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No son cuentos chinos

La columna de la semana pasada, expuse como China busca asegurar sus objetivos e intereses geopolíticos y geoeconómicos, que hacen a ese mega proyecto denominado “La Ruta de la Seda”, y que no se circunscribe al escenario Asia-Pacífico, ni al Euroasiático, sino que se expande tanto en el África, como en Latinoamérica, y con respecto a nuestro subcontinente, días pasados, la embajada de la República Popular China, cursó una invitación, para realizar una visita a su base espacial, ubicada en nuestro país, al Secretario de Ciencia y Tecnología de la Nación, y a miembros de la CONAE y del CONICET.

Recordemos, que la mencionada base, nace con las firmas de los Acuerdos entre el 2012 y 2014, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, y se encuentra, cercana a Las Lajas, en la zona de Bajada del Agrio, ubicada a unos 250 km de Neuquén Capital.

El predio se extiende en una superficie de 200 Ha., cuya vigilancia y seguridad perimetral está a cargo de la Policía neuquina, incluso, dicha tarea, puede ser monitoreada desde una oficina, en el interior de la base, también con personal policial provincial, pero, el resto de quienes trabajan en las distintas tareas científico y tecnológicas, son ciudadanos chinos, y si bien, quedó descartada la especie periodística, en cuanto a que la seguridad estaba a cargo de militares chinos, no se puede descartar, que las tareas que se realizan, no tengan una utilidad y valor dual, es decir, si bien en el contexto científico-tecnológico, también son aplicables, con o para fines militares.

Esto fue lo que llevó en el 2016, al entonces presidente Mauricio Macri, ha introducir una enmienda en los Acuerdos firmados por su antecesora, la que contempla la estricta prohibición para llevar a cabo tareas militares, en la base en cuestión, pero esto no impide en absoluto, que la información comunicada por la misma, sea de valor estratégico-militar, de acuerdo a como se use dicha información.

Más recientemente, en mayo ppdo., el Jefe de Gabinete, Sebastián Posse, afirmó ante el Congreso de la Nación, que las actividades desarrolladas en la Base china en Neuquén, son de “índole civil”, y que no hay clausulas o acuerdos secretos, sin embargo, veamos algunos aspectos, que hace que tome mis recaudos de aquellas aseveraciones, primero, la concesión que es de 50 años, y que le demandó a Beijing una inversión de sólo U$S300 millones, le facilita a la CONAE, el acceso gratuito del 10% del uso de su antena, y que está dirigido, a proyectos nacionales de investigación científica y de cooperación regional e internacional, un porcentual algo mezquino, pues el 90% restante, es utilizado por el personal chino para recolectar información, sensible y no sensible de todo tipo, recordemos la cuestión de los globos, supuestamente, de investigación meteorológica, que se dieron en 2019, 2020, 2021 y 2022, que violaron el espacio aéreo de Colombia, Japón, EE.UU. y Canadá, y ahora segundo, y creo que es el punto más fuerte para sostener mis sospechas, y que no pasa, si hay o no personal militar chino en Neuquén, no si la antena parabólica, que pesa 110 Tn., no tiene la especificaciones técnicas para realizar el seguimiento de un misil balístico, la cuestión es, que la Base depende de la CLTC, la Agencia Espacial China, cuya dirección está a cargo, de la Fuerza de Apoyo Estratégico del Ejército Popular de la Revolución, cuestión esta, que está más allá de la muy buena jugada diplomática, del embajador de China en nuestro país, Wang Wei, con la invitación cursada.

Sin embargo, la presencia de la base espacial china en Neuquén, es un ejemplo de la rivalidad entre los EE.UU. y China, que trasciende el mero ámbito terrestre, que en el caso de Beijing, se manifiesta en su ambicioso programa espacial, que contempla una base permanente en la Luna, con una factoría para la obtención de Helio 3, un isótopo del Helio, que es considerado el combustible ideal para los reactores de fusión, mucho menos contaminante, que el Deuterio y el Tritio, que se utilizan ahora, pero que es extremadamente raro en el subsuelo terrestre, pero abundante en nuestro satélite natural, y esta es, una cara de la puja entre las dos grandes potencias, pues la otra es, la militarización del espacio exterior, o como alguna vez denominó el pte. Ronald Reagan, “La Guerra de las Galaxias”, una apuesta científico, tecnológica y militar, que le ganó a Mijail Gorbachov, y decidió el final de la URSS, derrumbando su estructura económica basada en una economía de socialismo de Estado, pero hoy China, basa su crecimiento y desarrollo económico, en una economía de mercado, con sus matices, pero no muy diferente a la de los EE.UU., y en este escenario, distinto al de la Guerra Fría, la Bajada del Agrio, Neuquén, Argentina, es una pieza más del juego estratégico entre ambas grandes potencias.

Ahora, pasemos a los intereses e inversiones de China del espacio exterior a los océanos, donde despliega la llamada “Diplomacia de las Deudas”, y un ejemplo de ésta, es el caso testigo de Sri Lanka, que cuando no pudo devolver las cuotas del préstamo de capitales chinos, Beijing le condonó la deuda, a cambio de apropiarse, y hacer uso exclusivo y excluyente del puerto de aguas profundas que había construido, con lo que esto significa, para el uso no sólo de su flota mercante, sino también, para los buques de su armada de guerra, y esto le ha proporcionado una proyección estratégica en el escenario Indo-Pacífico, y este también, es el objetivo de China sobre el Atlántico Sur y la Antártida, y fue por eso que apareció el proyecto industrial y previamente, la construcción de un puerto de aguas profundas en Tierra del Fuego, Argentina.

A fines de mayo del año ppdo., el gobernador Gustavo Melella, con el apoyo del kirchnerismo, presentó un Memorando de Entendimiento con la empresa china Shaanxi Chemical Group, ante la legislatura fueguina, el que contemplaba una inversión de U$S 1.250 millones, destinado a la construcción de una planta industrial para producir amoníaco sintético, urea y glifosato, y que al igual a lo que sucedió en el 2009, durante el mandato de la gobernadora Fabiana Ríos, kirchnerista, para la construcción de un puerto de aguas profundas, acuerdo que finalmente quedó rescindido, al igual que el del polo industrial, pues en ambos casos, no se presentaron los resultados los estudios terminados del impacto ambiental, pero en ambas ocasiones, demuestran las intenciones de Beijing, y sus intereses y objetivos geopolíticos y geoeconómicos sobre la Cuenca Antártica, sus recursos naturales, en particular los estratégicos, y por el paso biocéanico del Estrecho de Hornos, ante la eventualidad de un bloqueo del Canal de Panamá.

Por lo reseñado, las declaraciones de la Gral. Laura Richardson, a cargo del Comando Sur, no deben sorprender, en cuanto al mega-puerto de Chancay, en Perú, una inversión del grupo empresarial chino Cosco Shipping Lines Co. Ltd., especializada en el transporte marítimo a nivel global y servicio logístico de contenedores, quien será la única operadora del mega-puerto, el que se inaugura, tras el retiro de la demanda del gobierno peruano, por la exclusiva y excluyente actividad de la empresa china mencionada, y aprovechando, la visita del presidente chino Xi Jinping, quién arribó el 11 de este mes, para participar de la Cumbre de la APEC 2024, el Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico, y mañana 14 de noviembre, inaugurará el mega-puerto de Chancay.

Las preocupaciones para el gobierno de Washington, es que la terminal portuaria posee la capacidad para buques de guerra, que podrían brindar cobertura, a los más de doscientos navíos pesqueros chinos que están depredando la cuenca de las Galápagos, y la extensa área marítima paralela a las costas peruana y chilena, lo que muestran el aumento de la influencia de China en Latinoamérica y el Caribe, donde ya cuenta con inversiones y proyectos en infraestructuras de transporte, tecnología y recursos naturales, en 22 países de dicha región.

Finalizando la columna de hoy, mi reflexión es, que aprovechando la Cumbre de la APEC, en Lima, Perú, la foto muestra en el encuentro entre, Joe Biden y Xi Jinping, la cada vez mayor rivalidad entre los EE.UU. y China, a nivel global y espacial, y que de acuerdo al tema abordado, en este caso el escenario es, Latinoamérica, sea en proyectos, sea en inversiones, sea en infraestructuras, y que en el caso de Beijing, son parte de “La Ruta de la Seda”, y que en el caso de Washington, comienza a preocupar, como lo apunta la responsable del Comando Sur, Gral. Laura Richardson, aunque habrá que esperar, las políticas que esgrimirá la próxima administración republicana de Donald Trump, tanto respecto a China, como respecto a Latinoamérica, y que son parte de un escenario internacional en transformación, y donde la estrategia de Beijing es, “aprovecharse de gobiernos financieramente vulnerables, para sutilmente socavar las soberanías de los países anfitriones”, una exacta descripción dada, por quién fuera portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de los EE.UU., en el 2019, Garret Márquez, por eso la frase elegida para terminar, es del general y filosofo chino Sun Tzu, 544 a.e.c. – 495 a.e.c., que dijo “los colores primarios son cinco, pero sus combinaciones son tan infinitas que no podemos verlas todas”.-

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