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El Oso y el Chollima

En la columna de hoy, vamos analizar los encuentros entre el Oso y el Chollima, el primero es el animal que simboliza a Rusia desde siempre, y el segundo, una figura mitológica de un caballo de fuego alado, es el de Corea del Norte, y a modo introductorio, haré una apretada síntesis histórica de las relaciones de estos dos actores internacionales.

Los vínculos modernos, entre Corea del Norte y la actual Federación Rusa, se remontan a la época de extinta URSS., que tras el final de la 2da Guerra Mundial, tuvo un rol importante en la división de las dos Coreas, y fue fundamental en el establecimiento del actual régimen, con el apoyo de Joseph Stalin a Kim Il Sung para que éste llegara al poder, y se constituyó en el aliado que le proveyó asistencia económica, tecnológica y militar, lo que propició una cooperación estratégica, bajo el paragua de la órbita comunista.

Esta estrecha relación, se vio sacudida tras el colapso de la URSS. y consecuente colapso del imperio soviético, incluso, hasta se dio un cierto distanciamiento, cuando la actual Rusia buscó el acercamiento a Occidente e implementó políticas económicas de mercado, que por supuesto, el férreo régimen norcoreano en mano de Kim Jong Il, no podía aceptar la “Glasnost”, la apertura o liberización del sistema político, y menos aún, la “Perestroika”, el proceso de reestructuración económica, sin embargo, con el inicio del presente siglo y la llegada de Vladimir Putin al poder, las relaciones entre ambos Estados, comenzó un ininterrumpido proceso de restablecimiento de relaciones, que se manifiestan a través de reuniones y encuentros diplomáticos, que han dado lugar al reanudar la cooperación mutua, la que fue afirmándose de modo inversamente proporcional al distanciamiento de Moscú del bloque occidental, mientras que Pyongyang, profundizó su hermetismo y aislamiento, y esto en un escenario global, caracterizado por la espiral ascendente de tensiones, crisis y conflictos.

Es así, que esta relación ruso-norcoreana ha reforzado y aumentado la cooperación, a partir de febrero del 2022, con la invasión rusa a Ucrania, donde por el lado de Moscú se ha beneficiado con los suministros de armamento proporcionado por Corea del Norte, en particular municiones de artillería, que según los servicios de inteligencia occidentales, sólo en el año pasado alcanzaron algo más de 5.000 contenedores, más sistemas de misiles, a lo que sumemos en el campo diplomático, el reconocimiento de la independencia de las repúblicas separatistas en Ucrania, como así también, mano de obra para la reconstrucción edilicia e infraestructuras dañadas por la guerra, habida cuenta que la mayoría de los rusos en edad de servir en las FF.AA., son destinados al frente de combate, por su lado Pyongyang, se beneficia al recibir los recursos necesarios para afrontar el aislamiento y las sanciones internacionales, como ser, energéticos, alimentos, tecnológicos, en especial en el campo aéreo-espacial y en el desarrollo de submarinos nucleares.

Hoy es evidente, que hay una convergencia de intereses geopolíticos y económicos, es por esto que Rusia y Corea del Norte han acordado en el plano internacional, rechazar de manera conjunta aquellas medidas y políticas que adopta Occidente, sean de carácter restrictivas o, que consideren contrarias al Derecho Internacional, o unilaterales, y con esta visión compartida, se dio la última reunión entre Vladimir Putin y el actual líder norcoreano, Kim Jong Un, durante la visita del pte. ruso a Pyongyang entre el 18 y 20 de junio ppdos., retribuyendo la hecha por Kim en septiembre del 2023 a Moscú, y en la que han considerado una estrategia financiera, que consiste en un sistema comercial y de pagos recíprocos, que no esté controlado por Occidente, de manera tal de evadir las sanciones, también se ratificaron los programas de desarrollo de cooperación recíproca, con el objetivo de afianzar un red de seguridad, económica, política y militar en Eurasia.

En este escenario euroasiático, se da la siguiente triangulación: China necesita de recursos energéticos que son adquiridos a Rusia, y esta compra mitiga los efectos negativos que sufre Moscú al habérsele cortado de manera directa la adquisición de gas y petróleo por Europa, sumado a las sanciones impuestas por Occidente, por su lado, Corea del Norte, como se ha señalado, se ha convertido en un proveedor de suministros bélicos de Rusia, que en el presente tiene limitada su capacidad de fabricación de éstos, como consecuencia de las sanciones antes mencionadas, un rol que comparten los norcoreanos con Irán. Ahora bien, para Corea del Norte, que es un régimen prácticamente aislado por gran parte de la comunidad internacional, y con esta alianza con Moscú, se hace de un socio estratégico de peso, por el caso, no olvidemos que Rusia es uno de los cinco miembros permanentes en el Consejo de Seguridad con poder de veto, y por lo tanto, puede ayudar al régimen de Kim Jong Un a enfrentar y/o bloquear las sanciones que desde la ONU pudieran disponer, asimismo, tanto Rusia como China, quienes anteriormente eran críticos de los ensayos nucleares norcoreanos, pues en el 2006 votaron a favor de la Resolución 1965 del Consejo de Seguridad de la ONU, condenando aquellos, pero ahora adoptan una posición más permisiva, en particular Moscú, que por su lado, ha anunciado pruebas de armas nucleares tácticas en regiones cercanas a Ucrania, en síntesis, tanto China, Rusia y Corea del Norte, han estructurado una relación de ayuda y cooperación mutua, que constituye un bloque de poder en el noreste de Asia, que desafía a los EE.UU. y a sus aliados en aquella región, Corea del Sur, Japón y Filipina, y de esta forma, Pyongyang está mostrando que puede estar más seguro y mantener su retórica belicista, mientras Moscú, envía un mensaje a Occidente, en particular a Washington y a Bruselas, de que no está solo y que puede conformar nuevas alianzas con regímenes autocráticos o teocráticos, como Corea del Norte e Irán, que sumando a China, se erigen como bloque desafiante en la cuenca Indo Pacífico.

Pero, quizás lo más importante de los Acuerdos que componen el Tratado firmado por Putin y Kim Jong Un, en la reunión de junio pasado, y que reemplaza a los anteriores, como el de Asistencia Mutua firmado en 1961, o el del 2000 que se centró en cuestiones económicas, pues me refiero al Acuerdo sobre Defensa Mutua, por el cual se considera que un ataque de un tercer Estado o bloque a uno de las dos partes firmantes, será considerado como un ataque a ambos, y en este punto, los términos del Acuerdo supera el signado con China, que no contempla esta circunstancia, con lo cual este vínculo de defensa mutua ruso-coreano, complica el escenario geopolítico para Washington y Seúl, pues en caso de un conflicto armado entre ambas Coreas, aún si China se limitara a protestar y solicitar un alto al enfrentamiento, coloca a la región en un riesgo cierto de una escalada.

Otro punto a considerar, conforme a los términos del mencionado Acuerdo de Defensa Mutua es, ¿cabe la posibilidad del envío de tropas norcoreanas al teatro de operaciones en Ucrania?, y esto tiene implicancias en la geopolítica global, veamos entonces, como se interrelacionarían ambos escenarios, el europeo y el asiático.
Hasta el presente, Corea del Sur no ha efectivizado el envío de armamento a Ucrania, algo que fue anunciado por Seúl, y que en caso de hacerlo, y de acuerdo al pacto ruso-norcoreano recientemente firmado, posibilitaría lo planteado en la pregunta antes formulada, por otro lado, es evidente que Putin acciona y reacciona, conforme a la evolución de la guerra en Ucrania, por el caso, ante los escasos o casi nulos resultados positivos de las fuerzas ucranianas y de un relativo éxito en el avance territorial de las tropas rusas, los EE.UU. y algunos de sus aliados europeos, han planteado la posibilidad de envío de efectivos militares, aún como apoyo logístico, sumado a que Washington ha autorizado el uso del armamento proporcionado para atacar territorio ruso, y que en la última reunión del G-7 se ha resuelto echar mano a los activos rusos congelados para ayudar a Kiev, consecuentemente, la reacción del Kremlin ha sido la firma del Acuerdo de Defensa Mutua con Corea del Norte.

Ahora bien, este Acuerdo entre Moscú y Pyongyang, es visto con cierto recelo por Beijing, ante la posibilidad de provocar una escalada en la crisis coreana, y que aumente la presencia de los EE.UU. y sus aliados en la región Indo-Pacífico, cuando tiene otras prioridades, como ser, la competencia con los EE.UU. en los campos del comercio global, de la tecnología e inteligencia artificial, y sin olvidar la Cuestión Taiwán, que si bien ratifica el relato de la “provincia rebelde”, hasta el momento se ha limitado a llevar a cabo acciones de intimidación y demostraciones de fuerza, pero observa y analiza el conflicto ucraniano, tanto esperando su desenlace, como la reacción internacional, para decidir sobre una posible invasión a la isla de Formosa, y además, el pte. Xi Jimping quiere una Corea del Norte estable, controlada y menos belicista, tanto como no desear una Corea unificada bajo la influencia de los EE.UU. y su presencia militar en su frontera.

Finalizando la columna, mis reflexiones son las siguientes: dos de los líderes más marginados por gran parte de la comunidad internacional, en particular por gran parte Occidente, se han reunido para beneficiarse mutuamente, en el caso del pte. ruso Vladimir Putin, que recordemos que no pisaba suelo norcoreano desde hace 20 años, cuando estaba en el poder Kim Jong Il, y cuando el escenario global se caracterizaba por la distención, tras el fin de la Guerra Fría, con un EE.UU. que se erigía como la gran potencia de un mundo unipolar, ahora lo hace en un escenario muy distinto, con tensiones y crisis escalando, con conflictos no resuelto o activos, y con el liderazgo global estadounidense discutido por la 2da potencia mundial, China, y nuevos bloques geopolíticos y geoeconómicos, por el caso, los BRICS o la Organización de Cooperación de Shanghai, en los que rol de Beijing es determinante, sin olvidar la capacidad nuclear militar norcoreana de la actualidad, y esto ha condicionado que el Tratado firmado por Putin y Kim Jong Un, incluya Acuerdos en diversos sectores, desde agricultura, turismo, cultura, económico-financiero y el más significativo, el de cooperación y defensa mutua, el que ha sido condenado por los EE.UU., Japón y Corea del Sur, y es por todo lo reseñado, que este acercamiento entre Rusia y Corea del Norte, no sólo desafía a Occidente, sino también al resto de comunidad internacional, que pretende estructurar un sistema global que contemple la resolución pacífica de los conflictos, y la temprana y eficaz gestión de crisis de toda índole, aunque paradójicamente, en el año 2023 el gasto en armas nucleares superó los u$s. 91.000 millones, y quizás por esto la frase elegida para terminar, y a modo de ironía, fue dicha por Henry Kissinger, “No puede haber una crisis la próxima semana, pues mi agenda ya esta llena…”.-

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