El demonio de Gaza y el presidente Petro
- Por Redacción
- Hace 1 año
- En Latinoamérica y España, MUNDO
Para el presidente de Colombia, en Israel no sucedió gran cosa este 7 de octubre. Para Gustavo Petro, Hamás es un grupo o movimiento social que busca la liberación del pueblo palestino que está bajo el yugo israelí. Para Petro, quemar personas vivas en sus automóviles y casas no es algo muy grave. Para Petro no es de gran relevancia que se decapiten bebés, incluso frente a sus padres. Para Petro es normal que violen y torturen mujeres para luego quemarlas vivas.
Para Petro, Israel es el terrorista y el neonazi. Para Petro está bien si secuestran a ciudadanos, a inocentes civiles; incluidos niñas y niños, ancianos, adolescentes, mujeres incluso embarazadas y por supuesto hombres.
Para Petro no es alarmante que decapiten soldados que cumplen con su tarea de turno. Para Petro no tiene importancia que hayan sido asesinados dos colombianos dentro de la masacre que cobra ya la vida de 1.500 israelíes, la mayoría de ellos civiles.
Petro sostiene que hay algo mal en Israel, pero no en Hamás. Petro cree que se debe indultar al grupo terrorista más sanguinario de la historia moderna. Ni siquiera Isis (Estado Islámico) decapitó niños en sus cunas ni apuñaló a mujeres embarazadas. Hamás no es Isis, es peor.
Para Gustavo Petro no vale nada la vida de Ivonne Rubio y de Antonio Macías. Estos dos colombianos fueron brutalmente asesinados por Hamás, y aún el presidente no se atreve a condenar estos terribles hechos, pues no está del lado del mundo occidental, sino del mundo islámico radical y de la dictadura del Kremlin.
Irán envió a sus monstruosos hombres, que tienen sed de sangre y venganza no solo de Israel sino de todo el mundo judeocristiano, es decir, todo el mundo occidental, incluida Latinoamérica. Irán y Hamás son el demonio. ¿De qué lado está Petro?
Del lado de los terroristas no había ningún colombiano, por supuesto. Sin embargo, del lado israelí había unos cuantos, que a diferencia de Ivonne y de Antonio, corrieron con suerte y no fueron masacrados. Además de los colombianos, por supuesto, gentes de diferentes nacionalidades murieron en la peor de las formas. La palabra es que lo ocurrido fue monstruoso. La forma en la que Hamas acabó con las 260 vidas que disfrutaban del festival musical, así como los centenares más en ataques casa a casa de algunas regiones es brutalidad pura. Fueron actos en contra de la humanidad, esa que el presidente colombiano quiere desconocer.
Escribo desde Israel y sin tomar ningún partido. Solo con la capacidad de entendimiento y el mínimo sentido común es posible asimilar lo sucedido el 7 de octubre para concluir que fue obra del ‘demonio’, de un terrorismo sin causa. Y, una casualidad: ese día fue el cumpleaños del presidente ruso, Vladimir Putin.
¿Quién más si no el mismo ‘demonio’ sería capaz de decapitar a los 40 bebés que se encontraron?
¿Dónde están las feministas? ¿Dónde están los defensores de los derechos humanos? No los veo, no los vemos. Ellos están equivocados, tanto así que parecen ciegos. Defender al demonio y no a los mártires de Israel y del mundo, los hace aliados del mal.
Irán es el enemigo del mundo occidental y del judeocristianismo y está más que claro ya. Rusia su aliado y nuevo mejor amigo, está en una muy extraña posición ahora. Turquía, que clama por Gaza y todos los Estados, grupos e individuos que tomen una posición como la del presidente de Colombia no solo dan vergüenza, sino que son un peligro para la humanidad.
Las personas que asistieron al evento de música techno, no fueron a hacer daño a nadie. Iban en nombre de la paz. Jóvenes en su mayoría que habían optado por celebrar en ese día, que además y más importante, coincidía con Shabat, el día santo hebreo, y con la sagrada fiesta de Simjat Torah. Es decir, se celebraba la fiesta de la Torah, de la biblia, del viejo testamento y de su importancia como significado de la ley divina, del bien.
La Torah que fue entregada a Moisés en el Sinaí. Simjat Torah, día de gran alegría para el judaísmo, y ¿por qué no? `para el cristianismo también, terminó en la mayor masacre que se haya registrado no solo en la historia del Estado moderno de Israel, sino el más grande ataque perpetrado por terroristas en este país.
Hay que entender que alguien que no condene estos actos en los que murieron cientos de personas de la forma más brutal y con la mayor angustia y sufrimiento, de hecho, alcanzaron a llamar a sus familias para reportar el horror, y hasta murieron con el teléfono en la mano, dando un último suspiro, no puede estar en sus cabales.
Los terroristas del demonio. Los monstruos que cruzaron de Gaza hacia Israel destruyendo la frontera que permitía a los palestinos pasar a diario para cumplir con sus trabajos, destruyeron también a su gente. Pero a ellos no les importa ni su propia gente y eso el presidente de Colombia no lo quiere entender, pues él tiene ese mismo instinto.
Los colombianos que han vivido tanto la violencia y saben lo que es el horror del terrorismo y de la falta de humanidad, se compadecen con lo que Israel ha vivido. Por desgracia el presidente del país, no.
En memoria de Ivonne Rubio y Antonio Macías, a quien alguna vez conocí y con quien alcancé a compartir alguna pequeña conversación: “Que sus vidas, que sus memorias, que sus nombres sean vengados junto con los demás nombres de los exterminados por el demonio de Hamás en esa horrible mañana. Y, que sus hijos que quedaron huérfanos o semihuérfanos como tantos otros, tengan el mérito de ver que cada uno de sus padres, quienes se convirtieron un día a la fe judía, hacían parte de un noble pueblo”
Y es que Israel es un pueblo que respeta la vida, inclusive la de los hijos de sus enemigos, pues en los hospitales israelíes se atiende hasta ahora mismo a los terroristas que han sido heridos y fueron capturados. En cambio, Hamás usará como escudos humanos a los israelíes que secuestró, incluyendo bebés, al igual que a los civiles gazatíes que viven en las edificaciones que ellos se han tomado.
Hamás viola todos los derechos de los niños, mujeres, hombres y ancianos que hacen parte de su mismo pueblo. No se puede esperar nada de ellos. El Corán que portan no es más que el demonio entre sus almas. Y no, no es el verdadero Corán. Su Dios no es Allah, ellos sirven al demonio y eso ya está evidenciado tras ver lo que hicieron a Israel, horrorizando al mundo civilizado.
Solo se puede estar en un bando, en el del bien o en el del mal. En el de Israel o en el de Hamás, Hezbolá, Irán y todos sus aliados, incluidos quienes no los condenan. Y hay que recordar que impunidad es peor crimen que el crimen mismo.
SÁBADO, 14 DE OCTUBRE DE 2023
David A.Rosenthal
@rosenthaaldavid
Fuente: El Nuevo Siglo
Por instrucción del Ministro de Relaciones Exteriores Eli Cohen, el Subdirector General para América Latina en la cancillería israelí, Emb. Jonathan Peled, convocó a la embajadora de Colombia en Israel, Margarita Manjarrez, para una conversación de reprimenda, tras las declaraciones hostiles y antisemitas del presidente de Colombia, Gustavo Petro, contra el Estado de Israel, durante la última semana. En la reunión se dejó en claro a la embajadora que sus declaraciones fueron recibidas en Israel con asombro ante el salvaje ataque terrorista de los terroristas del Hamás que asesinaron a más de 1.300 israelíes y secuestraron a más de 150. Israel condena las declaraciones del presidente que reflejan un apoyo a las atrocidades cometidas por los terroristas del Hamás, avivan el antisemitismo, afectan a los representantes del Estado de Israel y amenazan la paz de la comunidad judía en Colombia. En respuesta, como primera medida, Israel decidió detener las exportaciones de seguridad a Colombia.
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