No te olvides de Amalec
Por Mirta Giacomelli
Según relata Ex. 17: 8-15, cuando los israelitas iban camino a la tierra de Canaán, luego del éxodo de Egipto, fueron atacados por los amalequitas, uno de los tantos pueblos que moraban por aquellas tierras.
Moisés con su bastón en la mano, Aarón y Jur subieron a lo alto de una loma. Y aconteció que mientras Moisés elevaba hacia el cielo su vara, en la batalla se imponía Israel, pero cuando se cansaba y bajaba los brazos, la victoria era de Amalec. Hasta que finalmente Aarón y Jur sostuvieron en alto sus brazos y Josué, quien lideraba militarmente a los israelitas, infligió una tremenda derrota a Amalec.
Moisés levantó entonces allí un altar a Yahveh y declaró: “Yahveh está en guerra con Amalec de generación en generación”.
Más tarde, en Dt.25: 17-19 se relata que Dios hablándole al pueblo les recuerda lo que hizo Amalec con ellos, atacándolos por la espalda, a todos los que iban agotados en la retaguardia, de forma traicionera. Por eso le encomendó la misión de borrar el nombre de Amalec de sobre la faz de la tierra. Y le dijo: NO TE OLVIDES DE AMALEC.
Por cierto, también está presente en el Libro de Esther, donde se relata sobre AMAN, primer ministro de la corte del rey Asuero. Aman, por cuestiones que no resultan relevantes para este texto, deseaba aniquilar a todos los judíos que vivían en el imperio y era hijo de Hamedata de agagueo (Est. 3:1). Siendo su padre AGAG, presentado en el libro de Samuel, como el último rey de los amalecitas (1 Samuel 15).
Y más allá de los relatos y del hecho que hoy Amalec parece ser una entelequia, sin embargo, está siempre presente como mito o como ejemplo de lo que Israel no debe hacer. Esto es: des prevenirse, bajar los brazos, distraerse. Porque Amalec se mimetiza y metamorfosea de distintas formas, personas o grupos, siempre dispuestos a atacar a los más débiles, a los que están agotados y exhaustos, a los niños, los ancianos, las mujeres.
Se convirtió en los pogromos de los siglos XVII-XIX contra los judíos de Europa central y oriental. Encarnó más tarde, hace casi cien años en un líder mesiánico y delirante que, con la pretensión de mantener la “pureza de la raza aria” no tuvo reparo alguno en llevar a millones de judíos a campos de concentración primero y de exterminio después.
Y por último, lo volvemos a encontrar en la sangrienta irrupción a territorio israelí el 7 de octubre de 2023, donde no escatimó en generar el drama más terrible que haya visto el género humano en lo que va de este siglo, matando, violando, incendiando, tomando rehenes y atacando a los más débiles. Y sólo por citar algunos de los hechos más conocidos en la historia contemporánea.
Por eso, en estos días previos a la celebración de Purim, en la que se recuerda los acontecimientos narrados en el libro de Esther, los judíos de Israel y de las diásporas, deben estar alertas, no cerrar los ojos ni por un momento, mantenerse con el cuerpo y la mente atentos, porque en apariencia están transitando un tiempo de tensa calma, pero Amalec acecha siempre y, a juzgar por el comportamiento de los últimos días de algunos países de la región, el peligro sigue más que latente.
Y los cristianos del mundo debemos recordar a Israel que debe seguir con la guardia alta y, en cuanto de nosotros dependa, actuar de la misma manera en nuestras respectivas naciones, protegiéndonos y cuidando a los judíos que viven en nuestros territorios, porque si nos relajamos, todos, judíos y cristianos por igual, e Israel es desbordado nuevamente por Amalec, no podemos imaginar cómo se reconfigurará el mundo a partir de allí.
Por eso, no pensemos que porque la guerra se desarrolla en Medio Oriente está lejos de nosotros. No seamos egocéntricos creyendo que Amalec es un enemigo sólo de Israel. Cristianos y judíos del mundo:
NO NOS OLVIDEMOS DE AMALEC.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio JaiAyuda a RadioJAI AHORA!
HAZ CLIC AQUÍ PARA HACER UNA DONACIÓN