“Si yo hubiera ido con la bandera de Italia probablemente nadie me hubiese dicho nada” Delia Sisro
Delia Sisro es licenciada en Comunicación social, editora, docente y por sobre todo, una persona muy comprometida. En la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, está involucrada en el derecho a la información. Fue ayer en dicha facultad, donde Delia decidió llevar puesta una remera con la foto de las personas que permanecen secuestradas por Hamás en la Franja de Gaza y la bandera de Israel en el centro.
Para Radio Jai Delia Sisro dio detalles sobre el modo en que impactó esto en los estudiantes de la facultad.
Explicó primeramente que es un tema que, por supuesto le atañe, como le atañe a muchas personas, judíos y no judíos, aunque no mucho en los no judíos porque no son tantas las voces que escucha, quizá sea porque el algoritmo está sesgado. Tampoco lo escucha en el mundo intelectual, y que por eso también lo puso sobre la mesa.
Delia considera que este, como también otros temas, son para hablar y remarcó que “hablar y pensar la actualidad no es adoctrinamiento”, que la universidad es un espacio para pensar, donde pensar distinto es un valor, un valor que tenemos que venerar porque justamente es una casa de estudio y que lo más importante no son las puntas del ring, donde el pensamiento es binario, que lo importante es el centro del ring donde podemos compartir y disentir y generar nuevo pensamiento.
En una clase había comentado con sus alumnos que quería hacerse una remera con la cara de los secuestrados; particularmente decidió colocarle en el centro de esa remera la bandera de Israel. “Si yo hubiera ido con la bandera de Italia probablemente nadie me hubiese dicho nada en ningún lado y no hubiera sido ninguna noticia”, reflexionó. Y entiende que eso tiene que ver con el antisemitismo “que es mucho mayor que el que creemos”, porque como Israel es un país cuestionado, fue cuestionada su remera con la bandera de Israel.
Asegura que, cuando fue con el pañuelo verde, nadie le dijo nada, cuando fue con otras causas nadie dijo nada, pero que resulta que la bandera de Israel incomoda, porque los secuestrados incomodan, porque reclamar por los que fueron torturados, violados y demás, si son judíos o si pertenecen al Estado de Israel, realmente esto es un inconveniente, por lo menos en un cierto ámbito.
Reconoce Delia que en la Universidad de Buenos Aires no recibió ninguna agresión ni ningún comentario, pero sí en las redes, porque “la gente ante el anonimato es mucho más valiente (o cobarde), se atreve”. Dijo que en general hay ciertos momentos de las redes, que si bien valora, especialmente por la democratización de pensamientos que generan, también por momentos parecen una cloaca donde, sin filtro y sin respeto, la gente se atreve a decir lo que personalmente no dice.
“Poner el cuerpo es algo que no me parece nada celebrable, ni me siento una heroína al respecto. Hice lo que pensaba con otros momentos de mi vida”, reveló.
Respecto de lo que mencionaba sobre pensamiento sesgado, y consultada sobre si hubo alguna reacción entre los colectivos feministas de la universidad sobre las mujeres violadas y asesinadas por Hamás, Delia comentó, que no hubo un solo movimiento feminista que se haya nombrado a favor, o solidarizándose mínimamente con estas chicas violadas, a las que le fracturaron las rodillas, que salieron ensangrentadas, lo que fue evidente para todos. Preguntarse al menos por qué le pasaba eso a esas chicas, que eran jóvenes, civiles, que estaban bailando; a esos chicos que terminaron decapitados, secuestrados, muchos de ellos desaparecidos. Y subrayó que “toda instancia de desaparición es una tragedia, es un delito de lesa humanidad y que así debe ser tratado”, pero que la cuestión es que, aparentemente cuando ese delito de lesa humanidad, esa desaparición viene a un judío, es menos reclamado, por lo menos no por todas las voces de la sociedad.
Sisro en el aula habla sobre la causa palestina y sobre Hamás, porque afirma, que siempre ha hablado de lo que piensa, siempre da espacio, abre debate, desde siempre y muchas veces se encuentra con el silencio, porque son muy pocos los alumnos que le han dicho “qué bueno que lo decís”, y que en general suelen ser judíos.
Se acercó también a un partido político en la facultad a preguntarle la razón de poner “Palestina libre”, a qué se referían, de qué habría que liberar a Palestina y dónde quedaba y demás. No podían contestarle, apenas si balbuceaban algunas cuestiones, pero en realidad no tenían una respuesta.
Comentó que se le acercó una alumna que le dijo que fue la primera vez que escuchaba a una docente de la UBA , en Sociales defender o preguntar por esta causa, pero le pidió “encarecidamente” permanecer en el anonimato por temor a perder su trabajo. “Me preocupa que nuestros jóvenes tengan miedo de hablar, que sientan la amenaza”, lamentó.
Mas allá de los eslóganes de las organizaciones que militan en la universidad, que opina, tienen derecho a expresarse, su preocupación va más para nuestra dirigencia, o para esos chicos que se quejan de lo que ocurre en las universidades, cuando bien podrían poner un stand que diga ”Israel” y manifestarse también.
Hablando sobre nuestra dirigencia, afirma que la DAIA “está un poco confundida acerca de su rol”, que no tiene por qué opinar acerca de la designación de un magistrado de la Justicia argentina. Y agrega que tampoco la dirigencia en genera le reclamó a la DAIA por qué está opinando de esto: “Lamentablemente tenemos una dirigencia fotográfica o de escritorio, no tenemos una dirigencia comprometida con las cuestiones que tienen que ver con temas que hacen a la vida judía”, declaró.
Sobre la idea de liderar la DAIA, aseguró que hacen falta mujeres en la dirigencia, que la vida comunitaria siempre le interesa, que tiene un compromiso desde la educación de sus hijas hasta su propio andar en la vida comunitaria, que “está muy ocupada en este momento, pero que es algo que le encantaría”.
Redacción: Prof. Cita Litvak
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