La Guardia de la Revolución Iraní ¿Fuerza armada u organización terrorista?
El 1º de abril de 2024, un ataque al consulado iraní en Damasco le costó la vida al general de brigada Mohamed Reza Zahedi, importante oficial de la Guardia de la Revolución Islámica de Irán en Siria. En muchos medios, se habla de esta fuerza, como una organización “paramilitar” cuando en realidad forma parte de las Fuerzas Armadas de Irán, pero dado la gravitación que tiene en la política en Teherán, estamos frente a una organización compleja. Estados Unidos, Israel, Arabia Saudita y Bahréin la declararon organización terrorista.
Por el Dr. Jorge Alejandro Suárez Saponaro
El Ejército de los Guardianes de la Revolución Islámica (Sepāh-e Pāsdārān-e Enqelâb-e Eslâmī) denominación correcta de la llamada Guardia Revolucionaria Iraní, nació en 1979, por un decreto del líder supremo de Irán, ayatolá Ruhollah Jomeini, como una fuerza leal al nuevo régimen, a fin de contrarrestar un posible golpe de las Fuerzas Armadas, heredadas en tiempos del Sha. La fuerza creada por Jomeini, fue equiparada como una nueva institución militar, reconocida por el artículo 150 de la Constitución iraní. La Guardia fue resultado de la unión de diversas milicias partidarias de Jomeini, que operaban desde los primeros días de la revolución. Los cuadros de la Organización Mojahedin de la Revolución Islámica, ocuparon rápidamente un papel preponderante en el comando de los Pasdaran, no dudando en actuar contra posibles competidores que eran las organizaciones de izquierda y sus elementos paramilitares. La idea originaria, en aquellos primeros días de la Revolución, era crear el germen de una suerte de “ejército democrático”, donde se incorporarían los grupos de izquierda, pero la realidad fue otra, finalmente se convirtió en una herramienta de contrapeso frente a las Fuerzas Armadas, y como instrumento político militar del nuevo régimen. Los sectores de izquierda, quedaron marginados de la nueva fuerza, siendo nutrida exclusivamente por activistas islamistas.
El rol del Ejército de los Guardianes, en una primera instancia era esencialmente imponer la ley islámica, combatir a otros grupos y apoyar la represión interna que causó miles de víctimas en manos del nuevo régimen. Minorías étnicas se rebelaron, especialmente los kurdos, y exigieron autonomía; los grupos de izquierda pasaron a la acción abiertamente, creándose organizaciones guerrilleras como Muyahedin e Halk. Sería el flamante Cuerpo de Guardianes responsables de combatirlos. En el medio de purgas, persecuciones, las Fuerzas Armadas conocidas también como Artesh, se declararon neutrales, ello no impidió que fueran objetos de persecuciones y ejecuciones. 12.000 cuadros fueron detenidos o expulsados de las fuerzas militares. 85 altos mandos con rango de general fueron fusilados. Los fanáticos de los Comités de la Revolución, como los Pasdaran tuvieron que ver en la violenta purga a las Fuerzas armadas.
En 1980, Irak invadió Irán, en el marco de un viejo conflicto fronterizo, pero también detrás del aquel ataque, estaban las monarquías conservadoras del Golfo, que buscaban la destrucción de la Revolución Iraní a la que consideraban una amenaza directa a la estabilidad de sus regímenes. La respuesta en una primera instancia vino en manos de las fuerzas armadas regulares o Artesh. La emergencia llevó a que muchos cuadros retirados a la fuerza o encarcelados fueran movilizados nuevamente, logrando estabilizar el frente con la victoria de Khorramashar. Los líderes iraníes de la nueva república, decidieron emplear a los Pasdaran en la guerra. Estos conformaban milicias mal armadas, sin entrenamiento adecuado, pero extremadamente fanatizadas, operaron en el frente con numerosas bajas. En ese mismo año el parlamento iraní dio luz verde a la formación de la Milicia de Movilización de los Oprimidos, conocidos como Basij, organización paramilitar. Dicha fuerza de “voluntarios” llegó a brindar entrenamiento a más de un millón de iraníes. Miles fueron movilizados en el frente, incluso menores de hasta 12 años de edad, con una elevada tasa de mortandad. En palabras más simples, lisa y llanamente iban al matadero, con apenas instrucción militar.
Los campos de batalla de la Guerra con Irak, la lucha contra las guerrillas kurdas e izquierdistas, la participación en la guerra civil libanesa en 1982, forjaron a los cuadros y tropas Pasdaran. En Líbano, los soldados y cuadros de la Guardia Revolucionaria Iraní tendrán mucho que ver en la formación de las milicias del Hezbollah. Esta experiencia, tuvo un alto costo, marcando al Cuerpo de Guardianes como una fuerza especializada en guerra asimétrica. El esfuerzo de guerra, a diferencia de lo que esperaban los regímenes que financiaban la aventura de Saddam Hussein en Irán, que buscaban la caída del régimen de Jomeini, no hizo más que consolidar la Revolución y ampliar su base social bajo la bandera del integrismo religioso, nacionalismo extremo y un sentimiento profundamente anti occidental. Los métodos criminales como el uso de armas químicas y el ataque a objetivos civiles por parte de Irak, aglutinó a la opinión pública en torno al nuevo régimen revolucionario. La propaganda del gobierno iraní, exaltaría el papel de los Pasdaran en la guerra con Irak, lo que potenciaría su legitimidad dentro del sistema político persa, en detrimento del esfuerzo de las fuerzas regulares. A partir de 1982, las circunstancias llevaron que la Guardia Revolucionaria se viera obligada a operar en conjunto con las fuerzas regulares, dado la elevada tasa de bajas y el contar con mandos inexpertos para llevar operaciones militares convencionales.
En 1985 fue creada la rama aérea de los Pasdaran (conocida hoy como Fuerza Aeroespacial) y posteriormente la rama naval (Armada del Ejército de los Guardianes). Esta última fue parte de la llamada “Guerra de los Tanqueros” que consistió en operaciones contra el tráfico mercantes, especialmente buques petroleros, que llevó a la intervención directa de Estados Unidos (1987). La respuesta naval de Washington dejó mal parada a la marina iraní, que terminó con la pérdida de una corbeta, un patrullero lanzamisiles y averías severas a otra corbeta, obligando a la flota replegarse a sus bases. Los líderes iraníes ante la superioridad occidental, resolvieron desarrollar un nuevo concepto de guerra asimétrica en el mar. La rama naval de la Guardia Revolucionaria, se dispuso a desarrollar una importante flotilla de lanchas, patrulleros rápidos y baterías con misiles basados en tierra, generando serios contratiempos al tráfico mercante en el Golfo Pérsico. Sus inicios fueron en la isla Khowr-e Musa, cerca de la frontera iraquí. En esos años, el comando de los “Pasdaran Navales” recayó en Mohsen Rezaee, que contaba con solo 27 años al asumir dicha responsabilidad. Desde fines de los años 90, la Armada del Ejército de los Guardianes consolidó su papel en la defensa del Golfo Pérsico.
La rama aérea en cambio, tuvo un papel más bien limitado en la Guerra de Irak, dado la escasez de medios, su expansión se llevó a cabo a fines de los 80, siendo prioridad el programa de misiles balísticos y posteriormente el desarrollo de drones de ataque.
La guerra con Irak llegó a su fin en 1988, lo que significó para los Pasdaran convertirse en una fuerza militar profesional. Eb 1989 el Ministerio del Ejército de los Guardianes fue disuelto e integrado en el Ministerio de Defensa y Logística de las Fuerzas Armadas junto a las fuerzas militares heredadas de la época del Sha. La experiencia de combate forjó a sus cuadros, desarrolló su propia doctrina militar, unida al respaldo del régimen, le permitió tener una fuerte presencia política, económica y militar. La idea de exportar la revolución islámica, llevó a la creación de la llamada Fuerza Quds (Jerusalén en árabe) responsable de numerosas operaciones fuera de las fronteras iraníes, especialmente en apoyo al grupo terrorista Hezbollah.
¿Qué es realmente el Ejército de los Guardianes de la Revolución Islámica?
La constitución iraní vigente señala que esta institución militar es una de las ramas de las Fuerzas Armadas de Irán. Este país tiene la peculiaridad de tener dos estructuras militares. Por un lado las llamadas fuerzas regulares – en persa “Artesh” – las viejas fuerzas armadas heredadas en tiempos del sha, especializadas en operaciones convencionales y defensa del territorio nacional en el sentido clásico y por el otro, el Ejército de los Guardianes, sostén del régimen y que cumple diversos cometidos, que va desde cuestiones ligadas a la seguridad interior (contrainsurgencia, contraterrorismo, seguridad de fronteras), defensa del orden constitucional y valores de la revolución islámica, protección y seguridad a los líderes del régimen, y defensa nacional. La influencia política de esta organización militar viene de la mano de su presencia económica a través de empresas, fundaciones y otras organizaciones, que vinculan con actividades que van desde la industria de defensa, investigación y desarrollo, obra pública, servicios, actividades comerciales, etc.
Los Guardianes de la Revolución cuentan con su propio Comando subordinado al Guía Supremo Alí Jamenei, jefe del Estado. De dicho alto mando dependen las fuerzas terrestres, navales, aeroespacial, operaciones especiales (Fuerza Quds), protección y seguridad nuclear, seguridad cibernética, la milicia Basij y la dirección de inteligencia. Se estima que el Cuerpo cuenta con 250.000 efectivos, además de unos 90.000 de la milicia Basij (más 300.000 en la reserva de esta organización). La rama terrestre, cuenta con su comando específico desplegada en las 32 provincias, donde hay un comandante regional. Estamos ante una fuerza territorial, con unidades blindadas, mecanizadas, artillería de campaña, ingenieros, comandos (denominados genéricamente “takavar”) tropas paracaidistas. En cada comando provincial hay una unidad de operaciones especiales conocidos como Saberin, aunque se sabe que existe una brigada independiente de este tipo. Estas unidades especiales han sido desplegadas en Siria y han cobrado especial importancia en el marco de la emergencia terrorista frente al ISIS. En 2008 en el marco de reformas dentro de la organización de los Ejército de los Guardianes, los comandos provinciales, adquirieron mayor autonomía operativa. La llamada “Doctrina Mosaico” impulsó a generar capacidades en los mandos territoriales, en caso de agresión, poder llevar a cabo acciones de resistencia de manera autónoma, aprovechando recursos locales incluyendo la movilización de las milicias Basij. Asimismo, consolidó un modelo, por el cual ejerce mayor presencia social, a través de acciones de desarrollo, educativa y cultural. Este mecanismo de control social tiene como objetivo neutralizar disidencias o el avance de movimientos reformistas que cuestiones las bases de la República Islámica.
Las fuerzas terrestres de los Pasdaran (Nirooy-e Zamini-e Sepah) con unos 150.000 soldados, están desplegadas en diez comandos regionales y 32 comandos provinciales. En cada provincia encontramos un batallón Iman Hosseini, fuerza de infantería ligera bien entrenada, cumplen funciones de defensa territorial. Estas unidades adquirieron una importante experiencia operacional en Siria. De los mandos regionales, dependen fuerzas regulares de infantería, blindados, mecanizados y de artillería. Su capacidad combativa es limitada, salvo determinadas unidades de elite, como las que defienden Teherán.
La Organización de Movilización de los Oprimidos – Sâzmân-e Basij-e Mostaz’afin – conocido como Basij (término persa que significa “la movilización”) nació como una milicia popular en 1979, tuvo un rol destacado en la consolidación de la Revolución al actuar como fuerza de seguridad, purgó la administración pública y organizó una poderosa red de inteligencia y control social. Fue una herramienta eficaz contra movimientos de izquierdas y separatistas. Miles de milicianos Basij, fanatizados, pero también reclutados por la fuerza en barriadas pobres y en mezquitas, fueron un arma eficaz al ser empleados en oleadas sucesivas de asalto contra las defensas iraquíes en la guerra de los años 80. En los años 90 reforzaron su papel como defensa territorial, manteniendo batallones que debían estar en capacidad de actuar fruente a un alzamiento interno.
En cuanto a su valor combativo genera dudas, en atención que los reclutas del Basij, están exento del exigente servicio militar obligatorio en las fuerzas regulares. Estamos ante una milicia, que se transformó en una herramienta de control social del régimen. Participa activamente en distintas actividades de la vida nacional, con ramas en sindicatos, organizaciones profesionales, universidades, juveniles. En 2007, esta organización militar fue integrada dentro de la estructura del Ejército de los Guardianes. En las provincias, el segundo comandante generalmente proviene de la milicia Basij. Esta organización también apoya a las fuerzas de seguridad en la protección de fronteras y llegado el caso actuar frente a grandes disturbios. La Federación de Cooperativas Basij es una poderosa organización económica, que tiene una fuerte presencia en Irán. El número de efectivos es objeto de debate, estimándose que hay unos 90.000 milicianos de servicio completo y cientos de miles que pueden ser llamados a filas en emergencia nacional.
La rama naval cuenta con 20.000 efectivos, está especializada en guerra asimétrica en el mar. Este componente dispone de una importante flotilla de embarcaciones, baterías costeras y elementos de infantería de marina y comandos. Su área de responsabilidad es el Golfo Pérsico. La Armada del Ejército de los Guardianes está desplegada en cinco distritos. La reorganización naval de 2007 estableció que la Marina iraní fuera responsable del Estrecho de Ormuz, las aguas al este de dicho estrecho (mar abierto) y el Mar Caspio. Las fuerzas navales del Cuerpo de Guardianes quedaron responsables del Golfo Pérsico. El Estrecho de Ormuz quedó como un área donde la Marina y la Armada de los Guardianes, operan en conjunto. Los estrategas iraníes saben que el Golfo Pérsico posee el 53% de las reservas probadas de petróleo y el 39 % de gas. Es por ello que en su estrategia nacional reviste particular importancia la necesidad de cortar las líneas de comunicaciones marítimas y atacar las infraestructuras de la industria petrolera en la región, con su impacto a nivel global. Ello repercute en la peculiar estrategia de defensa naval iraní.
La fuerza naval de los Pasdaran está distribuida en cinco distritos. Este componente esta especializado en guerra no convencional en el mar, centrándose en acciones de negación del mar. Esto se materializa a través de un importante número de medios adaptados al combate en mares cerrados, dotadas de gran volumen de fuego y velocidad. La flotilla de esta rama de los Guardianes cuenta con 52 patrulleros lanzamisiles de origen chino e iraní; 15 lanchas torpederas, 35 patrulleros rápidos costeros dotados con misiles y 20 buques de patrulla orientados a funciones policiales. En cuanto a embarcaciones de menor porte, inferior a las 10 toneladas, la Oficina de Inteligencia Naval de Estados Unidos, estimaba casi un millar de estos ingenios, destinados a realizar ataques en “enjambre”.
La flota de la rama naval de los Guardianes, opera 5 catamaranes de 600 y 800 toneladas, buques logísticos entre ellos 5 buques tipo LST de 1300/2000 toneladas. Hay un número importante de patrulleros y lanchas rápidas con capacidad de minado. Por otro lado, existe un importante dispositivo de defensa costero compuesto por unidades antiaéreas y antibuque, sobre plataformas móviles, apoyados por una red de radares y sistemas de vigilancia. Los factores clave en la doctrina naval de los pasdaran, es la sorpresa, velocidad, poder de fuego y flexibilidad del empleo de los medios, ello incluye descentralización operativa, con un elevado nivel de autonomía táctica de los distritos navales y un elevado grado de alistamiento de medios y personal. Además, la rama naval de los Guardianes, incluyen unos 5.000 infantes de marina y comandos que forman parte de la Fuerza Especial, que pueden ser desplegados para ejecutar pequeñas acciones anfibias, incursiones y golpear infraestructuras costeras del enemigo. En tiempos de paz, la labor de los “pasdarán del mar” incluye la lucha contra el contrabando, monitoreo del tráfico mercante y otras operaciones de seguridad marítima, donde es frecuente movilizan elementos de los Basij.
El comando aeroespacial tiene misiones de apoyo táctico, transporte y la conducción de unidades de misiles tácticos de teatro. Está compuesta por unos 15.000 efectivos. Observadores especializados, siempre han resaltado la escasa cooperación con la Fuerza Aérea, agregándose la existencia de fuertes rivalidades. La flotilla de aeronaves cuenta con aviones tácticos de origen soviético/rusos Sujoi Su 22 y Su 25, entrenadores y aviones de ataque liviano EMB 312 T 27 Tucano, MushshakPAC MFI-17y Pilatus PC 7, aviones de transporte Ilyushin Il 76, Dessault Falcon 20, y Harbin Y 12, además de una importante flotilla de helicópteros Mil Mi 17. Los desarrollos en materia de vehículos aéreos no tripulados, son importantes, que le permiten realizar operaciones de ataque, vigilancia, reconocimiento, inteligencia. Los desarrollos han sorprendido a observadores occidentales y expertos. El Comando de Misiles, que depende de la fuerza aeroespacial, cuenta con cientos de misiles cuyo alcance van desde los 300 km hasta los 2.000 km. Este componente proyecta poder iraní en la región. El nivel de desarrollo es elevado y es considerado uno de los principales desafíos a la seguridad en el Oriente. En 2018 informes de inteligencia de Estados Unidos, señalaron ataques con alta precisión a objetivos del ISIS en Irak y Siria por parte del comando de misiles del Cuerpo de Guardianes. El desarrollo en materia de tecnología de misiles de largo alcance, le ha permitido a Irán impulsar exitosamente su programa de vehículo de lanzamiento de satélites.
La Fuerza Quds, es una organización especializada en operaciones especiales, asesoramiento y entrenamiento de organizaciones aliadas como Hezbollah o los grupos pro iraníes en Yemen e Irak. Asimismo puede ejecutar diversas operaciones encubiertas. Se estima que cuenta con unos 5.000 con una elevada preparación profesional, lo que los ha convertido en una elite de primer nivel. Su experiencia operativa abarca la guerra civil Siria, la lucha contra Estado Islámico en Irak y Siria, la guerra entre Israel y Hezbollah en 2006. Dado que este componente del Cuerpo de Guardianes ejecuta operaciones de valor estratégico, depende de manera no formal del propio Líder Supremo, Ali Jamenei. Las operaciones de este componente son consecuencia de decisiones al más alto nivel de la conducción política iraní. Dado sus características, su presupuesto, gastos, son materia reservada y no existe información oficial al respecto. La Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos señala que la Fuerza Quds tiene un sistema de financiamiento propio, incluso separado del resto del Cuerpo de Guardianes.
Los “pasdaran” tienen un célebre sistema de inteligencia, con competencias en materia de inteligencia militar, pero también interior, que genera roces el poderoso Ministerio de Inteligencia y Seguridad. Además existe una Organización de Contrainteligencia controlado indirectamente por los pasdaran, que responden directamente al Líder Supremo, aunque no de manera formal. El complejo andamiaje que conforma la comunidad de inteligencia iraní, está el Comando Cibernético, con importantes capacidades y recursos, que lo convirtieron en una seria amenaza por sus ataques a Estados Unidos y la Unión Europea. Esta organización se vale de empresas “pantalla” o contrata piratas informáticos.
El Cuerpo de Guardianes a través de las Fundaciones mantiene una importante influencia económica, por ejemplo la Bonyad Mostazafan (Bonyad, es fundación), cuenta con participación en mas de trescientas empresas, que operan en sectores de turismo, transporte, industrias, etc. A través de este entramado de empresas, una de sus subsidiarias participó en la construcción en 2004 de un contrato de 30 millones de US$ en Emiratos Árabes Unidos. La empresa Khatam al-Anbia, tiene un plantel de 25.000 ingenieros y técnicos, y lleva a cabo obras de infraestructura de gran importancia en el país, como ferrocarriles, obras para la industria petrolera, etc. También las fundaciones tienen conexiones con el mundo financiero, al contar con bancos.
El Cuerpo desarrolla actividades en apoyo a la comunidad, especialmente rurales, donde a través de la milicia Basij, ejecuta obras de interés de poblaciones empobrecidas de zonas rurales y fronterizas. Esto también le permite al cuerpo tener base social y peso político propio. Una estrategia del régimen para contrarrestar la creciente oposición de sectores medios urbanos, ante la falta de reformas y años de crisis económicas.
En su momento el presidente del parlamento, Mehdi Kerrubi, citó los negocios del Cuerpo, que implican dinero negro, que se obtiene a través de este entramado de empresas y fundaciones, generando importantes recursos económicos. Se habla de miles de millones de dólares. El embargo internacional fomenta de alguna manera el armado de estos canales para buscar dinero y romper el bloqueo impuesto. Estos negocios no muy transparentes, generan dinero que han facilitado compra de armas, tecnología, bienes y financiar el programa nuclear. También promueve la corrupción que llega a diversos niveles de la política en Irán.
El Cuerpo de Guardianes y las Fuerzas Regulares.
Las relaciones con las fuerzas regulares o Artesh, son complicadas. Expertos consideran que las relaciones son tensas, dado que el régimen en una política de divide y reinarás, favorece al Cuerpo de Guardianes, que tiene mejores salarios, acceso a equipo moderno y a los mejores candidatos para ser parte de su cuadro o como tropas. Políticamente los Pasdaran tienen peso propio (la mayor parte de los asesores militares del Líder Supremo vienen del Cuerpo), además cuenta con una red de fundaciones y organizaciones que le permiten obtener miles de millones de dólares, ya sea como contratista para el Estado iraní, sino en negocios fuera. La propaganda oficial del Cuerpo de Guardianes, muestra a dicha institución como responsable de la victoria sobre Irak en 1988 (en verdad ninguno de los dos bandos consiguió cumplir con sus objetivos de guerra) y poco o nada dice del esfuerzo de las fuerzas regulares. Esto trae aparejado consecuencias para la imagen de las fuerzas regulares, especialmente el ejército.
El gobierno iraní ha buscado una mayor integración entre ambas ramas de las Fuerzas Armadas, creando la Jefatura del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas, el Ministerio de Defensa y Logística de las Fuerzas Armadas, además de un ordenamiento del sistema militar del país. El mantenimiento de esta estructura se vincula con la necesidad del régimen de contar con contrapesos, impedir el surgimiento de actores que puedan convertirse en un problema al orden creado tras la revolución de 1979. Desde otro punto de vista, es una dispersión de recursos, genera dudas sobre la capacidad que tienen ambas ramas militares, de operar en un entorno conjunto. No hay un uso racional de recursos y medios. En el ámbito aeronáutico militar, tenemos una fuerza aérea, con responsabilidades de defensa aérea, vigilancia y control del espacio aéreo, y apoyo táctico. El ejército cuenta con un componente aéreo para operaciones de apoyo, el Cuerpo de Guardianes cuenta también con un comando con medios aéreos que cumplen funciones similares.
Los pasdaran son algo más que una fuerza armada, es una organización de carácter político, con un alto nivel de autonomía, que lleva a pensar que estamos en un estado dentro del Estado. Es una herramienta de control del régimen, a través de diversas acciones que van desde obras de apoyo a la comunidad, propaganda política, represión a la disidencia política, pasando por aspectos económicos que ayudan al régimen a eludir en cierto punto los embargos y sanciones internacionales. El Cuerpo es además una herramienta de política exterior y seguridad. La Fuerza Quds, ha sido empleada a fondo para apoyar actores pro iraníes, que abarca desde el aspecto militar, hasta financiero.
En el plano militar, el Cuerpo de Guardianes ha forjado una aceitada doctrina de guerra asimétrica, que lleva a cabo a través de elementos propios como de terceros, agentes desestabilizadores, incluyendo organizaciones terroristas. La experiencia en lucha contrainsurgencia, como también de tácticas de guerra no convencional, permitió a los “Guardianes” hacer frente con eficacia a la panoplia de organizaciones yihadistas, entre ellos el siniestro y sofisticado ISIS. La experiencia le ha permitido desarrollar un sólido sistema de inteligencia y contrainteligencia, su presencia en el territorio nacional, le permite tener una fuerte influencia en la sociedad e instituciones iraníes. El talón de Aquiles, las relaciones con las Fuerzas regulares, donde a todas luces hay una multiplicación innecesaria de medios y estructuras. El régimen ha intentado subsanar estas falencias, subordinando al ministerio de defensa al Cuerpo, creando un alto mando conjunto e incluso un cuartel general de defensa aérea, para coordinar las operaciones de la Fuerza Aérea con la fuerza aeroespacial del Cuerpo. Esto genera dudas a la hora que haya que enfrentar un conflicto armado a gran escala.
El Cuerpo de Guardianes en cuatro décadas se ha convertido en un actor de peso en Irán, nacido de simples milicias pro Jomeini, se han transformado en una poderosa organización con ramificaciones fuera de las fronteras, que le permite ganar influencia por medio de canales no convencionales. Sin ninguna duda estamos ante una organización que es un serio desafío para los sistemas de seguridad e inteligencia, en atención que existen elementos para considerar que su accionar se proyecta fuera del Próximo Oriente.
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