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“Y haréis sonar las trompetas”

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Rabino Yerahmiel Barylka

Desde el inicio de Elul, comienza un proceso tendiente a ayudarnos a asumir la responsabilidad por nuestras acciones en todas las áreas de la vida. Trata de lograr que lleguemos al inicio del año balanceados, después de haber realizado todos los esfuerzos a nuestro alcance para reparar nuestros errores.

Pero, ello no resulta nada fácil.

Hay sicólogos que piensan que el miedo a las responsabilidades es una patología.  Cuando una persona sufre de miedo a las responsabilidades, va a reaccionar a través de un comportamiento de huida que además será visiblemente desproporcionado, puesto que la situación no será objetivamente amenazante. Ante la opción de tomar responsabilidad frente a algo, la persona huye automáticamente, sin saber por qué y sin poder hacer otra cosa y provoca que no produzca ningún cambio positivo en él.

Pero, no siempre es una patología.

Por ello, quizás, la Torá dispone que “El día primero del mes séptimo celebrarás una asamblea sagrada y nadie realizará ningún tipo de trabajo. Ese día se anunciará con toque de trompetas” (Bemidbar 29:1).

Podemos entender mejor la esencia del toque del shofar en Rosh Hashaná basándonos en lo que se dice sobre las trompetas que se tocan en los días de ayuno. Los versículos de la Torá hablan de hacer sonar las trompetas en dos tipos de ocasiones. El primer tipo consiste en días de alegría y festivales, como se afirma en Parashat Behaalotjá: “Y en sus días de fiesta, en las solemnidades y novilunios, tocarán las trompetas en el momento de ofrecer sus holocaustos, y sus sacrificios de comunión. Eso servirá para que su Dios se acuerde de ustedes. Yo soy el Señor, su Dios” (Bemidbar 10:10).

El segundo tipo de ocasión en que se tocan las trompetas es en tiempos de angustia, guerra y ayuno: “Cuando ya ustedes estén en su tierra y tengan que salir a la guerra contra un agresor que los ataque, harán resonar las trompetas con toques agudos; el Señor, su Dios, se acordará de ustedes y se verán liberados de sus enemigos” (Bemidbar 10:9).

Cabe preguntarse: ¿Las trompetas que se tocan en un día de ayuno están relacionadas con la oración y el clamor a Dios que son la esencia del ayuno? ¿Existe la mitzvá de tocar las trompetas cada vez que se produce un ataque general contra el pueblo de Israel que habita en su tierra? ¿O acaso las trompetas son un símbolo y no un sustituto de la oración?

Es práctica habitual del Rambam definir la esencia de la mitzvá, el principio subyacente, en la introducción a las leyes, y enumerar los detalles de la acción de la mitzvá en el cuerpo de las normas. En la introducción a las leyes propiamente dichas, el Rambam al comienzo de Hiljot Taanit enseña: “[Este texto contiene] un mandamiento positivo: Clamar a Dios en caso de gran aflicción que afecte a toda la comunidad. El Rambam escribe a continuación al comienzo de Hiljot Taanit (1:1-3): “Es un mandamiento positivo de la Torá gritar y tocar las trompetas en caso de que surja cualquier dificultad que afecte a la comunidad, como se afirma en Bemidbar 10:9: “[Cuando salgáis a la guerra… contra] un enemigo que os ataque y hagáis sonar las trompetas…”. [Este mandamiento no está restringido a un ámbito tan limitado; más bien] la intención es: Siempre que estéis afligidos por dificultades -por ejemplo, hambre, plagas, langostas o similares- clamad [a Dios] a causa de ellas y haced sonar las trompetas.

Esta práctica es uno de los caminos del arrepentimiento, pues cuando surge una dificultad y el pueblo clama [a Dios] y hace sonar las trompetas, todos se darán cuenta de que [la dificultad] ocurrió debido a su mala conducta, como se afirma (Yirmiyahu 5:25): “Sus culpas lo han trastornado todo, sus pecados los dejan sin lluvia”.  En otras palabras, no se puede evitar la responsabilidad.

También aquí podemos preguntarnos: ¿Las trompetas que se tocan en un día de ayuno están relacionadas con la oración y la súplica a Dios, que son la particularidad del ayuno? ¿Existe una mitzvá de tocar las trompetas cada vez que hay un ataque general contra el pueblo de Israel que habita en su tierra? ¿O acaso las trompetas son un símbolo y no un sustituto de la oración?

Esta [comprensión] causará la eliminación de esta dificultad.

Por el contrario, si el pueblo no clama [a Dios] ni hace sonar el shofar, y en su lugar dice: “Lo que nos ha sucedido es simplemente un fenómeno natural y esta dificultad no es más que una casualidad”, ésta es una concepción cruel de las cosas, que hace que permanezcan apegados a sus acciones dañinas y destructivas. Así, este momento de angustia dará lugar a más aflicción, agobio, agonía y creará sentimientos de culpa y el conflicto entre las conductas o deseos y los valores morales o sociales, también en los sucesos en los que la persona no tuvo ninguna participación.

La introducción a las leyes implica que expresar lo realizado vocalmente y hacer sonar las trompetas son una y la misma cosa. Tanto la oración verbal como gritar con un instrumento son parte de la misma acción de derramar el alma frente a Dios.

Pero puede haber cierta diferencia entre ambas.

El toque de trompeta sólo puede ser eficaz -tanto en el Templo como en tiempos de angustia- en un contexto específico. Las trompetas pueden ser una expresión de clamor a Dios, de súplica ante el Trono de Gloria, pero sólo en las circunstancias específicas del Templo o después de que todos se hayan reunido derramando sus corazones en oración y súplica. Sólo entonces, después de que los lamentos y las súplicas verbales hayan seguido su curso, los toques de shofar purifican el clamor a Dios.

En nuestro tiempo contamos con múltiples expresiones del judaísmo, que incluyen tanto el laicismo abierto, – ¡que hasta necesita de rabinos! – como el fervor religioso, el sentimiento nacional o la afirmación de las culturas diaspóricas, y una diversificación de las referencias religiosas que abre un amplio espacio en el que el individuo puede lograr una conversión interna. En los últimos años ha resurgido el interés por el judaísmo en general y por la religión en particular. Prueba de ello son los judíos que han resurgido en su forma más radical y totalizadora, en la que el universo religioso prima sobre todos los demás aspectos y la participación creciente en los cursos de las materias judías.

Todos sin excepción necesitan hacer teshuvá, que es más que arrepentimiento, es la capacidad de ser amable y comprensivo con uno mismo, especialmente cuando se comete algún fallo o error, o cuando se siente insuficiente. Es la circunspección y prudencia que permite la introyección y la detección de los errores cometidos y comenzar el proceso de corregirlos. Ser empáticos y sensibles ante el malestar de los otros, pudiendo ser tolerantes con el malestar, comprendiendo los orígenes del malestar y dándose un cálido trato.

En tiempos de angustia, guerra y ayuno, también interna, se necesita poner en marcha la alarma para encontrar refugio a tiempo.

Y, con cantos y música, con plegaria y fe convertir esas acciones en días de fiesta, y alegría sin par.

Shaná Tová desde Maalé Adumim

Yerahmiel

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai

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