tan corto, dado que si estallaba la guerra, las sanciones internacionales, tendrían impacto directo al esfuerzo de guerra israelí. En los planes del alto mando, Israel debía contener a Jordania y Siria, mientras se ocupaba de derrotar o por lo menos golpear duramente a Egipto, primera potencia árabe. Luego las fuerzas se centrarían en derrotar los países citados. El entrenamiento preveía que las brigadas combatieran dos a tres días de manera continuada. La idea de librar una guerra de dos frentes, era un escenario peligroso, dado la dependencia de la movilización de reservistas y los limitados recursos humanos del país. Además del costo económico que implicaba la movilización, afectaba el funcionamiento de Israel. Por lo tanto, un conflicto armado, debía ser breve.
La FDI, estaba subordinada al poder civil, por medio del Ministerio de Defensa, pero la peculiar realidad del país, le dio al jefe de Estado Mayor General, su cuota de poder, con amplia libertad de acción para responder a diversas contingencias. El sistema le permitía dar rápidas respuestas a la infiltración terrorista y las guerrillas en las zonas fronterizas. Subordinado al Estado Mayor General, encontramos los Mandos Sur, Norte y Central, que en tiempos de guerra controlaban un número variable de Ugdas o agrupaciones de tipo divisionario que englobaba un número variable de brigadas. La Fuerza Aérea, con unos 450 aviones, era un componente privilegiado, junto al arma acorazada en la asignación de fondos. Se estima que Israel destinaba el 50% de las inversiones de defensa para material aéreo y blindado. En una primera instancia, gracias al apoyo francés, fueron ensamblados en Israel aviones de entrenamiento y tácticos, mientras que el grueso de los cazas también, eran de origen francés, como helicópteros y aviones de transportes. Los pilotos israelíes, tenían una gran preparación y formación. Los árabes que operaban los modernos Mig 21, se consideraban superiores, pero pronto se darían cuenta que esto no era verdad. La calidad de los técnicos, sistema logístico y la preparación de las tripulaciones aéreas israelíes era bien superior., a pesar de la aparente superioridad numérica y tecnológica árabe. En la guerra de los Seis Días, el Mirage sería la “gran estrella” de los combates aéreos.
La flota israelí durante bastante tiempo estuvo compuesta por buques de la Segunda Guerra Mundial, ex Royal Navy, además de dos viejos submarinos. Junto a los patrulleros costeros y auxiliares no sumaban 24 buques con 3.000 efectivos. La fuerza naval tenia tres bases, Haifa, Ashdod y Eilat. Era una fuerza también con elevado nivel de preparación, destacándose sus célebres comandos, tácticas de empleo agresivo, con misiones bien concretas: negación del mar y protección de las líneas de comunicaciones.
Las lecciones de los conflictos vividos en 1948 y 1956, pusieron de relieve que la FDI no podía tener bajas excesivas y esto repercutió en sus servicios de sanidad – hasta el día de hoy – y en la doctrina militar vigente. Conflictos donde hubo importantes bajas, como la guerra del Yom Kippur o el Líbano, fue objeto de importantes cuestionamientos públicos y de la revisión de lo actuado por los responsables de la defensa nacional.
Las guerras árabe israelíes. Nace la leyenda
En 1967 la situación era explosiva para Israel, sus enemigos hablaban directamente de la destrucción del país y arrojar a sus habitantes al mar. La Unión Soviética por razones estratégicas, era un generoso proveedor de equipamiento militar. Egipto recuperó en menos de diez años material perdido por modernos buques, tanques, cañones y aviones. Además del apoyo de millares de instructores militares. Siria con una serie de golpes de Estado, había girado hacia Moscú y también recibió generosa ayuda soviética. Jordania, país pro – occidental, también por razones políticas, recibió material moderno del Reino Unido y Estados Unidos. La llegada de armas, también potenció a las guerrillas palestinas. La concentración de fuerzas cercanas a las fronteras israelíes y la escalada verbal de sus vecinos, alarmó a la dirección estratégica israelí. En junio de 1967, en una verdadera guerra relámpago, los israelíes derrotaron a fuerzas superiores en tierra, aire y mar. Las acciones marítimas, fueron limitadas a incursiones de comandos y al fuego naval por parte de una flotilla israelí, que impidió que la moderna flotilla de patrulleros lanzamisiles egipcios se hiciera a la mar. La guerra de los Seis Días, fue una victoria espectacular, donde la calidad del entrenamiento, planeamiento e inteligencia le permitieron a Israel, sobreponerse a enemigos superiores. Entre la Guerra de los Seis Días y la Guerra del Yom Kippur, se libró la “guerra de desgaste” en las fronteras, que en el caso del frente sur, consistió en intercambios de fuego artillero, incursiones de comandos, destacándose la destrucción de la isla artificial de Green Island, empleada como estación radar egipcia, fuertemente protegida. Otra acción espectacular fue la captura de una estación radar por un comando helitransportado, que además de tomar el objetivo, se llevaron en menos de cinco horas, el radar completo.
La Guerra del Yom Kippur de 1973, fue un duro golpe político para Israel. Las tres semanas de conflicto y las pérdidas ocasionadas por el enemigo, llevó al término de la guerra a una profunda revisión. En el norte, las fuerzas israelíes, pelearon duramente y rechazaron el ataque sirio. En el frente sur, falencias en el empleo combinado de unidades mecanizadas y acorazadas, tuvieron un elevado precio, además de la eficiente barrera antiaérea egipcia. La operación Gacela, del general Sharon, fue un contragolpe espectacular de Israel, pero fue una victoria táctica, donde quedó reflejada la doctrina clásica israelí de “velocidad y potencia de fuego”. La fuerza Aérea una vez más se comportó como una institución de primer nivel. Reforzada por aviones A-4 Skyhawk y F-4 Phantom, libró duros combates. La marina se mostró sumamente eficaz, especialmente con el ingenio de producción nacional, el misil Gabriel. Las acciones agresivas de la flotilla de patrulleros lanzamisiles, sorprendieron a sus enemigos, que en el caso de Siria terminó con la destrucción de su flotilla de patrulleros en sus propias bases, como también en el caso de Egipto – poseedor de una fuerza naval muy superior – quedó con sus fuerzas navales paralizadas en puerto, luego de una audaz incursión. La Marina israelí, había hecho un gran esfuerzo de modernización, con la construcción de las patrulleras Reshef, apoyado por un exigente programa de entrenamiento y contar con mandos de excelente calidad.
La finalización de la guerra llevó a una profunda reestructuración de la FDI, luego del duro informe de la Comisión Agranat. Las fuerzas terrestres atravesaron por cambios doctrinarios, especialmente en el empleo de las fuerzas mecanizadas/acorazadas. La infantería mecanizada operaría estrechamente con las fuerzas blindadas, para proveer una adecuada defensa contra equipos de infantería dotados con armas antitanque – que tantas bajas ocasionó a los israelíes en el Sinaí –esto se extendió también a la artillería. Israel adquirió en cantidad nuevos obuses autopropulsados. Las inversiones incluyeron también la adquisición de nuevos sistemas de defensa antiaérea, entre otras reformas. Otro aspecto, fue mejoras en el sistema de movilización y planeamiento, habilitando a la FDI combatir en tres frentes, evitando repetir la amarga experiencia del 73, donde el país vivió verdaderos momentos de zozobra.
La FDI tuvo que seguir lidiando con el fenómeno terrorista y las guerrillas palestinas, especialmente desde sus bases en el Líbano. Un hecho destacable en este conflicto, fue la Operación Yonatán (nombre en honor al comandante israelí que lideró la operación), el célebre rescate de pasajeros de origen israelí, secuestrados por un comando terrorista en el aeropuerto ugandés de Entebbe. En junio de 1976 la célula “Che Guevara” del Frente Popular para la Liberación de Palestina secuestró un avión de Air France, para luego desviarlo a Uganda, donde con complicidad del siniestro dictador Idi Amin, estuvieron retenidos pasajeros israelíes. Fue montado un espectacular operativo de rescate, que permitió regresar a las victimas a su país de origen.
La presión terrorista siguió y llevó al gobierno israelí, a intervenir en el Líbano, envuelto en una guerra civil. Esta intervención tuvo consecuencias políticas negativas para Israel y para la FDI tuvo su impacto, dado que estaban pensadas para operar por lapsos cortos de tiempo. El conflicto libanés, significó mantener desplegados un importante número de efectivos, en una guerra de desgaste. En el año 2000 Israel se retiró de dicho país. Hubo nuevas intervenciones como la operación “Uvas de Ira” en 1996 y la Segunda Guerra del Líbano en 2006, contra el Hezbollah, donde una vez más la FDI se vio involucrada, en un nuevo conflicto asimétrico. La captura de dos suboficiales israelíes en la frontera común con Líbano, fue el detonante de la crisis. A pesar de la dura respuesta israelí contra el grupo libanés – que lanzaba cientos de cohetes y proyectiles contra poblaciones civiles del norte – los resultados fueron limitados. El Hezbollah mantuvo su influencia en el Líbano e incluso capitalizó positivamente la respuesta israelí. Sin ninguna duda la imposibilidad de dar un golpe estratégico contra el liderazgo de dicho grupo, ha incidido en que este grupo siguiera operando y fortalecido gracias al apoyo de Irán.
Los desafíos en una geopolítica explosiva.
Israel es un país de unos 21500 km2 que limita al Norte con el Líbano, Noreste con Siria, al Este con Jordania y el Estado Palestino, y al Sur con Egipto y la Franja de Gaza, nominalmente controlado por el gobierno Palestino, pero en manos del grupo terrorista Hamas. Además, Israel, en el sur, salida al mar Rojo por medio del Golfo de Aqaba. Estamos ante un país de 420 km de longitud, flanqueado por el Mediterráneo al Oeste y el valle del río Jordán y la depresión del Mar Muerto al Este. El país cuenta con tres ambientes definidos, la llanura litoral, la zona de montañas en el centro del país, y la depresión del valle del Río Jordán.
Israel linda al sur con la región egipcia del Sinaí, convertido en un espacio donde operan diversas organizaciones terroristas, destacándose la presencia del siniestro Estado Islámico – DAESH, que ha forzado a una mayor presencia militar egipcia para hacer frente a este flagelo. La caída del gobierno de Morsi, apoyado por los Hermanos Musulmanes, sin ninguna duda fue para Israel un alivio. Hamas es la rama palestina de la citada organización. La llegada del régimen del general al Sissi, permitió que Egipto volviera a su tradicional postura pro occidental desde tiempos de los Acuerdos de Camp David de 1979. Es la primera potencia del mundo árabe, su seguridad y estabilidad política es crucial para los intereses israelíes.
La Franja de Gaza desde hace más de diez años, está controlada de facto por un gobierno monopolizado por el grupo integrista islámico Hamas. Que ha generado más de una crisis militar, dado a la infiltración terrorista, como ataques por medio de cohetes y proyectiles a poblaciones israelíes vecinas frenada gracias al bloqueo impuesto por Israel, Cisjordania, controlada en parte por el Estado palestino, es un área sensible a los intereses del Estado israelí, por diversos motivos. Desde la política de instalación de colonos, no reconocida internacionalmente, la cuestión de Jerusalén y el valor que tiene el valle del río Jordán. La construcción de muros defensivos y un complejo sistema de seguridad terminaron por un tiempo, con la infiltración terrorista, con elevado costo político exterior, y cierto punto también interno. La escalada de acciones terroristas en 2022, pusieron en evidencia la necesidad de otro enfoque, muy complejo, dado que la Autoridad Palestina, muy debilitada, ha facilitado la creación de organizaciones armadas palestinas con sus propias agendas.
El reino de Jordania es un estado pro occidental, con un frágil equilibrio, dado la importante presencia de población de origen palestino, su estabilidad es crucial para la seguridad de Israel. Dicha política exterior, le ha permitido al reino hachemita mantener fuerzas armadas modernas con apoyo de Estados Unidos, Reino Unido y la generosa financiación de las monarquías del Golfo Pérsico. Esto le permitió que Amman, no solo tenga modernas fuerzas armadas, sino el mejor ejército de Oriente Medio, en términos de calidad de adiestramiento y profesionalismo. Un ejemplo de ello fue la calidad de las tripulaciones de los tanques Centurión y M48 que lucharon en las distintas guerras árabes – israelíes.
Siria, durante décadas fue el enemigo previsible, el objeto de disputa, son los Altos del Golán, ocupados por Israel en 1967, no solo por razones militares para impedir que los sirios tuvieran acceso a las poblaciones de Galilea, sino por el control de las fuentes del río Jordán. En otras palabras, tiene doble función, por un lado, como zona de amortiguación y por otro, está estrechamente ligado al control de un recurso que, en Oriente Medio, tiene particular importancia, el agua. Esto le ha permitido al gobierno israelí, no estar sujeto a presiones u otros actores en políticas de desarrollo agrícola, etc. La guerra civil siria, a pesar de los intentos de derribar el régimen de al Assad, gracias a un verdadero “golpe” dado por Rusia, en atención a sus intereses en la zona, les permitieron a las fuerzas leales a Damasco imponerse en la guerra civil. Esto ha fortalecido a otro actor, Irán, que ha tenido un importante papel en apoyo a las fuerzas sirias contra la panoplia de organizaciones de resistencia, muchas de ellas terroristas, ligadas a grupos como al Qaeda o los restos del siniestro Estado Islámico o DAESH/ISIS. Irán ha incrementado su presencia en Oriente Medio, gracias a este conflicto, no solo a través del apoyo al grupo Hezbollah, sino también por la presencia de sus organismos militares y de inteligencia en apoyo a Siria y también a Irak, en su lucha, en el caso de este último contra Estado Islámico.
Líbano es otro factor de atención, no solo por Hezbollah, que se ha visto fortalecido por la guerra civil siria y por la experiencia bélica de 2006, sino también por el descubrimiento de yacimientos de gas en aguas del Mediterráneo, lo que ha generado diferencias entre los diferentes estados ribereños, que incluye a Israel. La existencia de dicho recurso ha tenido su impacto en la modesta fuerza naval israelí, que apuesta a contar con medios de mayor capacidad para la protección de los intereses israelíes en el mar.
Irán es otro serio desafío para Israel. Teherán es una potencia regional, que ha ido escalando posiciones, especialmente durante la crisis desatada por la aparición del Estado Islámico y la guerra civil siria. La principal preocupación estratégica israelí es que Irán no disponga de armas nucleares. Tel Aviv actuó con determinación ante la amenaza cierta de que los regímenes de los ayatollahs lograran enriquecer uranio, con el célebre “ciberataque” que paralizó dicho proceso. El desarrollo balístico iraní, ha impactado en la defensa de Israel, que ha desarrollado modernos sistemas para contrarrestarlo. Sin ninguna duda contener a Irán es uno de los grandes desafíos para Israel en los próximos años, en atención que la agenda de Teherán, tiene como objetivo la eliminación del estado judío.
La Fuerza de Defensa de Israel: Una verdadera elite. El Plan Gedeón, El campo de batalla del siglo XXI
El Estado de Israel no forma parte de ninguna alianza militar, a pesar de la ayuda de Estados Unidos – valuada en unos US$ 3.000 millones por año – ello no impide que la responsabilidad primaria en caso de conflicto, la defensa recaiga pura y exclusivamente en la Fuerza de Defensa. Dado las características geográficas y la magnitud de los adversarios a enfrentar, ha impactado en el adiestramiento, equipamiento, doctrina y despliegue de las fuerzas militares. La iniciativa estratégica debe quedar siempre en manos israelíes y la batalla debe ser librada en el teatro de operaciones del adversario. Los limitados recursos humanos, las campañas prolongadas quedan descartadas, en el menor breve lapso de tiempo, el/los enemigo/s deben ser derrotados en el menor tiempo posible. La FDI está compuesta por un núcleo pequeño de profesionales y especialistas con tienen como objetivo el adiestramiento de los miles de reclutas y reservistas que año a año son convocados para entrenamiento.
El servicio militar masculino es a partir de los 18 años, durante tres años. Las mujeres también son reclutadas por dos años. Las minorías nacionales, cristianos, drusos, beduinos y circasianos, cumplen servicio de manera voluntaria.
Muchos son reclutados en unidades de reconocimiento o de la policía de fronteras. Los hombres permanecen como reservistas hasta los 55 años, siendo convocados periódicamente para entrenamiento. Esto permite contar con reservas con un elevado nivel de preparación, que pueden ser movilizadas en un plazo de 48 horas. En el caso de la Fuerza Aérea, tiene escalones de reservistas que pueden ser movilizados en apenas 12 horas.
La FDI cuenta con 190.000 efectivos, con la capacidad para movilizar más de 600.000 reservistas, en un país de 8 millones de habitantes.
El peculiar sistema israelí, establece que todos los cuadros, provienen de la tropa, no existe un sistema de reclutamiento separado para oficiales y suboficiales. La selección de personal para distintas responsabilidades/puestos, son rigurosas y se requiere una serie de pruebas intelectuales, psicológicas y físicas. La FDI tiene programas de apoyo y becas para incentivar a personal que permanezca como cuadros permanentes. Una peculiaridad del sistema militar, es contar con personal altamente especializado, gracias a una política, donde se opta que el personal militar no sea objeto de rotaciones constantes.
El Instrumento Militar israelí es una estructura integrada, no existe una diferenciación entre las ramas terrestre, aérea y naval como en países de la OTAN. Dichas ramas están bajo comando del Jefe de Estado Mayor General, que responde directamente al gobierno por intermedio del Ministro de Defensa. Depende directamente del Jefe de Estado Mayor, los comandos territoriales (norte, centro, sur), de la fuerza aérea, fuerzas terrestres, fuerza naval, frente doméstico o interior. El servicio de inteligencia militar está integrado.
Los organismos de sanidad, logístico y de educación, también están unificados. Esto es consecuencia del origen mismo de la FDI y de la peculiar doctrina que ha ido desarrollando el país, acorde a su realidad estratégica y geopolítica. El comando del frente interior o doméstico, es una creación reciente, y tiene como responsabilidad brindar apoyo a las autoridades civiles en caso de emergencia/desastres, como también en tareas de defensa civil.
Los cambios en el entorno regional, como el incremento sustancial de la amenaza asimétrica, especialmente por parte de actores no estatales, posible ataque con vectores balísticos, ciberataques, han planteado importantes cambios en la doctrina de la Fuerza de Defensa o Zahal, como se la conoce. La creación del Comando de Ciberdefensa fue uno de los importantes hitos en la transformación de las fuerzas militares israelíes. Este organismo, es reconocido en todo el mundo e Israel es considerado país de vanguardia en materia de ciberseguridad y exporta su know how a países aliados.
En este contexto fue lanzado el Plan Gedeón, que tiene como objetivo introducir a la FDI en el campo de batalla del siglo XXI. Tiene metas ambiciosas, como la reducción del número de reservistas y cuadros profesionales (alguna fuente especializada habla del recorte de 100.000 y 40.000 para el caso del personal de carrera). La transferencia de funciones a responsables civiles, racionalización de unidades de primera línea (especialmente afecta a la infantería ligera y artillería), la reducción del servicio militar de 36 a 29 meses. Estas medidas sin ninguna duda se vinculan con la peculiar composición demográfica israelí, dado la demandada de mano de obra y un crecimiento demográfico que se ha reducido, tanto por la reducción del número de nacimientos como de la inmigración. Esta realidad impacta en el reclutamiento y selección de personal para la FDI.
La reestructuración significa mejoras en la capacidad de combate de las fuerzas terrestres, que potencian su “letalidad” con fuertes mejoras en sistemas de inteligencia táctica, como el desarrollo de modernos vehículos aéreos no tripulados, sistemas de adquisición de objetivos y localización, además de importantes mejoras en los sistemas de comando y control, introducción de nuevos vehículos de combate de infantería, además de mantener la poderosa fuerza tanques, liderada por la familia Merkava. La amenaza balística, como también del empleo de proyectiles no guiados, empleados por grupos terroristas como Hamas y Hezbollah, ha sido contrarrestada por el desarrollo de modernos sistemas, como el Iron Drome. El país cuenta también con capacidad para el caso de responder ante un ataque balístico por parte de Irán, que cuenta con misiles de largo alcance.
La amenaza balística, algo que padeció Israel en la Guerra del Golfo de 1991, con los ataques con misiles Scud iraquíes, llevó al desarrollo de sistemas adecuados. Así nació el Arrow, estando en servicio la versión 3, la más avanzada. La defensa contra misiles de crucero, proyectiles, cohetes y misiles balísticos de corto alcance desembocó en el desarrollo de los sistemas David’s Sling e Iron Drome, que se complementan entre sí. En el caso del segundo está pensado para contrarrestar proyectiles de artillería, cohetes y hasta granadas de mortero.
La Fuerza Aérea ya tiene operativos los modernos F-35 JSF, que irán reemplazando gradualmente los F16 de versiones más antiguas. Esta institución, cuenta con un personal de primer nivel, con una sólida formación, siendo considerada una de las mejores fuerzas aéreas del mundo, por su preparación, nivel de alistamiento y una moderna flota de aviones de combate que incluye los poderosos F15. En materia de entrenamiento, se ha introducido como novedad, la gestión privada del sistema de entrenamiento básico. El sistema avanzado recae en los M346 italianos adquiridos no hace mucho. La fuerza aérea ha incorporado modernos vehículos aéreos no tripulados Hermes 900, con capacidad de ataque. La aeronáutica militar israelí, sigue estando a la vanguardia en materia de modernidad y calidad, manteniendo su papel de punta de lanza, con importantes innovaciones en materia de armamento guiado, mejorando la precisión, especialmente para hacer frente a escenarios asimétricos. Las lecciones de la Guerra del Líbano de 2006 como las operaciones contra los terroristas de Hamas en la Franja de Gaza, han sido ampliamente estudiadas y han tenido su repercusión en la estrategia de defensa israelí.
La Marina que durante un largo tiempo estuvo formada por flotillas de patrulleros lanzamisiles, costeros y pequeños submarinos, se ha convertido en un lapso corto de tiempo., en una fuerza que ha incrementado sustancialmente sus capacidades. La flotilla de submarinos que contaba con tres Dolphin – derivado del U212 germano – se amplió a seis buques. Estos tienen capacidad de lanzar misiles, que, agregándose su autonomía, le permite golpear objetivos estratégicos. Las tres corbetas Lahav de fabricación estadounidense, de 1270 toneladas, conforman uno de los buques con más elevada densidad de armamento por tonelada de desplazamiento. Esta flotilla se verá potenciada con la llegada de cuatro modernas corbetas de construcción alemana de 2.000 toneladas, de las cuáles conocidas como Saar 6, están operativas. Está previsto la construcción de una serie de corbetas Clase Reshef de 76 metros, de producción nacional, que reemplazarán a los excelentes patrulleros Saar 4.5. El incremento de los medios navales está ligado a la necesidad de proteger los intereses israelíes en relación a los recursos naturales del mar jurisdiccional, especialmente los yacimientos de gas. Asimismo, en el Próximo Oriente, se observa un creciente esfuerzo de potenciar los medios navales, incluso Irán. La Marina con estas incorporaciones, mantiene su tradicional estrategia de negación del mar, pero con mayor capacidad de control del mar.
La FDI ha tenido históricamente unidades de elite, célebres por su calidad de entrenamiento y la ejecución de operaciones que sorprendieron al mundo. Algunas de ella mantienen un nivel de secretismo, como Sayeret Mat’kal, unidad especial dependiente del Estado Mayor General, así como otras unidades, especializadas en reconocimiento territorial, paracaidistas y los comandos navales. Por razones de espacio, no hablaremos en detalles de estas fuerzas, consideradas entre las mejores del mundo en su tipo.
Las fuerzas armadas israelíes han cumplido más de siete décadas de una existencia agitada, librando guerras contra enemigos superiores en número. Las duras lecciones aprendidas, le ha permitido al sistema de defensa israelí, como a su instrumento militar, la FDI, saber adaptarse a un entorno geopolítico complejo. Esto ha demandado el desarrollo de un eficiente sistema de alerta estratégico, gracias a una eficiente comunidad de inteligencia. Las limitaciones a nivel potencial humano y económico, ha impuesto históricamente a los planificadores de defensa, la necesidad de dar soluciones imaginativas e innovadoras, que se ha trasladado desde la formación de líderes de primer nivel, fuerzas de elite, como innovaciones en materia de doctrina y tecnología. Esta combinación ha permitido que la FDI se convirtiera en una fuerza militar de características únicas.
El liderazgo israelí, sabe muy bien que mantenerse a la vanguardia en materia de defensa y seguridad, es factor clave, en la supervivencia del Estado de Israel.
Dr Jorge Alejandro Suárez Saponaro / Director Diario El Minuto para Argentina
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