Dos Oscar y una polémica
El Oscar 2025 al Mejor Documental fue para No Other Land, obra de los directores palestinos e israelíes, Basel Adra, Hamdan Ballal, Yuval Abraham y Rachel Szor.
La historia de la expulsión de las comunidades palestinas en Cisjordania provocó una controversia inmediata, convirtiendo la ceremonia en un escenario político.
Desde el escenario, Abraham denunció la “complicidad internacional con la ocupación” e instó a la gente a no mirar hacia otro lado ante el sufrimiento palestino. Los aplausos recibidos en el cine fueron igualados por reacciones encontradas en el exterior, y enfrentamientos entre los que elogiaron la valentía de la película y los que acusan a la Academia de politizar el premio.
El Ministerio de Cine israelí criticó la elección, calificándola de “parcial y dañina” y acusó a la Academia de premiar una obra que “ignora el complejo contexto y las amenazas a la seguridad de Israel”.
Varios miembros de la comunidad judía en Estados Unidos y Europa también han expresado su temor de que la película alimente una narrativa hostil a Israel y contribuya a una creciente deslegitimación del pueblo judío.
Las voces críticas también llegaron de directores e intelectuales israelíes: algunos acusaron al documental de ofrecer una visión unilateral del conflicto, otros defendieron la libertad artística al tiempo que cuestionaban el papel de la Academia y la elección de premiar obras con una fuerte connotación política.
El galardón se inscribe en una tendencia cinematográfica ligada a cuestiones sociales y geopolíticas muy apreciada por una Academia cada vez más interesada en el cine comprometido, pero sigue abierto el debate sobre hasta qué punto el arte puede convertirse en activismo sin perder autonomía.
Es una victoria divisiva: es una voz crítica necesaria dentro de Israel, pero distorsiona el debate sobre el conflicto con una visión simplificada que reduce un tema complejo a una lectura unilateral.
Paradójicamente, la Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI) también ha expresado una posición muy crítica hacia No Other Land, acusando al documental de violar los estándares anti-normalización del movimiento BDS.
Mientras la controversia sobre el éxito de No Other Land estaba en su apogeo, Kieran Culkin ganó el Oscar al Mejor Actor de Reparto por A Real Pain de Jesse Eisenberg. Después de Succession, Culkin brilló por una convincente interpretación en un papel intenso, un viaje por Polonia entre la memoria familiar y el Holocausto. La película de Eisenberg, que aborda de manera inteligente e irónica el tema del patrimonio cultural, da voz a una experiencia histórica y familiar que a menudo se pasa por alto en el cine contemporáneo, y la victoria de Culkin también fue leída como una señal de reconocimiento para un trabajo que aborda con sensibilidad y profundidad el pasado judío europeo y su impacto en las generaciones posteriores.
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