ALEMANIA – El yiddish en exhibición, desde la Edad Media hasta Harry Potter

El yiddish en Baviera no solo se hablaba, sino que también se escribía e imprimía, con una evolución que lo llevó de los cuentos medievales a la cultura pop.

Desde el lenguaje de las oraciones hasta el “kitsch yiddish” el camino es largo y variado, y una exposición recientemente inaugurada en el Museo Jüdisches de Augsburgo, o el museo judío de Augsburgo, en Baviera, cuenta la historia de su lengua viva, entre el culto y la cultura. Se titula “Jiddish. Jüdisch. Taitsch.”, fue editado por Carmen Reichert y explica cómo durante unos ocho siglos, el yiddish se habló en la suabia bávara, tanto que muchas palabras aún recuerdan la coexistencia entre judíos y no judíos.

La exposición es interactiva y ha sido diseñada para ser apta tanto para adultos como para niños, y trata de responder a preguntas como: ¿de dónde viene el yiddish? ¿Cómo sobrevivió al Holocausto? ¿De dónde se habla hoy en día? ¿Y cómo suena, cómo se pronuncia?

Se exponen documentos procedentes de la propia Augsburgo, pero también materiales llegados desde lejos, lecturas, escuchas, e incluso la oportunidad de “probarse” con una lengua que parecía olvidada pero que ahora vive una nueva juventud (en la exposición también se encuentran las ediciones en yiddish de Harry Potter y Pippi Calzaslargas, por ejemplo) y que tiene sus raíces en la historia de la Suabia bávara.

En la exposición permanente del museo se exhiben objetos de la historia y la cultura de los judíos de esta región desde la Edad Media hasta nuestros días. Después de las expulsiones de la Baja Edad Media, la población judía se había trasladado al campo, a pequeñas ciudades y aldeas en estrecho contacto con vecinos no judíos. Una situación que llevó al desarrollo de una cultura única y un judaísmo rural que existió hasta el siglo XIX, cuando se restableció en la ciudad una comunidad judía que a principios del siglo XX creció, hasta convertirse en una comunidad urbana y liberal, solo para ser destruida nuevamente por el nacionalsocialismo.

Una sinagoga construida entre 1913 y 1917 según los planos de Fritz Landauer y Heinrich Lömpel sobrevivió a las masacres y a la destrucción sistemática de esos años, que ahora es el centro de una comunidad judía, que creció mucho después de la guerra, gracias a la migración de judíos de los países de la antigua Unión Soviética.