Radio JAI

La Radio Judía de Latinoamérica

DONAR

¿Qué haremos este Yom Haatzmaut?

Radio Jai-¿Qué haremos este Yom Haatzmaut?

Harav Yerahmiel Barylka (Israel)

Así dijo el profeta Yirmiahu: “Pero tú no temas, oh siervo mío Yaakov, ni desmayes, oh Israel, dice Hashem. Porque he aquí, yo soy el que te salva desde lejos; y a tu descendencia, de la tierra de su cautividad. Yaakov volverá y estará tranquilo; estará confiado, y no habrá quien lo atemorice”.

Celebrado el quinto día del mes de Iyar del calendario hebreo, Yom Haatzmaut conmemora la independencia de Israel en 1948.

El día va precedido de Yom Hazicarón, el Día en Memoria de los Caídos entre los miembros de las Fuerzas de Defensa.

El mensaje de unir estos dos días es claro: los israelíes deben su independencia -la existencia misma del Estado- a las fuerzas de seguridad que sacrificaron sus vidas por ella y a quienes cayeron víctimas del terrorismo asesino.

Pese a los años que pasaron desde el 48, el pueblo de Israel y los judíos de la diáspora, todavía no encontraron una manera significativa para evocar la fecha.

Muchos judíos no son conscientes de esa libertad e independencia, ni se identifican con ella. Son aquellos que se han excluido del tiempo y del espacio comunes, también si residen aquí, en Israel. Son los que, instigados por nefastos personajes, prefieren regresar al exilio físico pese a que en su propia tierra se sienten extranjeros por no defender sus hogares y sus familias.

El término “Independencia” significa que la nación ha alcanzado ejercer el autogobierno, ha tomado el control de su destino y ha determinado su futuro. Independencia encarna que puede tomar decisiones sin depender de otra nación o entidad.  Que ha preservado y ampliado su cultura, su identidad y su soberanía. Que puede brindar seguridad y bienestar a sus habitantes.

Este año debemos decidir, cada uno en forma individual y los entes sociales y religiosos como representativos del colectivo, cómo hacer para que las fechas tengan trascendencia y significado.

Si bien fueron escritos muchos textos desde el 49, casi ninguno fue aceptado unánimemente ni en el ritual sinagogal ni en los actos comunitarios.

El erudito rabino profesor Naftali Rothenberg, comentó que la suerte de los contenidos de los devocionarios no está determinada por la grandeza de sus autores, sino por su aceptación por las comunidades. Lo que obliga a pensar que es la colectividad la que decide la forma de la conmemoración y ello permite la libertad de la decisión. Respetando el ámbito creado por la historia y la dinámica de sus actividades y la visión de su futuro.

Pocas son las familias que se reúnen en sus hogares como lo hacen en las Fiestas de Peregrinación o en Rosh Hashaná frente a mesas con manteles largos para recordar la larga epopeya que dio vida a la Mediná y a sus próceres, y para recrearla relatando las luchas y los logros.

La transmisión televisada de los actos dejó de reunir a la mayoría de su audiencia para seguir las ceremonias que se repiten cada año, con mucho boato y poco contenido, muchas veces como actos políticos de los gobernantes de turno.

Un turista que festeja Yom Haatzmaut en Israel por primera vez en su vida, podría creer que es el día del “asador” nacional, dado que muchas personas aprovechaban el feriado para reunirse en parques y en los hogares junto al fuego del barbacoa.

Pero, así como no se ha unificado la manera de rememorar la fecha en Israel, tampoco lo ha sido en las instituciones, las sinagogas y los colegios del mundo.

Imitando el modelo oficial de los gobiernos israelíes, las escuelas y las comunidades de Israel y la diáspora, organizaban actos públicos y colectivos en los que no faltaron las interminables alocuciones que nadie prestaba atención y en las que abundan cantos y bailes.

Ese modelo ha caducado.

EL DESTINO DE ISRAEL

Lo que sucede en nuestros días, da la impresión que Israel no tiene todavía el control de su destino, y pese a sus avances técnicos y los éxitos de algunos armamentos diseñados y producidos en el país, depende de aliados, que hoy día son extremadamente reducidos y en cuyas lealtades no se puede confiar ciegamente.

El sueño romántico en el que nos encontrábamos, se interrumpió para vivir una impensable pesadilla. De nada sirvieron los muros construidos ni la superioridad de los pertrechos frente al terror apoyado por naciones que ni siquiera tienen límites con Israel y su sed por expulsar a Israel de su hogar y matar a los judíos del mundo.

Comprobamos trágicamente que Israel no tuvo la capacidad para defender sus fronteras, y fue permeable a las amenazas de hordas asesinas cuando ellas decidieron ingresar a su territorio y provocar devastación, hecatombe y matanza.

Miles de personas han debido encontrar refugio fuera de su entorno y de sus hogares y no tienen ninguna certeza de poder regresar a sus casas destruidas y a sus yermas poblaciones. Ello sucede hoy en el norte y en el sur del país.

Todavía no se ha podido elaborar el duelo por los muertos ni encontrar consuelo cuando tantos hermanos, vivos o muertos, son mantenidos como rehenes en condiciones infrahumanas.

Miles de jóvenes siguen internados en hospitales tratando de rehabilitarse de las heridas en sus cuerpos y en sus almas.

UNA NUEVA INDEPENDENCIA

Siento que lo que nos sucedió hace poco más de siete meses, sirvió para que repensemos que hay una larga tarea por hacer para lograr una independencia verdadera.

El 7 de octubre, nos debe enseñar que podemos y debemos hablar de Yom Hazicarón, poniendo el acento en aquellos cuyas tumbas todavía están frescas y enseñar la historia previa y actual de Israel.

Los festejos de Yom Haatzmaut deben realizarse, a mi parecer, bajo la bandera siempre real pero hoy imprescindible y perentoria, que la independencia no fue únicamente un hecho histórico, sino que es una práctica permanente. Que debe lograrse todos los días. Sin pausa y sin tregua.

Haatzmaut no es un día calendario. Es una vida dinámica y permanente, en la que todos estamos movilizados siempre. Pero, ese día es una enseñanza cuyas lecciones debemos practicar todos los días.

En el salón de clases, en la tnuá, en la familia y en la escuela, lo más importante debe ser estudiar e internalizar afectivamente este inicio inconcluso de Independencia, aprendiendo los valores, la historia y la lucha imprescindibles para lograrla.

Sin olvidar que somos producto de una Visión que guardamos a lo largo de las generaciones.

PESE A TODO DEBEMOS FESTEJAR

Pese a la tristeza profunda en la que nos encontramos cuando todavía no hemos conseguido liberar a todos los rehenes, debemos estar jubilosos por los éxitos logrados desde aquel 5 de Yiar hasta ahora, y pasar revista a lo que se hizo para que ello haya sido posible, antes y desde la fecha, pese a los tropiezos y fracasos, que nosotros con nuestras propias manos debemos convertir en triunfo.

Por ello se debe festejar Yom Haatzmaut, pero diciendo claramente no a las barbacoas, no a los bailecitos y no a los reconvenciones y al triunfalismo de los dirigentes. Sí, a la revisión crítica de todo y al compromiso de seguir en la lucha. No a llamados de venganza ni a la exaltación patriotera ni a los discursos y prédicas exaltados.

No se nos ocurra permitir que el acto de Yom Hazicarón finalice y todos pasen al recreo a jugar un partido de fútbol o a buscar cualquier distracción que haga inútil la ceremonia.

Este Yom Haatzmaut debe ser el nacimiento de una nueva independencia que nos acompañe en esta etapa de la historia.

Cada docente encontrará la mejor manera de darle significado y sentido, según la idiosincrasia de sus alumnos y sus comunidades. Cada líder comunitario debe tener la humildad para renunciar al modelo viejo de los homenajes y a las convocatorias públicas que apenas reunieron hasta hoy minúscula fracción de sus instituciones. A los actos vacíos de contenido y de espíritu.

Muchas personas, a diferencia de años anteriores, estarán durante la transmisión de los actos oficiales con sus televisores apagados o sin sonido. Otros buscarán realizar actos alternativos en los que no habrá antorchas ni juegos ni bailes.

El docente deberá animar a los alumnos a analizar y sacar conclusiones sobre los acontecimientos históricos y crear líneas de tiempo para ayudar a los alumnos a visualizar la secuencia de los acontecimientos y a comprender su contexto.  Corresponderá ofrecerle la oportunidad de estudiar en detalle determinados acontecimientos para fomentar una apreciación más profunda de las fechas asociadas a esos acontecimientos. Inducirá a que los alumnos se comprometan con la historia de una manera que va más allá de la memorización, permitiéndoles apreciar la importancia de las fechas históricas en un contexto más amplio y su influencia en su presente y en su futuro.

Lo mismo deberá hacer el jefe de cada familia, permitiendo el disenso en las opiniones.

Esta, paradójicamente, es una oportunidad de iniciar la verdadera Hatzmaut en el sentido más amplio del término.

Jag Haatzmaut sameaj.

Que podamos festejar también la liberación de todos los cautivos ya mismo.

“No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré.  Diré al norte: Da acá; y al sur: No detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra” Yeshayahu 43:5,6

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai

Ayuda a RadioJAI AHORA!
HAZ CLIC AQUÍ PARA HACER UNA DONACIÓN