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Un Horizonte demasiado lejos

No creo que ni el mejor analista, ni siquiera un vidente, habrían pensando o predicho, que dos años y medio después, que el presidente Vladimir Putin ordenara el inicio de la “Operación Militar Especial”, un eufemismo para lo que ha sido la invasión rusa al soberano territorio de la República de Ucrania, se ha dado un evento significativo e histórico, cuando el 6 de agosto pasado, tropas ucranianas llevaron a cabo el sorpresivo avance en la región de Kursk, Rusia, haciéndose con localidades y pueblos, tomando a cientos de prisioneros y con más de 190 mil civiles fueran desplazados, algo que no ocurría desde la 2ª. Guerra Mundial, cuando el Reich alemán lanzó la Operación Barbaroja, el 22 de junio de 1941.

En este escenario me pregunto, ¿dónde quedó la celebración del 80° aniversario de la victoria soviética en Kursk, en aquel conflicto mundial, que Putin conmemoró una semana atrás?, o ¿es acaso, como ha calificado el presidente ruso, sólo una “provocación”, lo que sucede hoy en la región de Kursk?, o ¿ en casi un cuarto de siglo en el poder, que ha pasado con la seguridad y la estabilidad de Rusia que Putin garantizó?, realmente son más los interrogantes que las certezas que se plantean los rusos hoy.

En localidades de la región de Kursk, se están viendo imágenes similares a las vistas hace más de 28 meses en Ucrania, edificios destruidos, refugiados en los sótanos o huyendo con las pertenencias que pudieron salvar y con escasa comida, infraestructuras energéticas severamente dañadas, y cientos de reclutas o tropas rusas -poco adiestradas- prisioneras, y sin embargo, Putin inmutable, mantiene el ritmo de su agenda, incluso viajó a Azerbaiyán donde se entrevistó con el Pte. azerí Ilham Aliyev durante dos días, minimizando lo que ocurre en Kursk, declarando, “que se comprometía a combatir a quienes comenten crímenes en aquella región…”.

Mientras tanto, la ofensiva ucraniana ya cumplió su tercera semana, y los medios de comunicación rusos, controlados por el Kremlin, reiteran el relato de la fortaleza de Rusia, de su gobierno, de sus FF.AA., y por supuesto, el apoyo incondicional al pte. Putin, más allá de lo que acontece en Kursk.

Ahora bien, por los motivos que sea, por temor, por ignorancia o por un exacerbado nacionalismo, por ahora la población rusa no ha reaccionado, pero, si bien la oposición está bajo control del Kremlin, hay un sector que puede constituirse en una “masa crítica” para Putin, y es la elite rusa, ese cercano círculo al 1er. mandatario, burócratas, grandes e importantes empresarios, las cúpulas de las FF.AA. y de Seguridad, quienes desde que comenzó la guerra, se han visto, más perjudicados que afortunados, aún aquellos, que han acrecentado sus patrimonios con el conflicto, pero, no pueden invertir o sacar réditos, debido a las sanciones económicas y financieras impuestas por Occidente, por lo cual, no sería de extrañar que entre esas elites se planteen, si Putin sigue siendo un activo o un pasivo a reemplazar.

Quizás, dentro de estas elites hay posiciones encontradas o dubitativas, motivadas por el temor de cómo y quién, se impondría en una eventual lucha por el poder, o quizás, aún confían en que Putin reaccionará ante los hechos consumados en Kursk, siguiendo un patrón de conducta, que si bien se demora ante la crisis, al final su decisión revierte una situación negativa, como lo ha hecho anteriormente.

Es así, que en el teatro de operaciones en el oriente de Ucrania, la ofensiva rusa hacia la ciudad de Pokrovsk, en la región de Donetsk, ha mostrado un exitoso, aunque lento avance hacia esa localidad, que es un punto clave por su importancia logística para las fuerzas ucranianas, debido a la línea ferroviaria que la atraviesa, y a la autopista T054, que une localidades que conforman el escudo de defensa en ese sector, y esto coloca a los mandos ucranianos en el dilema, de defender este frente mientras intentan consolidar la ofensiva en Kursk, la que parece detenerse ahora.

Al respecto, me parece acertada la reflexión del analista militar senior, Michael Kofman, del Carnegie Endowment for International Peace, de los EE.UU., en relación a la posibilidad que los ucranianos pierdan Pokrovsk dijo, “sería significativa para mantener sus defensas en Donetsk”, y continúo, “si bien no sería un desastre, si tendría efectos secundarios en la estructura general de defensa”.

Mientras tanto, Kiev lanzó una de los mayores ataques con drones sobre Moscú, que si bien no se registraron víctimas, si algunos daños menores, y la suspensión temporal de la actividad de los dos aeropuertos de la capital rusa.

Y hablando de drones, el uso de estos aviones no tripulados por Ucrania, inaugura una nueva estrategia en el espacio aéreo, con la destrucción de dos helicópteros rusos, lo que constituye un hecho inédito en la historia de los conflictos actuales, pues no se había dado nunca antes el abatir un helicóptero en vuelo utilizando un dron, y se dio en dos oportunidades, primero fue el derribo de un Mil Mi-24 y luego un Mi-28, uno de ataque y otro de transporte de tropas, en ambos casos sobre Kursk, pero como si esto fuera poco, las tropas ucranianas en su avance en la región mencionada, se hicieron con un sistema Volnorez completo, junto con sus manuales técnicos, sistema éste que sirve para interferir drones, pues entonces, le permitirá ahora a Kiev desarrollar contra-medidas, lo que podría afectar sensiblemente el equilibrio tecnológico.

Pero, el conflicto ruso-ucraniano no parece desarrollarse sólo en Europa, pues también tiene sus manifestaciones en el África, pues la República de Mali, el pasado 4 de agosto, ha roto relaciones diplomáticas con Ucrania, y esto se ha dado, como consecuencia del enfrentamiento armado acaecido a fines de julio, en la localidad de Tinzacuatene, en el norte del país africano, donde fue aniquilada una unidad del ejército maliense, junto a más de 80 mercenarios del Grupo Wagner, abatidos por milicianos de la fuerza secesionista CSP-DPA, la milicia de Defensa del Pueblo de Azawad, liderada por la tribu Tuareg, y en el que fue vital para los rebeldes, la información de inteligencia aportada por agentes de inteligencia ucranianos, con lo cual, la guerra en Europa se extiende también al Sahel.

Y el conflicto también se dirime en el terreno jurídico, como veremos seguidamente, recordemos que en septiembre de 2022, se produjo una explosión en un sector del gasoducto Nord Stream, que conectaba Rusia con Alemania, y tanto Ucrania como Polonia, culparon del sabotaje a Moscú, pero surgía un interrogante, ¿porqué siendo uno de los proyectos geopolíticos y geoeconómicos más importante de Rusia, de las últimas dos décadas, iba atentar contra sus propios objetivos e intereses?, pues bien, la Fiscalía Federal de Alemania inició una meticulosa investigación, y según medios germanos y el Wall Street Journal, han publicado la semana pasada, que la autoría del sabotaje se adjudicaba a un agente ucraniano, que contó con la intervención de los Servicios de Inteligencia de Ucrania y Polonia, incluso, que habría sido ordenado por el propio Zelensky, y por el Gral. Valeri Zaluhnyi, jefe de las FF.AA. en aquel momento, y que antes del ataque, la CIA tomó conocimiento del plan y sugirió que no se efectuara, algo que niega Kiev, por tanto, la pregunta es, ¿cuál será la posición de la UE., si se confirman los resultados de la investigación de la Fiscalía Federal alemana?, ¿ se le soltará la mano a Zelensky?

Por otro lado, el Fiscal Gral. de Ucrania, Andriy Kostin, declaró el último fin de semana, que se han registrado unos 135 mil casos de Crímenes de Guerra cometidos por las fuerzas rusas, y más allá, de solicitarse más de un centenar de condenas, ratificó la responsabilidad penal del Pte. Putin, quién debería comparecer ante la Corte Penal Internacional.

A lo señalado, se suma que el Parlamento ucraniano ha aprobado el proyecto del Pte. Zelensky, de ratificar el Estatuto de Roma, de julio de 1998, lo que habilita a Ucrania para que la mencionada Corte internacional, prosiga con la causa contra su homólogo ruso, quien debería ser juzgado por más de 12.900 muertes, 341 casos de violencia sexual, unos 19.500 menores deportados forzadamente, aproximadamente 112 ejecuciones sumarias de prisioneros y la identificación de al menos un centenar de centros de torturas, sin olvidar, crímenes contra el medio ambiente.

En este escenario, el fin de semana pasado y gracias a la mediación de Emiratos Árabes Unidos, y aprovechando la conmemoración de la independencia de Ucrania, 24 de agosto, se llevó a cabo el intercambio de prisioneros de guerra entre ambas partes del conflicto, pero 48 horas después, Rusia realizó un ataque masivo con misiles y drones sobre Ucrania, que afectó a 15 regiones, causando daños en las infraestructuras energéticas y contra el complejo industrial-militar ucraniano.

Finalizando la columna de hoy, mis reflexiones son las siguientes, primero, la invasión ucraniana el 6 de agosto ppdo. en Kursk, tras más de 900 días de guerra, podría ser un significativo cambio en el desarrollo del conflicto, pero también, involucra serios riesgos para Kiev, ante el avance ruso en la región de Donbass, por lo cual, lo más sensato para Ucrania, sería limitarse a controlar un territorio defendible, a modo de moneda de cambio, en futuras negociaciones diplomáticas, y aprovechar el presente éxito militar convirtiéndolo en un activo político en el escenario internacional; segundo, si bien en el oriente de Ucrania, el avance de las fuerzas rusas se consolida lentamente, esto no puede ocultar las vulnerabilidades del poder militar de Rusia, y la crisis consecuente que debe afrontar, tanto el pte. Putin como las elites rusas; tercero, para Ucrania la actual ofensiva sobre Kursk, significa que ha recuperado la iniciativa, levantado la moral de su pueblo y sus tropas, y ha renovado la confianza de sus aliados de Occidente, en particular de Washington, teniendo en cuenta lo importante que será para Kiev, el resultado de las elecciones presidenciales de noviembre, y cuarto, la posibilidad cierta y real, de un inicio de conversaciones para poner fin al conflicto, aún no está dada, pero la reciente visita del 1er. Ministro de la Federación India, Narendra Modi, el fin de la semana pasada, abre la alternativa de que se posicione como un interlocutor válido, un mediador confiable para ambas partes, habida cuenta que India, con su clásica diplomacia pragmática, guarda buenas relaciones, tanto con los EE.UU. como con la propia Rusia, una condición que no se da en los casos de China, Turquía o algunos países de la UE., aunque la paz parece ser un horizonte muy lejano, y es por lo reseñado, que elegí la siguiente frase de Henry Kissinger, “La paz no es un bien absoluto, es un objetivo que se debe alcanzar mediante un proceso constante de negociación y diplomacia.”.-

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