Jules Feiffer (1929-2025)

Figura emblemática del cómic estadounidense, muy fuerte en la sátira social, Jules Feiffer, fallecido el pasado 17 de enero a los 95 años, dejó una huella imborrable por su talento y su capacidad para explorar temas universales.

Nacido en el Bronx en 1929, hijo de inmigrantes judíos, creció en un ambiente rico en cuentos populares, fuertes valores y humor agudo, elementos que más tarde caracterizarían toda su carrera.

Durante el tiempo que pasó trabajando con Will Eisner, uno de los más grandes maestros del cómic americano, también de origen judío. Feiffer contribuyó a la serie The Spirit, aprendiendo a combinar la narración visual y la complejidad emocional. Estos fueron los primeros pasos de una carrera que lo llevaría a redefinir el papel de los cómics como herramienta de crítica social: de Eisner había aprendido el arte de contar historias que eran espejos de la condición humana con una profundidad a menudo arraigada en la tradición judía de introspección y reflexión moral.

En 1956 Feiffer comenzó a publicar su propia tira semanal para The Village Voice, que pronto se convirtió en un punto de referencia cultural: inicialmente titulada Sick Sick y luego simplemente Feiffer, contaba con ironía las neurosis urbanas, la hipocresía política y las desigualdades sociales. Un humor que era sobre todo una herramienta de supervivencia, entre una sátira mordaz y una ternura desarmante.

Maestro en el relato de dilemas morales y crisis de identidad, ha explorado la fragilidad humana y las contradicciones de la sociedad con personajes que se enfrentan a la modernidad sin olvidar nunca sus raíces; Figuras a menudo atormentadas por dudas internas que ilustraba con un trazo simple y descarnado capaz de amplificar su sensación de alienación. Feiffer también ha explorado otros lenguajes artísticos: desde la obra de teatro Little Murders, de 1967, que es un ejemplo emblemático de cómo la cultura judía impregna su obra, hasta el guion cinematográfico con Carnal Knowledge, 1971, una película dirigida por Mike Nichols en la que se analiza el desmoronamiento de las relaciones humanas en un complejo equilibrio entre la esperanza y la desilusión.

En sus memorias, Backing Into Forward, en 2010 relató su crecimiento artístico y humano, en una fascinante narración de la relación entre identidad y creatividad en la que destacó cómo su formación influyó en su visión del mundo. En constante tensión entre el individualismo y el sentido de pertenencia, entre la lucha contra la injusticia y la conciencia de los límites de la acción humana, sus personajes son a menudo víctimas de un sistema que no comprenden del todo y que intentan desesperadamente descifrar.

Un talento que recibió un Oscar al Mejor Cortometraje de Animación en 1961 y el Premio Pulitzer de Caricatura Editorial en 1986, y que además de su larga trayectoria como escritor e ilustrador se dedicó a obras de teatro, libros y guiones cinematográficos, para llegar a su primera novela gráfica en 1979.

Feiffer ha abordado temas que van desde la guerra hasta los derechos civiles, pasando por las neurosis de la clase media, con un humor tan incisivo como empático: un humor útil para entender el mundo y, al mismo tiempo, para soportar su peso.