La Evolución Religiosa de Javier Milei
“El tránsito al judaísmo por parte del presidente [Milei], implica un incomprensible volverse atrás. Es razonable que un judío se haga cristiano, no al revés. …. El judaísmo talmúdico ha aspirado a dominar el mundo: una realización secular y tergiversada de la vocación prometida a Abraham y a su descendencia. …. Con todo respeto, es probable que, así como [Milei] no comprendió el ser cristiano, tampoco comprenda el ser judío…. me ofrezco para conversar con el presidente sobre el tema religioso. Una persona inteligente como él podría comprender el universo doctrinal del catolicismo y
revisar su inclinación al judaísmo.
Extractos del artículo «La apostasía presidencial » por Hector Aguer, ex arzobispo de La Plata, Buenos Aires, ARGENTINA
Ver articulo completo aquí (https://infovaticana.com/blogs/cigona/ importante-articulo-del-arzobispo-emerito-aguer/)
ANTISEMITISMO SIN QUERER
Hace unos días, en uno de los numerosos chats en los que participo, leí un artículo escrito por el ex-arzobispo de La Plata, Héctor Aguer. El arzobispo emérito se refiere allí a la «incomprensible» transición religiosa del presidente argentino Javier Milei desde el catolicismo, la religión de su niñez, hacia el judaísmo. Mis amigos del chat señalaron este artículo como un ejemplo más del antisemitismo en los medios. Yo me niego a catalogarlo así. Para ser más claros: no hay duda de que a este arzobispo no le simpatiza el judaísmo.
No hay duda de que repite insensateces antisemitas como que el Talmud aspira que los judíos dominen el mundo, pero más allá de esas necedades, Aguer se enfoca en el abandono de las doctrinas teológicas de su fe y la inexplicable “regresión” presidencial hacia el judaísmo.
El principio número uno del cristianismo —su razón de existencia— es que la iglesia vino a reemplazar al judaísmo. Que la Torá —que tanto admira Milei— ya expiró. La iglesia se proclamó literalmente como “el nuevo Israel”, y creó un update de la Torá: el Nuevo Testamento, que cancela al antiguo testamento en el plano práctico, dejando sin validez todos sus reglas y mandamientos. El plan funcionó. Excepto por un pequeño detalle: los judíos, los supuestamente remplazados, ¡NO desaparecieron del mapa! Se resistían a convertirse, aun bajo la amenaza de muerte. La iglesia, por su lado, hizo todo lo posible para que esto sucediera: los demonizó, los humilló, los exilió y los persiguió.
Convertir a un judío no era un ejercicio más del proselitismo universal.
Convertir a un obstinado judío significaba para la iglesia un desesperado acto de legitimación de sus dogmas más básicos. Porque mientras existiera el judaísmo práctico, no cancelado y relevante, la legitimidad del reemplazante—la iglesia— quedaba en duda.Y es por eso que la inclinación judía del presidente argentino Milei, resulta una terrible pesadilla teológica para Aguer. Y su resentimiento “doctrinal” hacia lo judío, es de alguna manera indistinguible de un sentimiento antisemita
inconsciente.
MILEI Y LA TORÁ
El ex arzobispo expresa un «mea culpa», y ve con ojos de fracaso que el presidente de su país esté considerando “involucionar” hacia el viejo judaísmo.
Para el arzobispo, Milei simplemente, ¡se les escapó de las manos!. No estuvo en el radar de la iglesia argentina que no se interesó en Milei, porque, como lo escribe explícitamente, ¡no pensaron que iba a ganar las elecciones presidenciales! Lo de Milei fue un colosal error de marketing, según Aguer, y para corregirlo se ofrece gentilmente a hablar con Milei para abrirle los ojos y enseñarle al presidente que el judaísmo ya pasó, o en términos doctrinales: es obsoleto.
Lo que más me sorprende, y me duele, es que en ningún momento se le ocurre a Aguer que Milei puede haber descubierto que la Torá es relevante, no solo para su vida espiritual privada, sino también para inspirar y guiar su vocación de servicio público.
LEY, ORDEN Y SERVICIO PUBLICO
¿Que pudo haber encontrado Javier Milei en la Torá que lo haya fascinado y lo haya inclinado hacia el judaismo?
Me voy a poner a adivinar:
A lo mejor a Milei lo inspira que la Torá atribuye el diluvio universal —la destrucción de la humanidad— a la corrupción de los más poderosos: “la casta política”, que tanto critica el presidente argentino.
A lo mejor Milei descubrió en la historia bíblica del diluvio las leyes Noájicas — universales—que por primera vez en la historia defienden el derecho a la vida del feto (Gen 9:6). Y que además de promover el monoteísmo, demandan el
respeto supremo a la justicia, la honestidad a rajatabla (kedé perutá), el rechazo a la inmoralidad sexual y los derechos de los animales (eber min hajai), un punto que parece ser muy importante en la vida privada de Milei.
A lo mejor a Milei le apasiona la historia bíblica del joven Moisés que un buen día abrió sus ojos, observó la esclavitud de su pueblo y decidió dejar la comodidad del palacio para comenzar una implacable cruzada contra la corrupción del Faraón.
A lo mejor Milei se identifica con el Moisés el líder, que formuló por primera vez “las ideas de la libertad”, que llevó a su pueblo hacia su independencia, que enseñó al mundo con su ejemplo personal la obligación de ser transparente en el manejo de los fondos públicos (ver aquí) y que le transmitió a su pueblo una constitución Divina con 613 artículos que es la base de la ley y el orden universal, hasta el día de hoy.
Esa Torá de Moisés, que para Aguer “expiró”, contiene preceptos que promueven el libre mercado, demandan el respeto irrestricto a la propiedad privada y –un tema menos conocido– establecen un modelo de justicia social que se basa en la solidaridad personal (tsedaká, terumot uma’asrot) ¡sin la intermediación del estado!
Todo muy relevante para la Argentina con la que sueñan millones de argentinos.
A lo mejor Milei quedó fascinado con la historia del rey Salomón, otro héroe del antiguo testamento. El joven rey rechazó la oferta Divina de riquezas y honores y le pidió al Dios de Israel que le concediera sabiduría para guiar a su pueblo. A lo que Milei, al mejor estilo talmúdico, comenta: “Sabiduría para distinguir entre el bien y el mal, coraje para elegir el bien, y templanza para persistir en ese camino”, incluso cuando el resto del mundo pueda estar en contra.
¿No será que en la Torá de Moisés, Milei ha encontrado una inagotable fuente de sabiduría que no solo lo inspira a nivel personal sino también en la dimensión política; algo que no abunda en el Nuevo Testamento, ¿que delega por completo la administración pública al Cesar de turno?
¿Está seguro arzobispo Aguer que quiere conversar con el presidente Milei y disuadirlo de su inclinación al judaísmo?
A lo mejor descubre que no es Milei el que no la ve…
Rab Yosef Bitton
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