Celebrando el Día de Jerusalem en 2024: Un Faro de Resiliencia y Esperanza

Queridos amigos:
A medida que se acerca el Día de Jerusalem, el pueblo judío se encuentra en una encrucijada emocional. Este año, su celebración ocurre bajo la sombra de una gran tragedia: la masacre del 7 de octubre, donde el grupo terrorista Hamas infligió un dolor y sufrimiento inimaginables a la totalidad del pueblo judío. El dolor es palpable, con muchos llorando la pérdida de seres queridos y soportando una profunda sensación de tristeza y pérdida. Sin embargo, incluso en medio de este dolor, el significado del Día de Jerusalem permanece intacto. Es precisamente en estos tiempos difíciles cuando el verdadero espíritu del Día de Jerusalem brilla con más fuerza.

El Día de Jerusalem marca la reunificación de Jerusalem, una ciudad que se erige como la eterna capital de Israel y del pueblo judío. Es un día que conmemora el momento en 1967 cuando, después de milenios de división y conflicto, Jerusalem fue reunificada bajo la soberanía judía una vez más. Este día no es solo un hito histórico; es un testimonio de la conexión perdurable entre el pueblo judío y su Milenaria Capital. Las calles de Jerusalem, con su rico tapiz de historia, cultura y espiritualidad, han sido testigos de innumerables desafíos y triunfos. Celebrar el Día de Jerusalem es una afirmación del vínculo inquebrantable del pueblo judío con esta ciudad sagrada.

La celebración de este año es una oportunidad poderosa para demostrar unidad y resiliencia. El pueblo judío ha enfrentado adversidades a lo largo de la historia, y su supervivencia es un testimonio de su fuerza y solidaridad. Frente a las recientes atrocidades, unirse para celebrar el Día de Jerusalem envía un mensaje claro: que el espíritu judío es inquebrantable, y que la comunidad no se dejará intimidar por actos de terror. Es un día para estar en solidaridad, para apoyar a los que lloran y para honrar la memoria de los caídos mostrando que sus sacrificios no han disminuido la determinación de vivir, celebrar y valorar los principios que Jerusalem representa.

El Día de Jerusalem también es un faro de esperanza. Recuerda al pueblo judío y al mundo que incluso en los tiempos más oscuros, siempre hay un rayo de luz. La reunificación de Jerusalem fue un momento de esperanza, un símbolo de renovación y posibilidad. Celebrar este día sirve como recordatorio de que desde las cenizas de la destrucción, puede emerger un nuevo amanecer. Es un día para renovar el compromiso con la paz, la justicia y el sueño perdurable de una Jerusalem que se erige como una ciudad de coexistencia y armonía.

Celebrar el Día de Jerusalem a la luz de una reciente tragedia no significa ignorar el dolor y el sufrimiento; más bien, proporciona una manera significativa de honrar la memoria de aquellos que se han perdido. Cada celebración, cada oración y cada reunión es un tributo a sus vidas y sus sueños. Es una forma de asegurar que sus historias no sean olvidadas y que sus sacrificios contribuyan a un futuro donde tales atrocidades nunca vuelvan a ocurrir. La celebración de este año es una continuación de ese legado, una declaración de que el pueblo judío continuará construyendo, esperando y prosperando, sin importar los obstáculos.

En el Día de Jerusalem hay también un llamado a recordar los valores de paz y justicia que están profundamente arraigados en la tradición judía. La ciudad de Jerusalem, con su población diversa y rica historia, es un símbolo del potencial para la coexistencia pacífica. Al celebrar este día, las comunidades judías pueden reafirmar su compromiso con estos valores, abogando por un futuro donde todos puedan vivir en paz y seguridad.

No se trata sólo de la conmemoración de victorias pasadas: el día de Jerusalem se yergue como un símbolo de esperanza eterna para el futuro. Es un día para soñar con una Jerusalem que sea un faro de paz para todos los pueblos. Es un día para educar a los jóvenes sobre el significado de Jerusalem y para inspirarlos a llevar adelante la antorcha de la esperanza y la resiliencia.

Aunque el dolor del pasado reciente es inmenso, la celebración del Día de Jerusalem ofrece una oportunidad profunda para reafirmar los valores, la historia y el espíritu perdurable del pueblo judío. Es un día para estar unidos, para honrar el pasado, para apoyarnos mutuamente en el presente y para mirar hacia un futuro lleno de esperanzas y de bien. Al celebrar el Día de Jerusalem, nuestro pueblo no solo recuerda nuestra historia común, sino que también declara su compromiso inquebrantable con su fe, su comunidad y su capital eterna, Jerusalem.

Jerusalem es una parte central del hilo conductor de nuestra historia como pueblo; una señal de nuestra continuidad judía. En este Yom Yerusahalaim celebramos la alegría de poder reencontrarnos con nosotros mismos, como judíos, entre sus estrechas callecitas y frente a la majestuosidad del Monte del Templo. Festejamos la emoción de ser parte de una cadena que nos vincula con generaciones y generaciones de judíos que han logrado, a través nuestro, retornar a Jerusalem – la Ciudad que nunca abandonamos, y que ha sido, es y será siempre el centro mismo de nuestras plegarias -.

Con nuestro profundo agradecimiento a nuestros soldados,
los libertadores de Jerusalem,
por habernos devuelto la posibilidad de ser uno
con la Ciudad de la Unión, de la Luz, de la Paz,

¡Yom Yerushalaim Saméaj!
¡Jazak ve’ematz!

Rabino Carlos A. Tapiero
Vice-CEO & Director de Educación
Unión Mundial Macabi