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Israel una herida sangrante que supura- Lo ocurrido a nuestros padres una señal para los hijos

Radio Jai: Israel una herida sangrante que supura

Vivimos tiempos de blancos y negros. Hay que decirlo claramente. Aunque Israel prevalezca, cosa que hará en el campo militar, esta guerra la ha perdido mucho antes del 7 de octubre y la seguirá perdiendo si no logramos salir de una visión maniquea de buenos y malos, patriotas y traidores.

Seguir enfrascados en pro Netanyahu y anti Netanyahu y que él siga también enfrascado en esa dinámica, es una manera superficial de evadir los verdaderos desafíos nacionales y querer poner en una sola persona o todas las culpas o todos los méritos. Una visión un tanto infantil que requeriría ser revisada por todos en búsqueda de una necesaria y perdida sensatez.

¿Cómo se reconstruye el tejido social en un país y pueblo con tantas heridas?, no lo sé.

Nuestros sabios establecieron el duelo con lecturas de eijá (lamentaciones), ayuno y prohibiciones de alegría para el 9 de Av. No sé cuáles se establecerán en el tiempo para recordar un Simjat Toráh, una alegría de la Torah, que se manchó de horror y nos retrotrae a las experiencias pasadas no aprendidas.

Estamos a días de iniciar el mes de ELUL, el último del calendario hebreo antes de Rosh Hashaná, tiempo de Jeshvón Hanefesh, introspección y balance antes del Yom Hadín, el día del juicio, cuando todos sin excepción comparecemos frente al Juez Supremo y debemos rendir cuentas por lo actuado. En este mes se nos invita a revisar y cambiar nuestras conductas, no las de nuestro vecino.

Hacer Teshuvá, es dar respuesta y retornar a los días de antaño.                                                              El Shofar y las sirenas de alarma vienen sonando sin pausa desde antes del 7 de octubre. Pánico ya tenemos.

Necesitamos humildad, profundidad, silencio y solemnidad de un Yom Kipur de muchos días para pedir perdón por nuestra arrogancia para con el Todopoderoso y para con nuestro prójimo.

El Tikún, la reparación y sutura de las heridas que deben dejar cicatrices recordatorias, es un trabajo que requiere enorme generosidad y amor, donde en lugar de buscar culpables en los otros, nos hagamos cargo asumiendo nuestra cuota de responsabilidad en los acontecimientos.

No es novedad que “los malos” hacen “mal”. Pero se suponía que “los buenos” hacían cosas “buenas”. Hay q hacer Tikun y entender que nosotros mismos abrimos las puertas de la desgracia.

Si cada uno, como en la Amidah, la plegaria central de nuestra liturgia entendiera que hay que dar esos 4 pasos atrás, dejando espacio para nuestro prójimo y Di-s, mientras decimos Osé Shalom Bimromav Hu Yaasé Shalom Aleinu Beal Kol Israel Beimerú Amén. El que establece la Paz en el firmamento hará la Paz entre nosotros y en todo el pueblo de Israel y digamos Amén.

Seguramente si hacemos esto estaríamos comenzando un camino virtuoso que nos permita comenzar a cicatrizar una herida sangrante que sigue supurando.

Miguel Steuermann, Director General

 

 

 

 

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai

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