Guy Sasson, una caricia al alma

Pensé en cómo debía abordar esta nota. Tal vez, en otras circunstancias, esto no hubiera sido noticia. Pero, en tiempos tan difíciles como los actuales, necesitamos más luces y menos oscuridad. La tragedia que nos persigue desde el 7 de octubre es difícil de digerir, pero aún más difícil es vivirla. Cada judío, en cualquier parte del mundo, debe sentirse de alguna manera afectado, algunos como su servidor viviéndolo casi en carne propia, ya que tengo parte de mi familia por esas tierras. En estos días ser judío en la diáspora se ha vuelto algo más que complicado (nunca realmente fue simple) por eso, ahora sentado en las gradas del Australia Open, viendo a esos niños portando la bandera de Israel regocijándose tras la victoria en semifinales de Guy Sasson, un israelí parapléjico que juega el torneo en silla de ruedas, es una bendición.

Cuando Guy ganó la semifinal, venciendo en un partido casi imposible ante el número uno del mundo, un holandés más joven y considerado el mejor en este deporte, parecía una escena de David contra Goliat. Siempre pensé que estar en el Australian Open y reportar para Radio Jai es un privilegio, pero este año y tras la circunstancias, se transformó y tomó otro color. Ver a Guy, de 44 años, jugando la semifinal en un estadio central, me conmovió profundamente. Él se sentía igual; al terminar su partido, lo primero que hizo fue buscar la bandera de Israel para envolverse en ella mientras recibía los aplausos de todo el estadio. En ese momento, se me puso la piel de gallina. Pensé en los míos del otro lado del Mediterráneo, en los rehenes, y en toda la tragedia que nos azota desde aquel negro sábado de octubre.

Un poco sobre Guy, agente inmobiliario en su día a día, siempre fue deportista, y el tenis fue su pasión desde muy joven. En 2015, tuvo un accidente esquiando con una tabla de nieve en una pista en Austria, donde se fracturó la columna. Este incidente le hizo perder la movilidad en sus piernas, dejándolo parapléjico. Estuvo un año y medio entre hospitales y, cuando finalmente terminó su recuperación, decidió dedicarse al tenis en silla de ruedas para parapléjicos. Participó en las Olimpiadas Paralímpicas de Tokio 2021 y, desde entonces, es parte de la asociación ITF de Tenis, jugando en torneos internacionales representando a Israel. Este es uno de sus mejores torneos, es el Grand Slam en el que ha llegado más lejos, no solo en singles sino también clasificando para la final de dobles, jugando junto a un sudafricano (qué ironía, pensé, recordando el juicio de Hag…).

Lo cierto es que la bandera israelí estará flameando el domingo cuando se enfrente en la final contra otro holandés. El resultado sera lo de menos. Escuchar en la tribuna el “El Hatikvá” será el premio mayor y el El, El, El Israel” será como una caricia al alma, algo urgentemente necesario en estos días

Para Radio Jai desde Melbourne Australia Ariel Egber