El Presidente Francés ignora la historia genocida de Francia
Por León Trahtemberg
En el marco de la Cumbre de la Francofonía, el presidente francés, Emmanuel Macron, aseguró que los aliados deberían detener la venta de armas a Israel para evitar una nueva escalada en el conflicto en Medio Oriente. El mandatario subrayó la incoherencia de quienes apoyan a Israel, que piden un alto el fuego en Gaza y Líbano, mientras siguen proporcionando armamento”. (France 24, 06/10/2024)
¿Dónde estaba escondido Macron durante el último año, que pese a sus intereses en Líbano nunca le prestó atención a la acumulación de armamento de Hizbollah para atacar a Israel, de modo similar a lo que hizo Hamas desde Gaza? ¿En ese año no pudo organizar las negociaciones que ahora reclama culpando unilateralmente a Israel de ser el promotor de la inestabilidad en la región, por lo que pide suspenderle la venta de armas? ¿No cabe en su sabiduría presidencial una palabra sobre el flujo de armas y misiles que envía Irán a Hizbollah y Hamas?
Sabido es que los presidentes encarnan a las naciones, pero no representan en cada cosa que dicen el sentir de su población, que al menos en parte, supongo que debe estar muy sorprendida y disgustada de lo que ha dicho su presidente. Quizá Francia emulando a Alemania debería ser muy cuidadosa a la hora de poner contra la pared a Israel frente a quienes pretenden destruir al pueblo judío por 2da vez en menos de 100 años.
Haría bien en recordar Macron que Francia, bajo el régimen de Vichy, colaboró activamente en las acciones conducentes al Holocausto. El gobierno de Vichy, encabezado por el mariscal Philippe Pétain, estableció una administración colaboracionista en la zona sur de Francia mientras los nazis ocupaban el norte. El régimen de Vichy colaboró con las políticas antisemitas del Tercer Reich y contribuyó a la deportación de decenas de miles de judíos hacia los campos de concentración. A su vez implementó las leyes antijudías nazis en suelo francés, excluyendo a los judíos de la vida pública y diversas profesiones. Además, ese gobierno francés creó sus propios campos de internamiento donde los judíos fueron detenidos antes de ser deportados a los campos de exterminio nazis. Todo ello corroborado en los años 90 por el propio presidente Jacques Chirac que aceptó plenamente la responsabilidad francesa.
Recuerdo que cuando estudiaba la maestría en educación en la Universidad Hebrea de Jerusalem, en uno de los cursos de historia el profesor Yehuda Bauer debía abordar el tema del Holocausto. Empezó diciendo algo así como «claro, los franceses son capaces de cualquier genocidio». Al reaccionar nosotros diciendo que fue Alemania el país que lo llevó a cabo contestó «si, Francia fue la incubadora y Alemania la ejecutora». Y luego pasó a explicar cómo las teorías racistas y de superioridad de las razas que usaron los nazis fueron concebidas por los biólogos e intelectuales franceses.
Bauer argumentó que las teorías racistas y de superioridad racial que los nazis utilizaron como base ideológica para el genocidio no surgieron de la nada en Alemania, sino que fueron en gran medida concebidas por intelectuales, biólogos y teóricos sociales franceses en el siglo XIX. Se refería a figuras tales como Arthur de Gobineau y Georges Vacher de Lapouge que habían desarrollado ideas sobre la «desigualdad de las razas humanas», que luego influirían profundamente en el pensamiento racial europeo. Gobineau y otros biólogos franceses habían articulado teorías que clasificaban a las razas humanas en una jerarquía, con la «raza aria» en la cima y las demás consideradas inferiores. Estas ideas fueron adoptadas, reinterpretadas y amplificadas por los nazis en su búsqueda de justificación ideológica para el exterminio.
Bauer explicó que, aunque Alemania fue el país que llevó a cabo el Holocausto con una brutal eficiencia, muchas de las semillas ideológicas que alimentaron el racismo y el antisemitismo en la Europa del siglo XX fueron plantadas en Francia. Además, eventos como el caso Dreyfus, que expuso el antisemitismo en el corazón de la sociedad francesa, contribuyeron a la difusión de estas ideas, preparando el terreno para que se extendieran por el continente.
Haría bien Macron en fijarse primero en la masacre de franceses contra 45,000 argelinos en 1945, la muerte de 1.5 millones de argelinos en una brutal guerra para evitar su independencia (1954-1962) y la masacre de argelinos en París en 1961. Así mismo, su complicidad en el genocidio del gobierno de Ruanda en 1994, donde se exterminaron 800,000 tutsis., y también la intervención militar de Francia en Mali, supuestamente para combatir el terrorismo en la región del Sahel. (https://www.france24.com/es/programas/historia/20211017-argelia-francia-colonialismo-mali-ruanda-historia)
Está claro que Macrón está desarrollando una propuesta populista para ganar el favor de la numerosa población árabe e islámica en Francia, pero lo que uno espera de un líder interesado en la defensa de la democracia y la lucha contra el terrorismo, es más cuidado en sus declaraciones públicas que solamente lo descalifican como eventual mediador.
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