Una exposición cuenta la historia de la “no liberación” de los campos de concentración nazis

Por la tarde, en la sede de la Fundación Museo de la Shoá en Roma, se inaugurará la exposición “El fin de los campos de concentración nazis”.

La exposición, comisariada por Marcello Pezzetti, pondrá el foco en el estado de 13 campos de exterminio con sus subcampos, entre 1944 y 1945, empezando por los menos conocidos de la zona del Báltico. La exposición tiene varios objetivos. Una de ellas, explica el estudioso del Holocausto “es cuestionar una ‘retórica de la liberación’ generalizada y engañosa; En muchos casos, hablar de liberación es un error histórico, dado que los nazis a menudo abandonaban los campos de concentración antes de la llegada de los soviéticos y los estadounidenses”. En resumen, no hubo resistencia. O al menos fue mínimo. “Por eso el concepto de liberación ni siquiera se evoca en el título”, aclara Pezzetti.

También a través de imágenes de alto impacto emocional, la exposición ayudará al visitante a comprender “las terribles condiciones” de esos campos. No es raro que los documentos y las fotos estén ensangrentados, también dispuestos en una sala con una instalación multimedia “a la que sólo se puede entrar a partir de cierta edad, desde el octavo grado en adelante”. Fotos y videos irán acompañados de algunos testimonios italianos sobre la apertura de las puertas de Auschwitz-Birkenau y otros campos de concentración de la llamada “solución final”. “El testimonio de Liliana Segre es famoso”, resume Pezzetti.

El camino a Roma
“Pero habrá algunos menos conocidos. Como la del judío romano Giacomo Moscato, que nada más salir de Mauthausen preguntó a un campesino cuál era el camino a Roma; un granjero que, a lo sumo, habría sido capaz de mostrarle dónde estaba Linz…”. Se trata de una exposición, anticipa Pezzetti, “en la que la gran historia dialogará con muchos microrrelatos”. Entre otros, también se hablará del campo de tránsito de Bolzano, en el distrito de Gries-San Quirino, activo hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Y de la Risiera di San Sabba en Trieste, el único campo de exterminio en funcionamiento en Italia, a pocos kilómetros de aquella Piazza Unità donde Benito Mussolini había anunciado la entrada en vigor de las leyes racistas el 18 de septiembre de 1938. También se prestará atención a los problemáticos “retornos” de los lugares de internamiento y exterminio a la ciudad de origen. Hay dos catálogos: uno en italiano y otro en inglés.

El mural de aleXsandro Palombo

La inauguración de la exposición estará precedida por la inauguración del mural “Antisemitismo, historia repetida” del artista aleXsandro Palombo, que representa a Liliana Segre y Sami Modiano con los uniformes de los campos de concentración.

La obra, vandalizada dos veces en Milán, ha sido adquirida por la Fundación y se colocará bajo la placa exterior de la sede que conmemora la redada del 16 de octubre de 1943, el “Sábado Negro” de los judíos romanos. “Cuando escuchamos la noticia de la cicatriz, nos sentimos abrumados por la indignación. Un gesto cobarde y sin sentido que no solo afecta al arte, sino que intenta herir el corazón mismo de la Memoria”, dijo el presidente de la Fundación Mario Venezia en una nota. “Pero no nos hemos rendido a esta violencia simbólica. Transformamos la rabia en un acto de belleza y resistencia, entrando en contacto con el artista, que fue capaz de reinventar la obra y crear una nueva versión en Roma”. La obra podrá verse en exteriores hasta el 2 de febrero y luego se ubicará en la sede de la Fundación.

Entre las actividades propuestas por la Fundación Museo de la Shoah en Roma para el Día de Conmemoración del Holocausto, está previsto un encuentro de estudiantes de secundaria y secundaria con el sobreviviente Sami Modiano para el viernes 24 de enero a las 11 de la mañana en el Teatro Argentino. La ocasión es la publicación del libro Così siamo diventare fratelli (Mondadori), escrito junto con Marco Caviglia y centrado en su amistad con Piero Terracina. Del 26 al 28 de enero, por otro lado, tendrá lugar una Jornada de Memoria para estudiantes locales, organizada por Roma Capitale y la Ciudad Metropolitana con el apoyo de la Fundación.