Radio JAI

La Radio Judía de Latinoamérica

DONAR

Estado de situación

Estamos a la espera de ‘el tema’ de este año para el seminario para líderes comunitarios del Instituto Shalom Hartman en Jerusalém. Habitualmente el tema central, sobre el cual giran las conferencias y los talleres, es publicado en enero; está terminando marzo y todavía no sabemos cuál será el tema para dentro de tres meses.

No sorprende: la realidad es tan cambiante, la complejidad de la situación tal, que sería muy difícil delimitar en una o dos frases una temática que contemple todas las preocupaciones que como judíos nos asaltan desde octubre de 2023. Al mismo tiempo, uno quiere saber con más o menos certeza de qué será parte, cuál será la aproximación o el eje temático del encuentro.

Esta situación define la tensión que vivimos todos los judíos del mundo y en especial los israelíes: cómo conjugamos nuestra vida cotidiana, el paso de los días y las festividades en el calendario, los hitos de la vida judía, con una situación que languidece: los rehenes y la guerra.

Ayer nomás amanecimos, en forma sorpresiva para la mayoría de nosotros, con la noticia de una nueva escalada israelí en Gaza en simultáneo con las ya más que frustrantes negociaciones en Doha: rehenes y guerra.

En ese contexto, y ante la inminente votación del presupuesto en la Kneset (cuya no aprobación implicaría la caída del gobierno en forma automática), volvemos a ser testigos de la interna civil y política israelí. Una supuesta mayoría (en las encuestas) que rechaza este gobierno y se expresa en las calles no consigue, aún, su caída y nuevas elecciones. Y, si estas ocurrieran, tengo grandes dudas acerca de cualquiera de los líderes de la oposición para formar un gobierno alternativo.

El panorama ante nosotros como judíos, israelíes y no israelíes, es un momento de quiebre histórico. Es muy ingenuo y muy facilista reducir la situación al conflicto armado con Hamás y los proxis de Irán o al antisemitismo globalizado. Tampoco vale reducirlo, y mucho menos en una reflexión un poco más elaborada, a la moralista conclusión rabínica del ‘odio gratuito’.

Sea en el siglo I o el siglo XXI, siempre hay un enemigo dispuesto a borrarnos de la faz de la tierra: sea el celo romano, sea el odio nazi, sea el fanatismo iraní.

Es la combinación de ambos factores, los externos e internos, lo que resulta amenazante y letal. El quiebre que supuso la caída del 2º Templo de Jerusalém en 70 EC es ejemplo suficiente.

A esta altura de Historia, cuando #Oct7 ya ha quedado instalado como un momento de trauma sin precedentes (a nivel de la Shoá o la 2ª Intifada), cuando la geo-política global se hace más compleja, cuando la demografía y la política israelí marcan rumbos que parecen no revertirse, cuando el judaísmo mundial está atravesado por su adhesión mayor o menor a Israel por un lado y asediado por un antisemitismo sin precedentes en ochenta años por otro, cabe preguntarse: ¿cuál es el judaísmo que queremos? ¿Cómo entendemos el sionismo hoy?

La tradición rabínica que nos trajo a nuestros días y sobre cuya diversidad sobrevivió el judaísmo parece seguir siendo la fórmula de ‘salvación’ y sanación. Hemos vuelto a nuestra tierra para reparar los errores que nos llevaron a aquella destrucción.
Me gusta la metáfora del Sionismo e Israel como el ‘3er Templo’. No permitiremos que caiga. Ni en términos reales ni en términos metafóricos. Está en nosotros determinar los próximos dos milenios de nuestra historia. Aun en tiempos de oscuridad podemos recuperar el amor y superar el odio. Ninguno es ‘gratuito’. El fin lo vale. Sólo resta elegir la moneda con que lo pagaremos. Sólo resta elegir cómo queremos contarnos el relato.

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai

Ayuda a RadioJAI AHORA!
HAZ CLIC AQUÍ PARA HACER UNA DONACIÓN