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El dilema de formar un futuro

En la columna del miércoles pasado, abordamos el “antes” del 7 de octubre, y hoy,  cumplido un año ya del conflicto en la Franja de Gaza contra la organización político terrorista HAMAS, voy a realizar un análisis de lo que nos ha dejado hasta ahora, tanto para las partes, como para la región y también a nivel global.

Aquel trágico 7 de octubre de 2023, cuando la organización terrorista palestina lanzó su operación “Inundación de Al Aqsa”, primero con una andanada de cerca de 3000 cohetes desde Gaza, seguido de la salvaje incursión terrestre, que atacó tanto bases de las FDI como los Kibuts y otras comunidades civiles cercanas a la frontera israelí-gazatí, irrumpiendo a sangre y fuego en el festival de música Nova, donde fueron asesinadas más de 360 personas, que son parte  del lamentable saldo de 1200 víctimas fatales, más unos 3400 heridos y más de 260 rehenes, algunos militares y en su mayoría civiles, mujeres, niños y bebés, los que fueron llevados al interior de la Franja, en lo que ha constituido la más grande matanza de judíos desde la Shoa, y la primera vez, que Israel no tuvo ni el control ni la seguridad de su territorio soberano por un tiempo más que significativo, dejó en evidencia serias fallas de inteligencia, contra-inteligencia y capacidad de defensa, tal como se reseñó en la columna del miércoles pasado.

Tras la sorpresa, confusión y las consecuencias descriptas, la respuesta de las FDI y de las FF.SS. y la declaración del “Estado de Emergencia” del gobierno de Bibi Netanyahu, el contra ataque israelí fue haciéndose nuevamente del control de la situación, y días más tarde, declarado el “Estado de Guerra”, se puso en marcha la operación “Espadas de Hierro”, y el 27 de octubre, se lanzó la incursión terrestre de las fuerzas israelíes, con el objetivo de destruir la capacidad militar de HAMAS, y la recuperación de los rehenes.

A lo largo de un año de guerra, y como sucede trágicamente en todos los conflictos armados, se ha dado no sólo la destrucción de todo tipo de viviendas, sino el saldo de víctimas colaterales, civiles que fueron utilizados como “escudos humanos”, o bien quedaron atrapados en los combates urbanos, más allá de los avisos dados por las FDI, de la inminencia de aquellos enfrentamientos, según fuentes palestinas, que son difíciles de acreditar, sin discriminar entre combatientes de HAMAS y personas que no lo eran en esa condición, estima en cerca de 40.000 muertos, y por supuesto, el colapso del sistema de salud, sanitario, y crisis alimentaria, más el desplazamiento forzado en relación a la dinámica de las operaciones militares israelíes y los focos de resistencia armada palestina.

Por el lado de Israel, además de las víctimas mortales del 7 de octubre, la cifra asciende a más de 1660 y los heridos de distinta consideración, han ascendido a más de 17.800, y unos 20.000 niños quedaron huérfanos, y en cuanto a efectivos caídos de las FDI, sólo en las operaciones en Gaza, alcanzan a más de 700 bajas, a lo que debemos agregar los rehenes muertos, sin poderse saber al día de hoy con certeza, cuántos de los 101 de ellos, aún continúan con vida, más de 150 mil personas evacuadas, y por supuesto, en cuanto a los daños materiales, además de la destrucción de viviendas e infraestructuras sufridas en la incursión del 7/10, están los producidos por la prosecución de ataques  con cohetes al interior de Israel desde la Franja, y hasta el momento, se estima que el costo del conflicto para Israel asciende a unos U$S 60.000 millones.

Al cabo de un año, el objetivo de destruir la capacidad militar de HAMAS, si bien siguen existiendo bolsones de resistencia armada en el interior de la Franja, se ha destruido casi la totalidad de la red de túneles, en especial, aquellos que llegaban al interior del territorio israelí, también en lo que hace a su arsenal de cohetes y misiles, decomisado armas, explosivos, computadoras con valiosa información, equipos de comunicación celular y radial, y la organización terrorista palestina ha sufrido numerosas bajas de combatientes.

En cuanto, a la eliminación de los máximos responsables  políticos y principales comandantes de HAMAS, este objetivo se ha logrado, cronológicamente: Ibrahim Biari, Cte. del Batallón Jabaliya, 31/10/2023, en el corriente año, Salej al Arouri, quien estuvo a cargo de las brigadas en Cisjordania y luego era enlace entre HAMAS y Hizballah, 3/1, Maiwan Issa, sub-Cte. del ala militar en Gaza, Mohamed Deif, Cte. del ala militar, responsable de la construcción de cohetes, misiles y arquitecto de la red de túneles y a cargo de la fuerzas especiales Nukhba, 13/7, Ismail Haniyeh, Pte. del Consejo Superior y máximo líder de la organización, 31/7, y Yahya Sinwar, alias “El Carnicero de Jan Yunis”, el cerebro de la operación “Inundación de Al Aqsa” del 7 de octubre y quién asumió el liderazgo político y militar de HAMAS, tras la muerte de Haniyeh, el pasado 16 de este mes, además de los mencionados, también se eliminaron otras importantes figuras de la estructura militar, política y financiera, como: Rawhi Mushtaha, mano derecha de Sinwar en asuntos políticos, Sameh al Siraj, jefe de seguridad del poliburó, y Sami Oudeh, Cte. de Seguridad Interna, estas importantes bajas han dejado prácticamente “descabezada” a la organización terrorista, y no hay una figura en particular para ocupar la dirección de la misma por el momento, se especula con Mohammed Sinwar, hermano de Yahya y líder de las Brigadas Ezzedeen Al Qassam, Khaled Meshaal, fue Pte. del Consejo Superior desde 1996 al 2017, sucedido por Haniyeh, y desde el 2012 hasta el presente exiliado en Qatar, y Khalil al Hayya, miembro del Consejo Legislativo y un hábil negociador, conocido por los EE.UU., Egipto y Qatar, y contaría con el respaldo del régimen teocrático de Irán.

Así las cosas, la eliminación de las principales figuras de HAMAS, tanto del buró político como del ala militar, son resultado de exitosas operaciones militares y de inteligencia, que le proporciona a Israel una ventaja táctica, pero que desde el punto de vista estratégico, existe un vacío, o al menos, una indefinida estrategia pos-bélica, puesto que se le plantea, no sólo al gobierno, a la dirigencia política y al estamento militar, sino a toda la sociedad israelí, el camino a seguir, o bien se instrumentan las medidas, internas y externas, para que se cree y establezca de manera definitiva un Estado Palestino, que involucra tanto Cisjordania como Gaza, o por el contrario, negar la existencia de un Estado Palestino.

Al respecto, hay un interesante Informe del Pew Research Center, con sede en Washington D.C., en donde se refleja ésta y otras circunstancias relacionadas, antes y después del 7 de octubre de 2023: 1) En cuanto a la solución de dos Estados, para el 2014, un 50% de la población judía israelí estaba a favor, para fines de 2023, descendió a 32%, y en la actualidad sólo alcanza el 20%, y en la población árabe israelí ha sucedido algo similar, pues bajó del 74%, hace 10 años, al 41% en el 2023, pero en lo que va del presente año, ha tenido un leve repunte, un 49%; 2) si la cuestión la trasladamos del abanico político, los resultados son: en la Izquierda, por el SI un 73%, por el NO un 15% y un 12% no respondió, en el Centro, un 53% por el SI, por el NO un 23% por el NO, y un 24% indecisos, en la Derecha, un 14% por el SI, por el NO un 74%, y un 12% de indecisos.

Ahora si trasladamos la cuestión de la solución y coexistencia de dos Estados, a los diferentes colectivos que componen la población judía israelí y árabe israelí, los resultados son: Hiloni o seculares, 61% por el SI, 15% por el NO y un 24% de indecisos, Masorti o conservadores, 21% por el SI, 56% por el NO y un 23% no respondió, y los Haredim o ultraortodoxos junto a los Dati leumí o nacionalismo religioso, el 7% por el SI, 89% por el NO y sólo un 4% no respondieron,  mientras que en la comunidad árabe israelí, el 41% por el SI, 42% por el NO y el 17% restante, indecisos.

Pero aún más interesante del Informe de Pew, son los resultados de sobre si la Democracia es compatible con un Estado Judío, veamos: judíos seculares un 76% por el SI, 20% por el NO y 4%, no respondió, conservadores o masortí, el 80% por el SI, 15% por el NO y 5% de indecisos, Haredim o ultraortodoxos, el 58% por el SI, 36% por el NO y el 6% no respondió, y aquí diferenciados de los Haredim, los nacionalistas religiosos o Dati Leumí, el 79% por el SI, 17% por el NO y 4% no respondió, y esta percepción se la puede relacionar, sobre si se priorizan los Principios democráticos a los Principios halájicos, y los resultados son los siguientes: para Seculares o Hiloni el 89% por el SI, el 1% por el NO, el resto no respondió, para los Masortí o Conservadores, el 56% por el SI, el 23% por el NO y el 21% de indecisos, entre los Haredim o Ultraortodoxos, sólo el 3% por los ppios. democráticos y un 89% por los halájicos y un 8% no responde, y finalmente, los Dati Leumí o nacionalismo religioso, el 14% por los primeros, el 65% por los segundos y el 21% no respondió.

Lo que se puede desprender del Informe del Pew Research Center, es que tanto la Solución de Dos Estados, como de la compatibilidad entre un Estado Democrático y un Estado Judío, y en cuanto a priorizar Principios Democráticos en relación con los Principios Halájicos, la visión positiva o la afirmación del estado de Derecho secular y de la legislación consecuente, se da en sectores laicos o menos religiosos, y por lo contrario en sectores más ultra religiosos y ultranacionalistas, en una Sociedad israelí que está compuesta por, un 81% de judíos y el 19% no judíos,  dentro de los primeros, un 40% secular, 23% masortí, 10% dati leumí y 8% haredim, mientras que en los segundos, el 14% cristianos, 2% drusos, 2% musulmanes y 1% sin religión.

En este cuadro de situación, con respecto al enfrentamiento actual con la organización terrorista palestina HAMAS, y en general al problema Palestino y la Solución de Dos Estados, a un año del conflicto, y sin olvidar, que unos de los objetivos del gobierno israelí, no se ha cumplido, la liberación de los rehenes que aún están en poder de HAMAS, sea a través de una operación militar de rescate o bien, como resultado de una negociación, obliga al gobierno y dirigencia política israelí, a elaborar una estrategia pos-conflicto, que podría instrumentarse a través de etapas, la primera sería la retirada de las FDI de Gaza, pero guardando la capacidad de operar, en caso necesario como se hace en Cisjordania, la segunda, propiciar la aparición de una fuerza política palestina, con una plataforma ideológica contraria a HAMAS y a otros grupos radicales palestinos, tercero, apoyar a esta nueva dirigencia palestina para que se posibilite la negociación de una co-existencia pacífica, y que gobierne tanto Gaza como Cisjordania y cuarto, comprometer a través de reforzar la llamada “Diplomacia Periférica”, a los países árabes, en particular, lograr un Acuerdo con Arabia Saudita, ahora, si sólo se mantiene un visión de perpetuar el conflicto, o que prevalezcan los partidarios de la negación de un Estado Palestino, significará costos elevados para Israel y la imposibilidad de lograr la paz.

Por último, a nivel global el actual conflicto israelí-palestino, ha dado lugar a un rebrote del antisemitismo, disfrazado de antisionismo o antiisraelismo, fogoneado por la corriente Progresista, algunos propiciados por los gobiernos de ciertos países, como en el caso de la España de Pedro Sánchez, del Brasil de Lula da Silva o la Colombia de Gustavo Petro, que demuestra como la Izquierda se ha alineado con el Islamismo Radical, y también por movimientos afines en campus universitarios, como ha venido sucediendo en los EE.UU., donde ser registraron más de 2.000 incidentes antisemitas, desde el inicio del conflicto, lo que significa un aumento de más del 470%, y sin olvidar la complicidad de funcionarios de organismos internacionales, como el impresentable Secretario Gral. de la ONU, Antonio Guterrez, y a través de algunas de sus oficinas, como la UNRAW, y por supuesto, esta la posibilidad de una escalada regional del conflicto, a partir del enfrentamiento a distancia entre Israel e Irán, que no sólo es consecuencia del enfrentamiento con los proxis de Teherán, el Hizballah en el Líbano, las milicias pro-iraníes en Siria e Irak, y los Hutíes del Yemen, sino de las ambiciones geopolíticas de Irán y sus intenciones de destruir a Israel.

Finalizando la columna de hoy, que se centró sólo en el conflicto entre Israel y HAMAS, a partir del trágico y sangriento 7 de octubre del año pasado, mis reflexiones son las siguientes: 1) tras un año de guerra y la reciente eliminación de Sinwar, HAMAS ha quedado sin liderazgo y se abre el debate interno de quién será su próximo líder, y cuál será el perfil de éste, lo que dificulta cualquier tipo de negociación, sea por el final del conflicto, sea por los rehenes, y aún más, sobre la solución de Dos Estados; 2) por el lado de Israel, con una Sociedad traumatizada por los eventos del 7/10, el gobierno debe decidir entre una estrategia, que contempla la ocupación de Gaza y prolongar indefinidamente las hostilidades, lo que conlleva un costo en más vidas, agravar la situación económica, financiera y social, y que en el plano internacional tendría también un costo político significativo, en particular, dañaría la “Diplomacia Periférica”, sin olvidar, una escalada regional o trabajar en la Solución de Dos Estados; 3) toda negociación que asegure el final del conflicto israelí-palestino, y por supuesto la liberación de los rehenes, implica que Israel, tanto a nivel gubernamental, como en la sociedad israelí, deberá asumir la necesidad colaborar a la construcción de un Estado Palestino, que implica una gobernanza palestina en Cisjordania y en Gaza, ausente de elementos radicales, para lo cual es importante y determinante la cooperación y la fiscalización activa junto a los países árabes, en especial, con el Reino de Arabia Saudita, paso fundamental para consolidar un bloque anti-iraní, lo que además propiciará  el apoyo de la mayoría de los países occidentales y 4) para lograrlo, es tan necesario como reducir a su mínima expresión al islamismo radical, y hacer lo mismo con el extremismo judío y sus objetivos mesiánicos, y de acuerdo a lo reseñado, la frase elegida para finalizar mi columna de hoy, es de Shimon Peres, que dijo:”No podemos cambiar el pasado, pero podemos dar forma al futuro.”.-

 

Moadim Lesimja!!!

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