“El antisemitismo vuelve de la mano del progresismo” – Alejo Schapire

Alejo Schapire (Buenos Aires, 1973) es periodista, especializado en cultura y política exterior. Reside en Francia desde 1995, y en estos días, muy activo en las redes sociales, en donde comenta sobre el ataque de Hamas a Israel el 7 de octubre, las reacciones antisemitas en el mundo en general y en Francia en particular. Dialogó con Silvia Mercado para el programa “Qué hay de Nuevo” de Radio Jai.

Para explicar lo que sucede en la sociedad francesa, Shapire indica que lo primero que hay que recordar es que Francia concentra al mismo tiempo la mayor comunidad musulmana y la mayor comunidad judía en Europa, por lo que, “cada vez que hay fiebre en Oriente Medio acá se estornuda bastante”.

Señaló que estamos asistiendo a una ola de manifestaciones antisemitas bastante importante; todos los días hay un nuevo episodio. Hoy jueves, por ejemplo, en el metro de Paris, un grupo de jóvenes gritaba insultos contra los judíos, y se mostraban orgullosos de ser nazis. Sin embargo, lo curioso es que no eran “cabezas rapadas, blanquitos de ojos azules”, sino gente de origen inmigrante, muchas veces musulmán, que vive el tema palestino como algo propio identitario, y que, de una manera muy desinhibida, expresa un antisemitismo que en París después de la Segunda Guerra Mundial, es un tema que se trata con  mucho cuidado.

Hubo otro episodio, en el que fue detenido en el sur de Paris, un clérigo musulmán que llamaba a matar judíos. Aparecieron también estrellas de David pintadas en los muros de la zona sur de la capital, de las que no se conocen los autores.

Sostuvo Schapire que estas cosas son un botón de muestra de lo que está pasando en este momento en Paris, y en otras partes del mundo, como por ejemplo en Nueva York, lo que constituye una novedad, porque esto no sucedía antes en Estados Unidos, lugar que fue siempre en donde el judío se sentía protegido.

Explicó que estamos viendo este tipo de escenas que relaciona con el tipo de inmigración que se ha instalado en los últimos años en Estados Unidos,  que es un antisemitismo que camina en dos patas.

Por un lado, tiene que ver con el origen, como una cuestión esencial de su identidad musulmana, y de que Israel no debería existir allí, y que la causa palestina, es la que federa a todos los árabes, a todos los musulmanes. Es decir, que, aunque entre el mundo árabe estén en desacuerdo en millones de cosas: chiitas y sunitas, marroquíes, argelinos, las petro- monarquías , con la República Islámica de Irán; si hay algo que los une y  los pone de todo acuerdo, es el odio hacia Israel.

La otra pata es el progresismo, es decir, que ven en el palestino “al buen salvaje”, a una persona inocente por definición. Y, curiosamente, ese antisemitismo que se había echado por todo lo que se conocía de las raíces antisemitas propagadas por el nazismo, vuelve por la ventana de la mano del antirracismo,  muy curioso, porque en esta lectura que tiene el progresismo, el judío es el nuevo nazi, y el palestino es el nuevo judío, y lo que se hace es “nazificar” al judío: “Es una pirueta siniestra de la historia con una inversión de los roles, donde cualquier cosa que haga el palestino es explicable, justificable; y que, cualquier cosa que haga el israelí nunca va a estar bien, haga lo que haga”, declaró.

En el caso de Francia, son los sectores más radicalizados quienes manifiestan este tipo de antisemitismo, que no solo tiene que ver con la cuestión israelí palestina sino también con el islamismo. Son las generaciones más jóvenes, ya nietos de los inmigrantes, gente que nació en Francia, de padres que nacieron allí, que fueron  los que engrosaron las filas del Grupo Estado Islámico en su momento. No fueron los que habían llegado hacía poco tiempo, ya estaban, son franceses.

Para analizar este sentimiento antisemita tan arraigado,  Shapire indica que ello viene de un par de movimientos que hay que entender. El primero es que al final de la Segunda Guerra, a medida que empezó a tomarse conciencia de lo que fue la magnitud del Holocausto, se pasó de una ideología, que antes de la guerra era la del hombre blanco, el ario, el que era el centro del corazón de lo europeo, en donde el judío era “el otro”, el que era visto como un parásito, como el que venía a perjudicar la pureza, a una inversión de ese paradigma.

Una vez que se comienza a tener idea de lo que fue el Holocausto, surge un sentimiento de  vergüenza de lo que fue eso, y empiezan paralelamente los movimientos de independencia de las excolonias. Entonces, la inversión de este paradigma hace que eso, que era el centro, que era el hombre ario, pasa a ser lo que hay que detestar y desconfiar; y el otro pasa a ser el centro: “El otro es necesariamente bueno”. Hay un resquemor muy fuerte hacia los símbolos nacionalistas a partir de esta toma de conciencia de donde llegó una mirada eurocéntrica basada en la pureza racial. Entonces, eso fue acompañado por el movimiento emancipatorio de las colonias y si se conjuga eso, que en ese mismo momento en que todos los hombres blancos están dudando de sus de sus orígenes, de sus ideas étnico nacionales, y que privilegian al otro, los judíos van a contramano, porque en ese mismo momento crean su propio Estado y son en esta nueva grilla de lectura vistos como los colonos.

Añade Shapire algo que es lo que explica, por ejemplo, que Hebe de Bonafini haya festejado los atentados del 11 de septiembre, que es la caída de la Unión Soviética. Cuando eso ocurre, y se desploma ese otro polo alternativo a Estados Unidos, denunciado como imperialista, capitalista y demás, la izquierda se queda huérfana, no solamente de un polo atractivo que es anteponerse al modelo estadounidense, sino que también se queda desarmada, materialmente. Y lo que resurge como alternativa poderosa, violenta, capaz de hacerle frente, es el islamismo. Eso es lo que explica que una persona como Hebe festejara los atentados por lo de que “los enemigos de mis enemigos son mis amigos”. Entonces, muchísima gente de la izquierda que ya no tenían esa Unión Soviética a la que defender porque era indefendible, y había sido un fracaso en todos los aspectos, abandonan el tema económico que era el centro del marxismo, y se vuelcan a la cultura, y entonces, se vuelcan a las universidades. Por eso, las manifestaciones más violentas del campus universitario en Estados Unidos.

Sobre Emanuel Macron y su postura frente al conflicto Israel- Hamás, Shapire se permitió una expresión vulgar para definirlo: “Tiene el culo entre dos sillas”, porque tiene dos políticas exteriores. Debe conciliar el hecho de ser un líder liberal de un país que ha colaborado con los nazis, y que tiene una comunidad judía que desde hace años es el centro de atentados, porque en Francia desde los años 2000 vuelven a asesinar a judíos por ser judíos. Recordó Shapire las matanzas en Toulose, en una escuela judía, también en un supermercado, cuando ocurrió el atentado contra el Charlie Hebdo;  casos aislados de mujeres que han sido asesinadas por sus vecinos en nombre del Islam, y que, entonces Macron es muy consciente de que tiene un problema y que tiene un deber moral de defender una parte de la población que es claramente víctima de eso que se hace llamar el discurso de odio.

Por otra parte, también tiene una gran parte de la población que demográficamente es significativa, de muchos millones de musulmanes que votan, y que se expresan en la calle, algunas veces con violencia, un electorado al que se ha volcado la izquierda radical allí. Subraya Shapire que en Francia la izquierda radical es la primera fuerza de izquierda, que los ha tratado como clientes, porque este movimiento de la izquierda que se vuelca a la cultura, lo hace sobre todo al tema de las minorías étnico-sexuales.

“El obrero blanco se lo dejaron en Estados Unidos a Trump. En Francia se lo dejaron a lo que era el Frente nacional. El obrero blanco ya no vota por la izquierda en general”, señala. Y que, entonces el gran tema que le quedó a la izquierda es el de las políticas identitarias.

Y la ironía se da en que miembros de la comunidad LGBT estén apoyando a Hamas. Eso se explica porque hay toda una teoría que es el nudo de esto que se denomina” la teoría de interseccional”, la que explica que todas las minorías que son víctimas de “ese gran malo” que ya no es el capitalismo, sino el hombre blanco occidental, todas las personas que fueron oprimidas, como la gente de origen africano, los musulmanes, tienen que hacer una coalición para enfrentarse a ese gran diablo que es el hombre blanco occidental heterosexual. Y esa teoría asegura que pueden defender mejor sus intereses en una coalición, que evidentemente existe solo en la cabeza de algunos, porque “el que defiende, la persona homosexual que defiende a Hamás, si va 5 minutos a la Franja de Gaza, lo matan”.

Acerca de América Latina y de su postura que defiende a Hamás, el analista manifestó que eso era esperable, porque sabe cuáles suelen ser las reacciones diplomáticas, y en la calle, cada vez que ocurre algo en Oriente Medio. Cree que, así como ocurrió en su momento con Evo Morales, como ya ocurrió con Hugo Chávez y después con Maduro., y ahora, evidentemente con Petro de Colombia, aunque los personajes cambien, el discurso es el mismo.

Lo que sí le sorprendió esta vez fueron dos cosas. Una, es de cómo prendió en Estados Unidos en las universidades, lo que es una novedad. Y la otra novedad es la velocidad. Hasta ahora se daba un esquema que se repetía constantemente. Hamas lanzaba misiles contra civiles en Israel. Israel replicaba este, hasta el punto de que esa lluvia de proyectiles fuera demasiado importante. Entonces, al principio, cuando empezaban los misiles de Hamas, había una tímida reacción, y recién reaccionaban una vez que Israel respondía a esa agresión. Esta vez, y subraya, la gran novedad es que la ola de antisemitismo empezó con el ataque de Hamás y antes de que Israel disparara  la primera bala.

Sostiene Shapire que curiosamente, lo que están haciendo todos estos ataques antisemitas es legitimar el proyecto sionista, están diciendo, “sí es cierto, ustedes necesitan estar protegidos por gente armada, porque en cualquier lugar del mundo, incluso en Nueva York, ahora pueden estar en peligro”.

Redacción: Prof. Cita Litvak

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