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La corrupta dirigencia judeo-argentina

Radio Jai-La corrupta dirigencia judeo-Argentina

Hay una vieja máxima judía que señala “así como son los no judíos son los judíos”.

Explicar la decadencia argentina de décadas tiene como necesidad primaria abordar la corrupción cultural que se transformó en estructural. Un país que quiso y pudo ser Europa y terminó siendo África. Un país que en los inicios del siglo XX contaba con el PBI más importante del mundo y era un faro de atracción para migrantes que venían a hacerse de un destino mejor. A hacerse la América, fruto de un arduo trabajo en un país que les brindaba todas las oportunidades para el crecimiento personal y un destino promisorio para sus hijos.

Vivo desde hace 38 años en el país y he visto su permanente decadencia. El granero del mundo hoy tiene un 55% de su población por debajo de la línea de pobreza, un 17.5% en la indigencia y donde más del 50% de los jóvenes de la provincia no terminan su escolaridad. Un talento argentino suicida y que habla de una corrupción cultural y estructural a toda prueba.

La corrupción cultural tiene múltiples facetas. La negación, echarle la culpa siempre a un otro, las horas de café y discursos en todos los niveles sobre lo que habría que hacer para cambiar el país, mientras los mismos tienen una absoluta resistencia al cambio. La síntesis, hay algo enquistado y fijado que no toca nunca fondo y se podría definir como “nos gusta ser así“.

No me quiero extender en lo que es al decir de Marcos Aguinis el atroz encanto de ser Argentino y que es apasionante para historiadores, sociólogos, economistas y psicólogos sociales, entre otros. Un país que ha defolteado, incumplido sistemáticamente con sus acreedores, pero donde sus privados entre políticos, jueces, empresarios, gremialistas y una lista interminable, tienen escondidos más dólares en sus “refugios” que proporcionalmente cualquier otra población del mundo.

El país de la biblia y el calefón, de Discépolo y Bioy Casares, de Maradona y Borges. Del tango, la milonga, la zamba, el chamame, la chacarera, el rock nacional, el cuarteto y una diversidad interminable. Entre tarantelas, pasos dobles, algún Freilaj, Rikud y Klezmer entre tanto más. 

Los judíos en la Argentina, pese a ser minoría como en todos los países fuera de Israel, hemos tenido una enorme influencia y participación en todas las esferas del quehacer nacional. No hay ámbito donde no participemos y nos destaquemos. Incluso tuvimos una presidenta interina por unos días, la Dra. Beatriz Rojkés de Alperovich y ni hablar de gobernadores, jefes de gobierno, artistitas, científicos, académicos, comerciantes y lo que guste buscar. Una comunidad muy argentina y orgullosa de su argentinidad, que al estilo muy argentino se queja permanentemente del país, mientras saca todas las ventajas posibles al sistema, en una actitud permanentemente oportunista.

Lo peor que puede hacer un periodista es conocer, recibir información, chequear fuentes, preguntar y mostrar aquello que quiere ser ocultado. Es así como los mayores exponentes de la profesión son admirados pero denostados en las cloacas de las redes sociales y el poder de turno. Quién escribe estas líneas conoce demasiado de la comunidad, sus dirigentes y profesionales.

Es necesario señalar que la gran mayoría de los dirigentes de las instituciones bases de la comunidad en escuelas, clubes, sinagogas, dedican desinteresadamente mucho tiempo a la vida institucional. Claro hay lamentables excepciones que han efectuado un daño enorme a la confianza y credibilidad de las mismas.

Desde el atentado a la AMIA hace 30 años los dirigentes de las instituciones centrales pasaron a ocupar un espacio y protagonismo desconocido hasta ese momento en el marco nacional e internacional. Los flashes de las cámaras enceguecieron y marearon a demasiados. 

Escudarse en que los dirigentes son voluntarios y que por ello hacen lo mejor que pueden sacrificando horas y vida familiar es otra de las formas sofisticadas que adquiere la corrupción. La mayoría de estos dirigentes no tendrían en su vida privada acceso al protagonismo, poder, honores, viajes, privilegios e incluso “negocios” que les permite el sacrificio que hacen por la continuidad del pueblo judío y la defensa del Estado de Israel. 

No hay duda que hay dirigentes honrados e íntegros. Desgraciadamente el sistema los expulsa y no los deja habitualmente llegar a lugares destacados en las instancias centrales por lo que terminan aislados y fuera de las esferas del poder real. Lo mismo acontece con muchos intelectuales y profesionales. Son los catalogados de locos, fracasados o resentidos. 

Hace un tiempo me sumaron a un grupo de WhatsApp armado por un ex presidente de AMIA “Peña de reflexiones” integrado por una centena de dirigentes comunitarios y algunos periodistas. Un espacio donde supuestamente plantear inquietudes en un marco cerrado de personas involucradas en la vida comunitaria.

Viendo que en realidad se compartían las mismas notas periodísticas que se viralizan hasta el hartazgo e histéricamente tuve la mala ocurrencia de intentar que ese grupo se transformara en un verdadero foro de pensamiento y discusión. Lo primero ante situaciones de falta de transparencia en las decisiones de AMIA, DAIA, OSA, las instituciones centrales de la comunidad propuse que como una metodología, las mismas compartan en ese espacio las actas de las reuniones de las comisiones directivas, de manera tal de tener acceso a las decisiones tomadas y la argumentación de las mismas por parte de los dirigentes con el fin de que este calificado grupo pudiera realizar aportes, sugerencias y desde ya conocer los criterios de las decisiones adoptadas. Una manera además de transparentar y democratizar las gestiones tan alejadas de la calle judía.

Ni hablar que la DAIA como representación política conformada por todas las instituciones debería tener un grupo u otra plataforma virtual que permita que las decisiones delicadas recibieran aportes y preguntas de las representadas e incluso de requerirse fueran aprobadas en votaciones por esa misma via y no la adopción de una postura de acuerdo al entender, capricho o interés del presidente de turno. Los ejemplos y papelones sobran. NI hablar que estas y otras simples propuesta, no ameritaron más que silencios de Radio. 

El siguiente paso fue directamente que el administrador me eliminó del grupo. El jueves pasado FOPEA junto con AMIA y DAIA invitaron a un homenaje a los periodistas en la legislatura porteña por su accionar durante los 30 años desde el atentado a la AMIA. Dos días antes se realizó un Encuentro Federal histórico de gobernadores que suscribieron un significativo documento a 30 años del atentado. No tuvimos el mérito de ser invitados cuando vimos paradójicamente en fotografías a muchos amigos menos involucrados con la memoria, denuncia y esclarecimiento del atentado.

Volvamos a la legislatura y mi posteo en el grupo de WhastApp que hizo que su administrador me eliminara como miembro de tan distinguido espacio.

“Buenas noches. Yo sé que soy un kotz en la tajat de muchos. Preguntas:

1. Alguien recibió el acta donde se designó al Rabino Hamra, Gran Rabino de la Amia?
2. Cuáles fueron los criterios de dicha designación y con que otros candidatos se lo analizó o concursó?
3. El cargo es Ad Honorem o pago?
4. El Rabino al ser consultado hoy sobre eso y algunos otros temas dijo que no me tiene que dar respuesta, que el solo le responde al RAT.
5. La Amia nunca transparentó la inversión que finalmente se realizó por el velatorio de calle Loyola.
Entendía que un hombre público siempre debe dar respuestas.

En un evento de hace un rato el presidente de Amia en su discurso expresó al agradecer el rol de la prensa verdadera y libre que todavía no se sabe cómo se llevó a cabo el atentado y el rol de los carapintadas.

El Señor presidente de la Mutual no leyó el informe de la SIDE con todos los detalles, nombres y más que sirvió para que el Fiscal Nisman lograra las alertas rojas por parte de interpol que por si no lo sabe es un organismo de las policías del mundo que evalúa las pruebas para dictaminar una medida como esa y que además implica a las máximas autoridades de Irán con lo que ello significa?
Sabe Linetzky el daño que produce su ignorancia y dichos?

El responsable de ADEPA señaló que los periodistas escribimos la historia. Qué problema que tienen aquellos que no están a la altura. La historia, D.s y la calle judía se los demandará”

Es verdad, el rol del periodismo molesta, cuando busca cumplir con su misión, que es ni más ni menos ser un puente entre el mandante y el mandatario, preguntando lo que debe ser preguntado, exponiendo lo que quiere ser ocultado y analizando los hechos. El resto es propaganda, algo que les encanta a los políticos y dirigentes.

Radio Jai está por cumplir 32 años de vida y ha sido un testigo privilegiado de la vida judía, especialmente en Argentina, ha dicho mucho y escrito algo de los acontecimientos desde el momento mismo del atentado a la AMIA. Ha visto de todo. La interna Berajá-Szpolski con sus bancos e implicancias en la comunidad, las maniobras para desviar la atención en la investigación del atentado, los 12.000.000 de dólares de Menem para “pagar” la reconstrucción del edificio ya que los judíos no poníamos el dinero, el Memorándum de entendimiento y los dirigentes que lo aplaudieron en un primer momento, las agachadas con los gobiernos de turno por pequeños subsidios, el asesinato de Nisman y el silencio de muchos, el intento de bajar la querella contra Cristina Kirchner y otros por el memorándum, la venta y alquiler de inmuebles de la AMIA, las designación discrecional de presupuestos a instituciones o programas amigos, las contrataciones con terceros y una infinidad de situaciones. Todas siempre con un vector presente. La corrupción del dinero y privilegios.       

Tal vez la próxima misión de Radio Jai o este humilde cronista sea escribir ese libro que compile las muchas grandezas y demasiadas miserias de instituciones y dirigentes argentinos judíos, que responden a los mismos flagelos que azotan a un país que prefiere seguir viviendo en la corrupción, cuya hipocresía es ilimitada, de una resistencia al cambio casi inexpungable y donde la honestidad es vista como un peligro al sistema y hay que buscar como acallarla, sea eliminándola de un grupo de whatsApp, matando al cartero, cerrándole las puertas a las instituciones, siéndole indiferente a sus requisitorias periodísticas o buscando dobles intenciones. Se aplica la máxima: “El ladrón siempre piensa a todos como de su misma condición”. 

Con estas líneas no sueño con cambios. La corrupción es inmune a las denuncias y nunca hace una autocrítica. Ya dirán que estoy loco, enojado, que se trata de un chantaje o cualquier otra cosa. Ya lo han dicho antes.

En el país del Cambalache todos somos sobrevivientes de un sistema corrupto y participamos en mayor o menor medida del mismo.

Hay niveles de corrupción:

Los que ejercen funciones públicas por su rol de administradores de lo ajeno son los primeros que deberían mostrar ejemplaridad y la justicia debería condenar severamente a los que delinquen y la sociedad condenarlos socialmente transformándolos en parias. La impunidad ejerce un efecto devastador y anestésico.

Un Maestro me enseñó que lo único que necesita un Ser Humano para delinquir es una excusa: la mate porque me miraba mal, robé porque me roban, engañé porque todos engañan y así con cada una de nuestras falencias.

La ejemplaridad es un espejo donde nos miramos permanentemente y aquellos que tienen responsabilidad dirigencial en cualquier ámbito deben ser intachables en sus conductas públicas. La manera de salir de la decadencia es no pidiéndole al otro rendir cuentas, sino pudiendo mostrar las mías con total transparencia y tranquilidad.

 

 

Miguel Steuermann, Director General de Radio Jai, Cofundador de la Confraternidad Judeo-Musulmana, Embajador para la Paz de la Coalición Humanitaria Internacional, Pro-secretario de la Cámara de Comercio Argentino-Israelí.

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai

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