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Conviviendo con el enemigo

En la columna de hoy, vamos a hablar sobre un actor regional e internacional, no estatal, que constituye la amenaza no sólo más próxima, sino más peligrosa para el Estado de Israel, la organización política, militar y terrorista Hezbollah, la principal arma que posee el llamado eje de resistencia islámica, creado y dirigido por la República Islámica de Irán, y es sin dudas, el oponente, por su cercanía y poderío, más crítico y relevante, y que abre a la posibilidad de transformar la confrontación presente en un conflicto regional, pero con consecuencias globales.

El Líbano, para finales de la década de 1960, tenía una de las sociedades más modernas y con uno de los mejores niveles de vida en el Medio Oriente, sin embargo, detrás se escondían las tensiones entre cristianos maronitas, musulmanes sunitas y musulmanes chiitas, y el aumento de aquellas decantó en 1975 en el estallido de la Guerra Civil, que durará 15 años, hasta la firma del Acuerdo de Taif, pero durante ese tiempo sucedieron cosas, por ejemplo, clérigos de la comunidad chiita libanesa, se fueron a formar en las escuelas coránicas de Al Najat, en Irak y principalmente en las de Qom, en Irán, para luego regresar y describir lo que sería el “despertar chiita” en el Líbano, que se potenció tras la Revolución iraní de 1979 del Ayatollah Khomeini, y su visión islamista radical y expansionista, instituyéndose el régimen teocrático.

Por otro lado, en 1976 el entonces pte. sirio Hafez Al Assad, ordena la invasión al Líbano, y en 1982, Israel inicia la operación destinada a destruir a la base de la OLP de Yasser Arafat, ocupando la región sur e incluso, llegando a Beirut, y si bien, las FDI contaron con el apoyo de las fuerzas de las Falanges Cristianas Maronitas, también dio lugar a la aparición de grupos guerrilleros musulmanes, que resistieron a la presencia israelí, de los que se destacaban, Aman apoyado por Siria, y para comienzos de 1985, Hezbollah o Partido de Dios, apoyado por Irán, que hace pública su Carta fundacional el 16 de febrero, en la que se afirma, “Ser la vanguardia de Irán, que por gracia de Alá, ha permitido la constitución de un Estado Islámico, con un rol central en el mundo…y tiene cuatro enemigos principales que son, los Falangistas Cristianos Maronitas, Francia, la antigua potencia colonial que les apoya, el Estado colonialista y expansionista de Israel y los EE.UU., que usa al anterior como su punta de lanza en el corazón del Mundo Musulmán…”.

En esa 1ra. etapa, Hezbollah bajo el liderazgo del clérigo Abbas Al Musawi, no tenía la estructura actual, tampoco esgrimía ni la estrategia ni las tácticas de hoy, su accionar era a través de emboscadas, trampas explosivas e inicia las operaciones de atacantes suicidas, por el caso los atentados a los cuarteles de los Marines y de los paracaidistas franceses y a la embajada de los EE.UU., en Beirut, en 1983, más tarde en 1987, inicia la táctica de “Oleadas Humanas” contra objetivos de las FDI, copiada de la utilizada por Irán en el conflicto con Irak, pero esta táctica era muy costosa en combatientes y recursos militares, como quedó plasmado en el infructuoso ataque al Castillo Beaufort, en Nabatieh, al Sur del Líbano, defendido exitosamente por fuerzas israelíes. Estos resultados negativos, llevaron al Hezbollah a cambiar su estrategia y sus tácticas, comienzan a utilizar misiles antitanques disparados con RPG, pues le daban mayor alcance y menor exposición, también inician la construcción de fortificaciones y túneles, todo lo cual, ocasionan que se elevaran las bajas entre las FDI, cuyos mandos veían aún a Hezbollah como un grupo terrorista, análogos a otros grupos palestinos sin demasiada organización, ni estructura militar y llevan a cabo operaciones de “Seguridad” como contra cualquier otro grupo de resistencia.

Sin embargo, Al Muzawi había iniciado un cambio más significativo, acercándose más a estructuras de un ejército convencional, que se traduce en un aumento de las acciones a principios de los 90, de 19 ataques a inicio de la década, llegando a 400 para 1995. En ese mismo período, en la guerra Irak-Irán, se da lo que se llamó “Guerra de Ciudades”, con la utilización de los misiles rusos Squd, lo que lleva al nuevo líder de Hezbollah, el clérigo Hasan Nasrrallah a adoptar esta estrategia, y dirige sus esfuerzos bélicos a la construcción de este tipo de armamento, sea en plataformas fijas o móviles, para no sólo atacar a las FDI en el Líbano, sino también sobre territorio de Israel. Dicho sea, Al Mursawi fue eliminado en 1992 en un operativo de las FDI, y su sucesor, Nasrrallah, es más astuto e inteligente y movido por un odio visceral a los judíos, y para 1993, implementa medidas que modifican sustancialmente la estructura orgánica y operativa del brazo militar de la organización, que lo equipara a un ejército regular, con Cuerpos de Ingenieros, de Comunicaciones, Artillería y un Estado Mayor, para la planificación operativa y logística, incluso las primeras unidades especiales, que recién para el 2008, se conformarán como la Fuerza Al Hajj Radwan, no obstante, los mandos militares y los políticos israelíes, no conceptualizaban al brazo armado de Hezbollah como un ejército regular, pero en contrapartida, Nasrrallah establecía los principios tácticos fundamentales, 1) obtener el efecto sorpresa, 2) operaciones de ataque y retiradas planificadas, 3) atacar cuando el éxito sea seguro, y 4) es más importante asegurar la protección de propia tropa que la eliminación del enemigo, pues miles de bajas podrían significar el fin de la organización, y la aplicación de estos principios deben redundar en una mayor eficacia militar.

Ante estos cambios radicales en la estrategia y las tácticas, recién para finales de los 90, el Gral. Levin de las FDI, a/c. del Comando Norte, considera que Hezbollah ya no es un movimiento de resisitencia, sino una fuerza armada estructurada como un verdadero ejército, y entonces crea el Batallón Eghoz, una unidad de elite de accionar rápido y ágil, para golpear y salir, combinado con el apoyo aéreo, sin embargo, esta visión fue criticada por el Gral. Zukerman, que no compartía tratar al brazo militar de Hezbollah como un ejército convencional. Para finales del siglo pasado, también las discrepancias se daban entre los políticos israelíes, por un lado los que consideraban la retirada del Líbano y llegar a un Acuerdo de Paz con Hezbollah, y por otro, los que estaban por seguir combatiendo, habida cuenta, que tras el final de la Guerra Civil libanesa, Hezbollah había sido la única organización o grupo terrorista no desarmada, y esta división tuvo como consecuencia la falta de objetivos militares claros y precisos, a lo que se sumó el peso de la opinión pública israelí por el número de bajas, que alcanzaban más de 1.400 soldados, y todo esto llevó a la retirada de las FDI del Sur del Líbano en el 2000.

Para Teherán, Hezbollah comenzó siendo una oportunidad para influir en la región, hasta llegar a ser la principal arma contra Israel, y también para consolidar la “Media Luna Chiita”, desde el Golfo de Ormuz al Mediterráneo, por lo cual, no sólo le han brindado y le brinda apoyo logístico, sino también financiero, el que se estima en U$S 800 a U$S1.000 millones anuales, una caja que la rama política ha utilizado no sólo en proselitismo electoral, también para construir una infraestructura sanitaria y social, dirigida no sólo a la comunidad chiita libanesa, su propio canal televisivo Al Manar, lo que fue dando caudal de votos, logrando así en el 2005 formar parte del gobierno del Líbano y con una creciente presencia parlamentaria, mientras que su rama militar, continuó con los ataques hacia las FDI y al territorio israelí, y en el 2006, en una de sus acciones mataron a cuatro soldados israelíes y secuestraron a otros dos, lo que desencadenó la Guerra de Julio o 2da. Guerra del Líbano, que duró 34 días y finalizó con un Alto al Fuego y la intervención de la ONU, y en mi opinión, este conflicto está por fuera del conflicto israelí-árabe y es el 1er enfrentamiento –indirecto- entre Israel e Irán, que le brindó a Hezbollah un apoyo logístico sin precedentes, y tuvo un costo de 121 bajas y más de 1.200 heridos por el lado de las FDI, y aproximadamente 350 bajas y más de 800 heridos del Hezbollah, más unas 30 bajas de milicias afines a Hezbollah.

Desde entonces, la organización político-militar terrorista libanesa chiita, ha seguido armándose, poseyendo unidades blindadas con tanques rusos T62,72 y 90, las ya citada fuerzas especiales Radwan, unos 25 mil combatientes, pero en particular en el campo de la artillería y la misilística, en el primero sistemas antiaéreos rusos SA-17, en misiles antitanques guiados M113 Kornet y Konkurs también rusos, distintas versiones de RPG, luego misiles de medio alcance, Khaibar 1, Zelzal 1 y el Fateh 110 con un alcance de 250 km, más aproximadamente 50 mil cohetes, sistema de misiles iraníes antibuque Khalij Fars y Ghadiz de 400 km de alcance, lanzadores de cohetes iraníes Farj 3 y Falaq ¡, rusos Grad y Urugan y los chinos T63, y también cuenta con algo más de 2000 drones iraníes Abadil, Mohajer y Yasir, y sus análogos de fabricación propia. En cuanto a efectivos terrestres, además de los ya citados de la Fuerza Radwan, se estima en 30 mil fijos y una cantidad similar de reservistas, a los que debemos sumar otros 30 mil de Kataeb Hezbollah en Irak y cerca de 100 mil milicianos de los grupos chiitas que conforman las Unidades de Movilización Popular o Al Hashd Al Sha´abi, todo lo cual demuestra que Hezbollah es una amenaza real y más que significante, por la cantidad y calidad de armamento y por sus cuadros combatientes, que lo posiciona con más poder que las propias FF.AA. libanesas, y es también, una amenaza más allá del ámbito regional, pues cuenta en el escenario global células que pueden llevar a cabo atentados a objetivos israelíes y de las comunidades judías, como ha ocurrido en nuestro país en 1992 y 1994, en Bulgaria en el 2012, y más recientemente, en el 2021, en Chipre se desarticuló una célula que intentó asesinar a empresarios israelíes, a lo que debemos sumar las actividades y conexiones con Cárteles del narcotráfico, como el de Los Soles de Venezuela, el de Kinahan en Irlanda.

Sin embargo, desde de agosto del 2020, cuando se produjo la explosión de un depósito en el puerto de Beirut, que almacenaba material explosivo, nitrato de amonio y ácido nítrico, que estaba destinado a la producción de artefactos explosivos para Hezbollah, y que causó más de 210 muertos y unos 7.500 heridos, más la destrucción de estructuras colaterales y graves daños edilicios, ha mermado en la popularidad de la organización, y que se tradujo en el 2021, en las elecciones libanesas, que le hizo perder la mayoría parlamentaria, a lo que se suma la actual confrontación con Israel, que ha motivado la evacuación de más de 80 mil habitantes del Sur del Líbano, que a diferencia de una cifra similar de israelíes del Norte de Israel también evacuados, el Estado libanés no está en situación financiera, ni su sistema sanitario está capacitado para soportar un esfuerzo bélico, y a esto, hay que agregar los efectos negativos de las operaciones selectivas contra funcionarios y comandantes de alto y medio rango de las alas política y militar de Hezbollah, como también, la reciente Operación Pages o Beepers, que además de las bajas y los heridos, ha causado un grave daño en la infraestructura de comunicaciones de la organización.

Finalizando la columna de hoy, mis reflexiones son, 1) Hezbollah es la principal arma de Irán contra Israel, 2) desde su origen en 1985 al presente, Hezbollah se transformado en una entidad estatal dentro del Estado libanés, con un poder militar mayor al de las FF.AA. libanesas, con una infraestructura sanitaria, social e incluso financiera mejor que la del Estado libanés, 3) la amenaza de la acciones terroristas de Hezbollah, no sólo se limitan al Medio Oriente, sino que tienen alcance global, 4) la actual Operación Escalera, que implementa Israel para ir destruyendo o dañando las capacidades militares de Hezbollah, en particular en el sector misilístico y de drones, sumado a la eliminación de sus principales comandantes y dirigentes, es una estrategia adecuada, pues una acción terrestre en estos momentos causaría numerosas bajas israelíes, 5) si se cumplen los objetivos estratégicos y tácticos de la citada Operación Escalera y se llega a un Acuerdo con Hezbollah, y el conflicto no escala en el ámbito regional, una política diplomática como la que diera lugar al Acuerdo firmado con el Líbano en octubre del 2022, delimitando las fronteras en el Mediterráneo, que posibilitan la explotación de los yacimientos de gas submarinos, que es muy necesaria para reconstruir la situación económica y financieras libanesa, sumaría a restarle popularidad y poder a Hezbollah, algo que ya está ocurriendo, sin embargo, en el corto y medio plazo, habrá que saber que se está “conviviendo con el enemigo”.-

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