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La persistencia por proteger a los asesinos

Cuando el sábado pasado los esbirros de la Cruz Roja entregaron a Israel tres civiles secuestrados por Hamas, las imágenes provocaron muchos sentimientos derivados de la angustia; realmente parecían sobrevivientes de un campo nazi haciendo un esfuerzo sobrehumano por movilizarse lo mejor posible rumbo a los transportes israelíes que los llevarían a los hospitales en estado clínico muy complejo como lo dijeron con cautela los médicos que los recibieron. Pero lo que a nosotros no nos queda claro es por qué, más allá de la rabia contenida que cualquier ser humano normal puede tener al ver esas imágenes, ha habido tanta sensación de sorpresa. El presidente de Israel Isaac Herzog dijo que estaba viendo un crimen contra la humanidad. No se lo vamos a discutir, obviamente. Pero Hamas per se es un crimen contra la humanidad; Hamas se crea con una ideología para sólo cometer crímenes contra la humanidad y más nada. No ahora, desde que nace hace medio siglo y ha sido apoyado, protegido, financiado, y amparado por muchos cómplices, desde gobernantes a Estados, desde partidos políticos a organizaciones internacionales.

Comenzaron como un brazo de Muhama al-Islamiya, grupo fundamentalista islámico creado en 1973 por Ahmad Yassin en Gaza, aliado y subalterno de los Hermanos Musulmanes. Sus ideas las tomaron de Sayyid Qutb, ideólogo de los Hermanos Musulmanes y autor del texto principal del grupo:” Nuestra guerra contra los judíos”. Qutb jamás se refirió al sionismo sino a una guerra de exterminio contra todos los judíos en el mundo. Su mentor, Yusuf al-Qaradawi predicaba que se debía terminar “con el trabajo de Hitler”. No nos parece adecuado comparar al nazismo con ningún grupo por más antisemita que sea, pero ante la prédica, ideología y objetivos tomados por Hamas de sus mentores, no hay como soslayarlo. Todos los líderes de Hamas, religiosos y políticos, sin excepción alguna tomaron como razón de su existencia exterminar a todos los judíos. Una nota exhaustiva sobre Hamas y su historia, recientemente publicada esta semana en Jerusalén Post, nos recuerda que en la última década las manifestaciones públicas de sus líderes eran copia de expresiones nazis, y nadie puede aducir que no las vieron y escucharon. “Destruir a los judíos es una bendición” dijo Muhsan Abu Ita; “los judíos son un cáncer y deben ser destruidos” dijo el presidente de lo que Hamas llama parlamento Ahmad Bahar; “la destrucción de los judíos es una cuestión de tiempo” dijo Yunes al Astel, miembro de Hamas y de su Universidad Islámica. Siempre hubo odio a los judíos en una parte enorme del islam (basta con recordar la alianza del Mufti de Jerusalén con Hitler) pero la influencia nazi en los Hermanos Musulmanes y los grupos que creó junto al apoyo iraní han convertido el objetivo del exterminio judío en la razón de su existencia. El horror que han sufrido y sufren los secuestrados israelíes en Gaza habla por sí solo. La mitad o más de la población de Gaza nació después de 2005, o sea, conocen sólo la dictadura islámica de Hamas. Han sido educados en ideología de odio y entrenados para exterminar a los judíos. Tienen esas convicciones religiosas y políticas, y nada les resulta más natural que filmarse mientras el 7/10/23 ponían a un bebé judío en un microondas y lo quemaban vivo mientras sus padres tenían que verlo, antes que los asesinaran también.

Y están los protectores del horror. El lunes de esta semana el vocero de la oficina de DDHH de la ONU Thameen al-Kheetan declaró:” las imágenes de secuestrados israelíes demacrados y de detenidos palestinos liberados el sábado son profundamente perturbadoras. Urgimos a Israel y Hamas a dar un trato humano a las personas que retienen”. Así como no deberíamos sorprendernos de las torturas, violaciones, abusos, hambruna y otras aberraciones cometidas por Hamas contra ancianos, bebés, mujeres, quizás tampoco deberíamos sentirnos sorprendidos por las despreciables declaraciones emanadas de la ONU. Al fin y al cabo, los organismos de la ONU han sido los que han ayudado a convertir el intento anunciado de genocidio de Hamas del 7/10 en una furiosa seguidilla de agresiones seudo jurídicas que han pretendido negar el derecho de Israel como Estado soberano a defenderse. La ONU compara a los secuestrados israelíes con los asesinos de Hamas que Israel ha debido liberar por el alto al fuego acordado, y señala que las imágenes la perturban. Y sí, hay que estar muy perturbado para poner en igualdad a civiles secuestrados y devueltos casi muertos con presos cumpliendo perpetua por cometer crímenes contra ciudadanos israelíes en sus propias ciudades y que lo único que sí tienen es lo que conlleva estar en prisión, algo muy lejano a la barbarie de Hamas contra los secuestrados. Además, la ONU en su desparpajo y decadencia moral “urge” a que se les de un trato humano. ¿Ahora? ¿No sabía la ONU lo que ha estado sucediendo en las mazmorras de Gaza? ¿Cree que nos vamos a olvidar como Guterres archivó un informe lapidario de una alta funcionaria suya que denunció las violaciones, abusos y tratos bestiales que sufrieron las adolescentes, mujeres y ancianas israelíes en Gaza? Que la amoral Cruz Roja vaya a Israel si tiene coraje de parte de la ONU y compruebe el trato real que se le da a presos por crímenes contra la humanidad ¿Se atreve a hacerlo Guterres o sólo le interesa que sus empleados hagan comparaciones altisonantes y agraviantes para incitar al odio y saciar la sed de cometer perjurio que tienen sus funcionarios?

Ni Hamas, ni los nazis, ni Irán, ni la Yihad Islámica vieron o ven a los judíos como seres humanos. Son objetos para exterminar. Son cosas que para Hamas pueden servir de moneda de cambio. Si no se hubiera comprendido esto, habría sido más difícil para el pueblo judío haber podido sobrevivir a Hamán, a los nazis, y hoy a los Ayatolas o a sus brazos armados como Hamas. Si esto no se comprende, es sin duda, más complejo señalar y denunciar a los cómplices de los asesinos, que, a la larga, son sus mentores.

Esta semana se notificó públicamente que Shlomo Mansour de 86 años fue asesinado el mismo 7 de octubre después de haber sido secuestrado de su kibutz, arrastrado a Gaza y eliminado por Hamas. Su cuerpo está en Gaza. Cuando tenía 15 años, Mansour había sobrevivido al pogromo perpetrado por los musulmanes iraquíes en Farhoud donde asesinaron 200 judíos y dejaron más de mil heridos. Mansour llegó a Israel y se instaló en Kissufim, su kibutz para toda la vida. Debía ser liberado en el primer intercambio, pero claro, Hamas lo había asesinado hacía 500 días y ocultó la verdad. Nada de esto le importó ni al mediador diabólico que es Qatar, y menos a la oficina de DDHH de la ONU que ya sabemos cuánto le ha preocupado el pogromo del 7/10. Mansour es uno de los ejemplos que demuestra sin dobleces quienes son y qué objetivos tienen los perpetradores, pero más aún, quedan una vez más al descubierto los respaldos obscenos que los amparan. Cuando se supo en esta semana el destino final de Mansour, se conoció simultáneamente la amenaza de Hamas de suspender el acuerdo, acusando por supuesto a Israel de no cumplir con al alto al fuego. Todos, salvo los que son enfermizamente incautos o algo peor, sabían que un acuerdo con Hamas es papel picado. Sea lo que fuere que suceda de aquí en más, dos cosas sí quedan claras: una, que hoy no hay ningún otro objetivo mayor y primero en cualquier listado, para Israel y el pueblo judío, que recuperar a todos los secuestrados, con vida o sus cuerpos, porque no hay en la práctica ningún alto ni al fuego ni a nada en Gaza hasta que eso no suceda. Dos, que también, suceda lo que suceda, los que protegen y los que amparan a los asesinos ya han demostrado con creces que no dejarán de hacerlo, porque eso se denomina antisemitismo, y es algo que no van a abandonar ni en sus actos y menos en sus ideas.

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