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Encrucijada champagne

En mi columna del miércoles pasado, abordé el “laberinto europeo” a raíz del resultado de las elecciones parlamentarias en la U.E., con un claro avance de los partidos de la derecha y ultra derecha, en los principales países del bloque europeo, y en el que más se había sentido los efectos de este cimbronazo político, es Francia, a tal punto que ha llevado al presidente Emanuel Macron, a tomar una decisión arriesgada, disolver el parlamento y convocar a elecciones legislativas anticipadas.

También como lo señalé, la medida adoptada por el presidente francés, tiene su base constitucional en el Art. 12 de su Carta Magna, un medio para solucionar una crisis u obtener ventajas, y tiene sus antecedentes, durante la 5ta. República, con resultados diversos, en 1962 y 1968 la adoptó Charles De Gaulle y le fue favorable en ambas oportunidades, en 1981 y 1988, en la presidencia Francois Mitterrand, la primera le fue a su favor pero en la segunda resultó en su contra, y en 1997, el pte. Jaques Chirac practicó la misma jugada y le salió mal, como vemos, este instrumento constitucional es un “arma de doble filo”, y ete aquí la pregunta, ¿cuál es el objetivo buscado por el pte. Macron, al implementar tal medida?

Pues bien, el resultado para Francia en las elecciones europeas, fue que la alianza de centro pro-europeísta, Renovación Europea, obtuvo el 14.6% de los votos, que fue duplicado por el partido de Marine Le Pen, Agrupación Nacional, con el 31.30%, y esta situación fue lo que llevó al Pte. galo a la convocatoria anticipada, más allá, que su mandato finaliza en el 2027, entonces, ¿cuál es su estrategia?

Hay que recordar, que desde enero ppdo., las encuestas mostraban una merma en la popularidad de Macron, y de manera directamente proporcional el ascenso de imagen de Le Pen, y esto se puede explicar por el desgaste de la figura del pte., que es en cierta forma, el resultado de las crisis que ha venido afrontando, sea durante su 1er mandato, como en el actual, por el caso, en noviembre de 2018 fue la protesta de los “Chalecos Amarillos”, a raíz de la suba de los precios del combustible, con efectos negativos en el poder adquisitivo de los franceses, y que derivó en fuertes enfrentamientos con la policía en toda Francia, y que duró varias semanas, por lo que debió dar marcha atrás a dicha medida, y su impopularidad creció al 75% aproximadamente.

Luego, tuvo que enfrentar la pandemia del Covid 19, adoptando férreas medidas sanitarias, recordemos los pasaportes sanitarios, y esto se reflejó en las elecciones legislativas de 2022, que le hizo perder la mayoría absoluta en el parlamento, lo cual significa, la dificultad para que se aprueben las leyes que propone, y para evitarlo, se vio obligado a hacer alianzas con otros partidos, y desde mediado del año pasado, las encuestas mostraron un descenso del partido de Macron y un ascenso constante de Agrupación Nacional.

En este contexto, y debido a que Macron no se puede presentar a un nuevo mandato, según la Constitución francesa, la proyección de Le Pen no se circunscribe a estas legislativas anticipadas, sino a lograr la presidencia en el 2027, habida cuenta que no hay en el panorama político, otra figura con la imagen y el carisma de la líder derechista.

Quizás aquí, está la razón de la jugada de Macron, pues tal como están las cosas, sería lógico que en el 2027, Le Pen y su partido no sólo ganase la presidencia, sino que se hicieran con la mayoría absoluta del parlamento.

Como lo señalé, Macron no es el 1er pte. en aplicar el Art. 12, pero si lo es en hacerlo tras perder un acto eleccionario, además sin contar con la mayoría absoluta, y que no quiere abusar en dictar leyes por decreto, algo contemplado en el Art. 49 Inc.3 de la Constitución gala, algo que ya esgrimió en más de 20 oportunidades, algo que no había ocurrido desde 1960, y lo que ha causado crisis, protestas y huelgas masivas, lo que le valió 28 mociones de censura y el bloqueo de varias reformas propuestas, es por esto que consideró que Macron decidió, enfrentar a Le Pen antes de las elecciones presidenciales del 2027, y de esta manera frenar el ascenso de la líder derechista.
Es así, que una hipótesis sería que el pte. busca instalar la idea que su partido, y no él, es la mejor alternativa ante el avance de la derecha y ultraderecha, que con un triunfo de Le Pen le aseguraría a ella conformar gobierno, un ardid que antes funcionó, incluso, lograr instalar el temor en los votantes, lo que llevaría a quitarle caudal de votos a Agrupación Nacional, y redirigirlos a partidos moderados, o de izquierda, con los que luego podría negociar alianzas. Veamos, esta estrategia conforme al sistema electoral francés, podría serle favorable, pues el sistema establece dos vueltas, ejemplo: si el 30 de este mes, un candidato de A.N. no obtiene más del 50% de los votos, tendrá que ir a una 2da vuelta, con quién saliera segundo el 7 de julio, esto le da a Macron la posibilidad que los votos de los restantes candidatos de la 1ra vuelta, se dirijan al postulante opositor al candidato de Le Pen, y esta estrategia, en caso de fallar, lo haría ver de cierto modo, que no sería el único culpable del triunfo de la derecha.

La 2da hipótesis sería, que de ganar A.N., tal como parece que todo lo indica, y así formar gobierno con Jordán Bardella como 1er ministro, y con un pte. de otro partido, Macron, una circunstancias que ya se dio en tres oportunidades, en las que luego, quién fue 1er ministro perdió en las presidenciales, y este “cohabitar” el poder ha tenido como consecuencia una gobernabilidad afectada por las diferencias ideológicas, y que se traduce en cierta parálisis o bloqueo en el accionar gubernamental, y esto produciría un deterioro en la imagen del partido de Le Pen, ante la incapacidad de llevar a cabo los cambios o reformas propuestas, y de esta forma, no sólo Bardella, sino también la líder derechista sufrirían una merma de imagen positiva, en función de las elecciones de 2027.

La historia en la dinámica política francesa, ante este tipo de escenario lleva a conformar un Frente Popular de la Izquierda, algo que ya sucedió, y con cierto éxito en las legislativas de 2022, y que en ese entonces, la posicionaron como 2da fuerza política en el parlamento, pero en contra partida, desde la derecha, el Partido Popular Francés, de perfil “degaullista” y con la figura de Marion Marechal, sobrina de Le Pen, ha declarado su alianza con A.N., en fin, lo cierto es, que Macron optó por esta riesgosa jugada, pero no sólo para cuidar las posibilidades de su partido para las presidenciales de 2027, sino para desgastar al partido de Le Pen.

Ahora bien, según las últimas encuestas, el bloque de derecha obtendría algo más del 33% de los sufragios, mientras que en segundo lugar, se ubica el bloque de izquierda, compuesto por los partidos, Verde, Socialdemócrata y Francia Insumisa, con un 28%, lo que supone un parlamento con preponderancia de ambos extremos, y el centro como tercera fuerza, y esto inquieta a los mercados financieros, lo que se refleja en una caída de la Bolsa de París en casi el 5%, también consecuencia de los programas económicos propuestos por ambos bloques mayoritarios, que señalaré seguidamente, y que seguro a muchos les sorprenderá.

La derecha, A.N. y P.P.F, proponen medidas que afectarán el Gasto Público, que arrastra un déficit importante sobre el PBI de 2023, sin embargo, las propuestas prevén un aumento del Gasto Público, por el caso, el recorte impositivo en algunos sectores, por ejemplo, sobre el IVA en los combustibles y la energía, de igual manera pero no en lo inmediato, al IVA sobre productos de la Canasta Familiar, eximir del impuesto a la renta a los menores de 30 años, derogar la reforma a las pensiones, aumentar la exportaciones para corregir el déficit de la Balanza Comercial y, para disminuir el índice de desocupación que hoy es del 23.7%, incluso Le Pen presentaría un proyecto para abandonar la U.E., el “Frexit”, similar a lo hecho por el Reino Unido, junto con dejar el Euro volviendo al Franco, y a través de una devaluación, junto a un régimen de barreras arancelarias a los productos europeos que compiten con los franceses, para así obtener una baja en los productos nacionales, y abandonar el Espacio Shengen y terminar con la migración masiva, en particular la islámica.

Por su parte, el Frente Popular de Izquierda, liderado por Jean Luc Melenchon, cabeza del partido Francia Insumisa, ha presentado el siguiente programa, va también por la derogación de la reforma de pensiones antes señalada, y llevar la edad mínima jubilatoria a 60 años, aumentar la inversión estatal en viviendas públicas, y para implementar este aumento en el Gasto Público, a diferencia de Agrupación Nacional, propone un fuerte incremento de los impuestos, por ejemplo, sobre la renta, sobre el patrimonio de manera progresiva, derogar el tipo de impuesto único sobre las rentas de capital, restablecer el impuesto a la “salida de Francia”, una medida dirigida a aquellos que intenten evadir el fisco yendo a otros países, también prevé el aumento en los impuestos a los salarios más altos y generar un impuesto sobre la distancia en km., es decir, sobre los bienes y productos importados dentro de Francia, sin dejar de lado otras medidas como, controles de precios sobre alimentos y energía, un aumento de hasta el 15% del salario mínimo, y un régimen solidario con el resto de los países miembros de la U.E. en relación a la problemática de la migración.

Como se puede apreciar, el bloque de derecha propone medidas que inciden en un aumento del Gasto Público, pero sin carga impositiva, mientras que el bloque de izquierda, que también propone más Gasto Público, pero con un incremento impositivo y de regulaciones, y esto, en una Francia que en el 2023 sufrió un aumento del Gasto Público de más del 57%, es decir, son más los gastos que los ingresos, violando los estándares de endeudamiento público fijados por la U.E., en otras palabras, que cerca del 60% del valor de la producción de Francia, directa o indirectamente, pasa por el Estado, que evidentemente es ineficiente e ineficaz, para responder a los reclamos socio-económicos de la mayoría de los franceses que aspiran a un cambio radical, que les propicie un mejor bienestar, y sin embargo, las propuestas de ambos bloques prevé un Estado más grande, un Estado hipertrófico, y que es evidente el gran problema o un proyecto fallido.

Al día de hoy, es una realidad que la derecha se ha constituido en la primera fuerza política en el 93% de los municipios de Francia, con una Agrupación Nacional, que dejó atrás desde el 2017 al otrora Frente Nacional de Jean Marie Le Pen, que tenía un discurso neo fascista y hasta xenófobo, pero ahora con su hija Marine, eso ha cambiado sensiblemente, en particular con una gran influencia en la juventud, con propuestas de mayor integración, que tal como se señaló en la columna del miércoles pasado, ha captado a votantes entre grupos sociales tradicionalmente de izquierda, como en el colectivo LGTB+, o alentando sentimientos de pertenencia con el slongan trumpista, “Francia Primero”, y por supuesto, no debemos olvidar, que Marine Le Pen ya llegó en dos oportunidades al ballotage de las presidenciales, en el 2017 y en el 2022, en esta última logró la importante cifra de 89 escaños en la Asamblea General, sin haber renunciando a su visión anti-globalización, que le abre renovadas y grandes posibilidades, no sólo en las legislativas anticipadas, sino y más relevante para las presidenciales del 2027.

Ahora bien, ¿cómo repercute el triunfo de la derecha francesa en el resto de Europa?, pues bien, en España ha favorecido el triunfo del Partido Popular y el avance de VOX, en Polonia, pese a que Le Pen ha cambiado su discurso respecto a Putin y Rusia, perciben a Agrupación Nacional como un partido pro-ruso, más allá que la derecha nacionalista esté en el gobierno de Varsovia, en cuanto a Alemania, preocupa el rumbo que podría tomar Francia, en particular por el avance de Alternativa para Alemania, ante el debilitamiento de la alianza de centro izquierda que gobierna a los germanos, que de seguir en el gobierno, se establecería entre ambas potencias una relación pragmática, pero dejaría atrás la “amistad” franco-germana, que posibilite la concreción de proyectos importantes, mientras que en otros países con gobiernos de derecha como, Italia, Holanda, Austria, Hungría o Eslovaquia, por el contrario ven positivo que Agrupación Nacional llegue al poder.

Finalizando la columna de hoy, mis reflexiones son las siguientes, la jugada arriesgada de Macron, en caso de que se cumplan alguna de las dos hipótesis, creo que si bien podrían lograr el objetivo de frenar o desgastar, tanto a Agrupación Nacional como a la figura de Le Pen, podría producir una agudización de las crisis y conflictos que vive hoy Francia, por la difícil situación de gobernanza, consecuencia directa de un presidente y un primer ministro con visiones opuestas o bien la ralentización de políticas públicas en caso que Macron siguiese utilizando decretos ejecutivos, los que serían bloqueados en el Parlamento, esta situación podría tener el efecto contrario al esperado por el actual presidente, es decir, empoderaría la figura de Le Pen para el 2027, y que en caso de llegar al poder, no sólo podría propiciar el alejamiento de Francia de la U.E., con lo que esto significa en lo económico, financiero, social y político para el resto del bloque, sino incluso en un debilitamiento o al menos una sensible restructuración de la OTAN, en síntesis, en Francia, sus ciudadanos se han hastiado de las políticas que han disparado la Deuda Pública, a un elevado déficit, a la suba impositiva, con un sector agropecuario disconforme, con un sector industrial deteriorado, que han provocado que el país sufra un estancamiento, y sin olvidar a las políticas laxas e ineficaces en materia migratoria, que conllevan efectos negativos en seguridad pública y nacional, en lo social, en lo laboral y en lo económico, y este combo ha llevado al voto castigo a las políticas gubernamentales equivocadas, entonces el interrogante es, ¿una Francia gobernada por Le Pen ocasionaría un verdadero “tsunami” europeo, podría Francia ser el factor político y económico que quiebre la Eurozona?, por eso la frase elegida para el cierre, la he tomado del título de la novela del escritor polaco Henryk Sienkiewicz, “¿Quo Vadis Francia?” .-

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