“Si la relación entre Gaza e Israel no puede transformarse, Trump querrá cambiar a la población” – Natalio Steiner

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado un fuerte impacto en Israel con su reciente serie de anuncios, calificados como el “efecto bomba Trump”. Según el profesor y analista político Natalio Steiner, esta nueva estrategia representa un giro sin precedentes en las relaciones entre Israel, los palestinos y sus vecinos regionales.

Trump presentó su visión más como un empresario que como un político, estableciendo objetivos económicos y estratégicos para la región, lo que ha fortalecido al gobierno de Benjamín Netanyahu y reconfigurado alianzas internas en la política israelí.

Uno de los puntos más polémicos del plan es la reubicación de parte de la población de Gaza, aprovechando el contexto tras los ataques del 7 de octubre. Trump ha comenzado a negociar con Jordania y Egipto la posibilidad de recibir a palestinos, argumentando que este cambio traería estabilidad a la frontera con Israel y permitiría un desarrollo económico significativo. Paralelamente, reafirmó su compromiso con la liberación de los rehenes en manos de Hamás y advirtió que, si las negociaciones fracasan, Israel deberá continuar su ofensiva militar.

En el ámbito regional, Arabia Saudita rechazó cualquier acuerdo sin un Estado palestino, pero dejó abierta la posibilidad de futuras negociaciones. Mientras tanto, Trump endureció sanciones contra Irán y aseguró que no permitirá que el régimen de Teherán obtenga armas nucleares, aunque descartó por el momento una intervención militar. Su estrategia, según Steiner, se extiende más allá de Medio Oriente, presionando a diversas naciones mediante acuerdos comerciales y sanciones económicas para reconfigurar el equilibrio global.

La visión de Trump se centra en un Medio Oriente con más estabilidad y desarrollo económico, aunque sin garantizar una paz absoluta. Su rápida implementación responde a la necesidad de generar cambios antes de que avance su mandato. Como en una partida de ajedrez, el presidente estadounidense mueve todas las piezas con un enfoque pragmático y empresarial, buscando consolidar su estrategia antes de que los actores internacionales puedan reaccionar por completo.

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