Stephany Hemelberg, la colombiana que dejó todo para ser voluntaria en Israel durante la guerra
Stephany Hemelberg es colombiana, reside en Bogotá donde trabaja en Marketing. Hace dos meses se contactó con Taglit para ofrecerse como voluntaria y viajar a Israel.
El 25 de diciembre llegó allí junto a su marido adonde se encuentra en estos momentos junto a su marido con quien comparte desde siempre “ese sentimiento absolutamente sionista”. Subraya Stephani que mas allá de ello, sentían una gran impotencia ver de lejos lo que ocurría en Israel. Entonces, comenzaron dentro de su comunidad en Bogotá a trabajar informando, concientizando, publicando en redes la situación de Israel luego de la masacre perpetrada por Hamás el 7 de octubre.
Sin embargo, sentían que necesitaban hacer algo más; y fue que a través de un coach de Taglit se enteraron de una convocatoria para un voluntariado en Israel. Apenas conocieron el programa, tomaron la decisión de ir a Israel a ayudar.
Stephany que ya había estado en Israel, contó que ver el aeropuerto Ben Gurión mucho más apagado, mucho más en silencio, fue para ellos una clara muestra de lo que estaba
sucediendo. También lo notaron en la gente, “una vibra completamente diferente, el país se siente como en duelo”.
Acerca del programa, señaló que Taglit es absolutamente responsable llevando a los
voluntarios a lugares seguros, pero que, igualmente hay ciertas consideraciones que deben tener en cuento. Sin embargo, remarca, que el hecho de sentirse útiles es muy gratificante, y que estar en Israel en estos momentos es “un sube y baja de emociones”, porque por momentos se llora de tristeza, y en otros de alegría por la confraternidad, por estar con gente que siente cosas similares.
Respecto de las tareas que realizan los voluntarios, explica que son diversas, que ellos en este momento están dedicados a cocinar para los jóvenes que están en el Frente. En esas comidas, además de utilizar ingredientes saludables, le ponen amor. “La comida es un lenguaje de amor en el pueblo judío, con el que nos comunicamos y brindamos cariño”, expresó.
En la cocina hay gente de distintos países elaborando platos, en un objetivo en común.
Stephany confiesa que cocinar para un batallón es toda una experiencia, que sin duda le será de gran utilidad el día que tenga hijos. Hay personas que los guían en el proceso, y también entre los mismos voluntarios se ayudan y guían entre ellos mismos.
Alrededor de 300 mil reservistas en el Frente, y con ello, una necesidad imperiosa de “manos” para trabajar en distintas áreas como la de agricultura. No se vio entre los judíos del mundo una reacción masiva de querer llegar al país a ayudar como tantas veces lo han hecho en ocasión de otros conflictos, incluso menos graves como el que se vive hoy; y el Estado tuvo que recurrir a la contratación de trabajadores de Sri Lanka para trabajar.
Sobre ello, la entrevistada deseó brindar un mensaje a los judíos de la Diáspora: “Si tu corazón ya está en Israel, tu cuerpo debería seguirlo”, y luego tomar acción, porque de este modo, estarán ayudando a construir la historia.
En lo personal, Stephany se siente agradecida, feliz de haber tomado la decisión, porque es algo que se lleva para la vida y que podrá algún día transmitirle a sus nietos.
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