El gobierno pide más presión internacional sobre Hamas

Para llegar a un acuerdo sobre Gaza y la liberación de los rehenes, es necesaria una mayor presión internacional sobre Hamás y sobre los países que mantienen un canal privilegiado con el grupo terrorista palestino.

En un encuentro con la prensa extranjera, el director general del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, Eden Bar Tal, destacó la importancia crucial del papel de los mediadores en el desbloqueo de las negociaciones. “La comunidad internacional debe dirigirse a los países que ejercen influencia sobre Hamás y pedirles que actúen ahora”, ha afirmado Bar Tal, destacando la responsabilidad de quienes, históricamente, han facilitado el diálogo entre las partes. Una clara referencia a Qatar, Egipto y Turquía.

Las negociaciones en curso tienen como objetivo liberar a algunos de los 100 rehenes, entre ellos mujeres, ancianos y niños, a cambio de un alto el fuego temporal y la liberación de los detenidos palestinos. Sin embargo, persisten las dudas sobre el destino de los secuestrados y sus condiciones de salud. “Hamás es el único obstáculo y es la causa fundamental de esta situación inhumana”, ha afirmado Bar Tal, en línea con las recientes declaraciones del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.

El director del Ministerio de Relaciones Exteriores también abordó los desafíos en la frontera norte de Siria, donde Israel mantiene una posición defensiva en la zona de amortiguamiento para evitar la inestabilidad y las amenazas a la seguridad. “No tenemos reclamaciones territoriales, pero nuestra única obligación es proteger a los ciudadanos y evitar sorpresas”, explicó. El escepticismo de Israel hacia grupos como Hayat Tahrir al-Sham y su líder, Mohammad al-Jolani, sigue siendo alto, a pesar de algunas aperturas diplomáticas. “Las acciones hablan más que las palabras y las sonrisas”, subrayó el funcionario israelí, respondiendo también a preguntas sobre el papel de Turquía, partidario de Hayat Tahrir al-Sham. Bar Tal pidió a la OTAN y a otros países occidentales que exijan enérgicamente el fin de la agresión de Ankara contra los kurdos sirios. “No podemos esperar a que la situación empeore. Una acción clara de la comunidad internacional puede marcar la diferencia”, afirmó.

La amenaza
neo-otomana Los comentarios de Bar Tal sobre Turquía se producen a raíz de un informe del gobierno israelí centrado en el riesgo de un enfrentamiento entre Jerusalem y Ankara. El documento, redactado por el Comité Nagel, subraya que las ambiciones regionales del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su creciente implicación en Siria suponen una amenaza potencial para la seguridad israelí.

Según la encuesta, las políticas de Erdogan tienen como objetivo restaurar la influencia geopolítica de la era otomana, lo que podría intensificar las tensiones en la región. El alineamiento de las facciones sirias con Turquía y su posible papel como aliados representan un factor de riesgo adicional. “La amenaza de Siria podría convertirse en algo aún más peligroso que la amenaza iraní”, se lee en el documento, que pide a Israel que fortalezca sus capacidades defensivas.
Para responder a estos desafíos, el Comité Nagel recomendó un aumento significativo en el presupuesto de defensa y la adopción de medidas específicas, incluida la construcción de una barrera de seguridad a lo largo del Valle del Jordán para proteger las fronteras orientales de una posible infiltración.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó el informe como una “hoja de ruta” para abordar las nuevas amenazas emergentes en Oriente Medio. “Estamos asistiendo a cambios fundamentales en la región. No podemos darnos el lujo de no estar preparados”, dijo Netanyahu.